Una de los mayores rasgos identitarios del peronismo resultaron sin duda sus grandes conflictos. Contra la oligarquía, el poder clerical, el ejército y el imperialismo anglo-americano, durante la etapa fundacional, contra los medios hegemónicos, la cúpula de la iglesia, el ALCA, en la fase kirchnerista con Néstor y Cristina , sobredeterminadas todas las contradicciones en el gran conflicto de la 125 contra los segmentos agrofinacieros.
Tal como se plantea muy originalmente en Kirchnerismo para armar, ya muchos jóvenes se sienten parte de "la generación de la 125" , brillante caracterización del sistema de pertenencia generado por el mega conflico, que ( con la amenaza de piquetes rurales armados e intentos destituyentes explícitos que involucraran hasta el entonces vicepresidente) , obró paradojalmente como precipitante de la mayor crisis del kirchnerismo desde su fundación y el mayor dador de elementos identitarios.
Es habitual que esta circunstancia aparentemente contradictoria se produzca. La fortaleza de una cadena siempre la muestra su eslabón más débil, y una experiencia populista, manifiesta su volumen real en momentos de crisis.
La etapa que hoy se inicia , con el respaldo abrumador del voto popular , seguramente supondrá la institucionalización de las transformaciones que el kirchnerismo introdujo durante sus tres períodos de gobierno, lo que requerirá a su vez la profundización inevitable del rumbo señalado en mayo de 2003, al tiempo que será imprescindible para que esto se materialice darle volumen organizativo a la formación populista, en la certeza de que sólo la organización vence al tiempo.
Un elemento central de la futura organización del peronismo kirchnerista para seguir desplegando su proyecto histórico , será sin duda la generación de cuadros políticos y el sostenimiento de la centralidad absoluta de la conducción indiscutida del movimiento, conducción centralizada y única , "conducción excluyente", elemento organizativo, pero también conceptual y político muy típico y estratégico de las experiencias populistas exitosas. No hay experiencia populista exitosas sin conducción centralizada y absoluta. Contrario sensu por debajo de la conducción no debiera haber uniformidades de ningún tipo , a riesgo de empobrecer la experiencia global.
La formación de cuadros políticos y el reforzamiento de la conducción indiscutida de Cristina Kirchner, son entonces dos de los elementos específicos de la formación populista a desplegar y consolidar en esta nueva etapa .
Al respecto leemos: Creo que esto es peronismo, sí. Que en la cotidianeidad del ejercicio del poder no esté muy vigente el folclore, la mitología peronista, no quiere decir que esto no sea peronismo. Lo es en términos, por darle un solo caso, de percepción del poder y de cómo ejercerlo. Sí, sí, el kirchnerismo es peronismo puro.
La cita que abre esta columna, perteneciente al historiador Alain Rouquié, describe bien y de manera sucinta las características peronistas duras del kirchnerismo.
En rigor, aproximándonos más al tema, tras la crisis de la salida de la convertibilidad instaurada por el peronismo en su fase menemista y sostenida hasta su estallido por la alianza progresista Frepaso-UCR, frente a la coyuntura de quiebre social, político y económico abierta en el año 2001, tal como lo señala Julio Burdman (leer)...
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