Leemos:
La presidenta Cristina Fernández pidió ayer a los empresarios que “contribuyan, en su carácter de formadores de precios ”, para alcanzar acuerdos que contemplen “los intereses de toda la sociedad”. Y señaló que no pretende “acuerdos corporativos”. La advertencia fue hecha de cara al inminente pacto social entre sindicalistas y empresarios para disminuir las expectativas inflacionarias. Ayer, precisamente, el Consejo Directivo de la CGT que lidera Hugo Moyano suspendió hasta el próximo martes la reunión en la que se va a analizar los alcances de esa convocatoria debido, precisamente, a los anuncios en la Casa de Gobierno.
Esta nueva definición/apelación de Cristina respecto a la responsabilidad social de los formadores de precios en el país, reconoce el comportamiento histórico de aquellos que incluso recibieron un tratamiento privilegiado en su interlocución con el gobierno, como los grandes supermercadistas. La respuesta por parte del sector fue pobre.
Por caso la canasta alimentaria que Consultora Equis midió en su oportunidad en la cadena de supermercados Coto, estaba en realidad muy por encima de lo pactado en los acuerdos sobre el escritorio, sí que poblado de ametralladoras y pistolones ,bing! ,bang! ,bum! de la Secretaría de Comercio. No caminaba la lucha armada de entonces, ahora denominada vía "metralleta Carrasco". Tras un semestre de hacer buena letra , el General Coto no se amilanó (ay!). Necesita el oficialismo explorar otros métodos, tal vez menos cruentos, :) ... pero más eficaces para limitar la voracidad empresaria que ya dispara a 25% el aumento anual de la Canasta Básica!
Cuando Néstor Kirchner decide el apartamiento de Roberto Lavagna del ministerio de economía, uno de los motivos centrales de la decisión fue la baja capacidad de control sobre los formadores de precios del ex ministro, al que ya se le había disparado el precio de la Canasta Básica Alimentaria en el segundo semestre de 2005. " El pálido tomaba cafecito con los empresarios" fue la figura elegida por Néstor , para dar cuenta de este fenómeno de impericia de gestión .
Así las cosas, apropiarse indebidamente de la mejora de ingresos de los sectores populares con aumentos que no guardan relación con la estructura de costos y solo aumentan la tasa de ganancia del sector sin regulación institucional alguna, es uno de los mecanismo que interviene a la hora de explicar el 25% de inflación de alimentos y bebidas anualizada existente hoy, convalidada oficialmente de hecho aún no por el INDEC , como sería deseable, pero sí , por ejemplo, por el nivel de aumentos de los planes sociales que otorga el Ejecutivo.
Este nivel inflacionario neutraliza por ejemplo la profundización de los efectos antipobreza de la Asignación Universal por Hijo, que sufrió una actualización del 22,2% a un año de su lanzamiento, en línea con los aumentos de precios en alimentos y bebidas al momento de actualizarce. Seguimos con niveles de pobreza que partiendo del 28% tras la AUH se establecieron en torno al 22% e indigencia de 6% por el alto impacto que tienen los aumentos de alimentos y bebidas sobre los hogares vulnerables.
Sostener el poder adquisitivo de los sectores vulnerables ya no solo a través del Poder Ejecutivo sino mediante un Pacto Social, institucional que involucre en el acuerdo a la CGT, es el camino elegido por Cristina y resulta estratégico a la hora de, entre otras cosas, garantizar un gran despliegue electoral en el año 2011.
Controlar la cadena de formación de precios mediante un Pacto Social que involucre a la CGT, junto al Ejecutivo y la representación de la corporación empresaria , mecanismo tradicional de los gobiernos justicialistas - convenientemente aggiornado a las nuevas condiciones de mercado y de representación gremial- , adicionalmente a su propiedad de mejora en la calidad de vida de los sectores populares uno de los núcleos del proyecto histórico peronista , devuelve al FPV su capacidad electoral plena sobre sectores vulnerables, capacidad perdida en el año 2009 que explicó buena parte de su baja en la performance electoral, junto a la aversión de los sectores medios vinculados a la producción agropecuaria, el segundo gran ducto de fuga electoral en las elecciones de medio mandato.