give me , give me , give me el poder

Leemos a Alfredo Leuco: Hugo Moyano es el dirigente más poderoso de la Argentina después del matrimonio presidencial. Es el principal aliado y sostén de Néstor y Cristina pero también puede ser su peor enemigo.

El moyanismo es el hecho maldito del Kirchner burgués. Parafrasear a John William Cooke puede ayudar a entender a este nuevo sujeto social que está naciendo de la alianza estratégica entre la clase trabajadora (para seguir con el lenguaje setentista) y los movimientos sociales más desarrollados, como el que lidera Emilio Pérsico.

El masivo acto de homenaje a Evita fue apenas una experiencia de lo que hace algunos meses hubiera terminado a los tiros: no hubo ni un cachetazo. Es la mixtura entre una dirigencia sindical forjada en el combate contra el neoliberalismo de Carlos Menem y los desocupados que dejó ese modelo... Los legisladores pro campo son el doble que los de origen cegetista.

Más allá del tono beligerante de la nota de Leuco, que obedece seguramente a cuestiones de estilo periodístico junto a su propia lectura ideológica de los acontecimientos, para los que pensamos "en clave populista" no solo los procesos culturales, como se quejara alguna vez Beatriz Sarlo, sino los políticos, ( por lo que también se queja Beatriz), siempre es interesante observar la continuidad del proceso social abierto tras la crisis neoliberal de 2001, con expresión electoral en el año 2003.

Y más conmovedor resulta constatar que ya no sólo depende del circunstancial resultado eleccionario y aquello que comenzó siendo una experiencia dominantemente político electoral atribulada, donde el buenazo de Pierre gana con apenas el 22% de los votos y el kirchnerismo resultaba y resulta aún el polo dominante en ese ámbito , en estos años se articula organizativa y socialmente y se expande...

Por otra parte, lo hemos ya analizado en Ramble varias veces acá y acá, por ejemplo, en rigor, nada de esto es novedad. Visto en una perspectiva más mundana, este es el verdadero Plan B para el año 2011, en caso de que, como suele suceder , los resultados electorales alternen diversas fuerzas en el gobierno. El poder, sin embargo, no se agota y desborda a un respetable pero limitado episodio electoral, lo sabemos nosotros y lo saben muy bien desde siempre los poderosos.

No es sorpresa para nadie entonces y no hay que agarrarse los pelos (los que tienen). Se trata simplemente del regreso de la política jugada en torno a intereses sectoriales y organizaciones que los reproducen y defienden, mientras otras los atacan, tal como se conoció en el país antes de la anestesia de los años 90, donde la eliminación del conflicto y el simpático reinado de los consensos fueron la metáfora trágica de la imposición de un solo interés y proyecto: el de los segmentos dominantes de la actividad económica.

Consenso consenso! , salchichas, salchicas!, gritaban los epígonos neo liberales de la mano del menemato, mientras desarticulaban el mercado de trabajo, empobrecían a la población como nunca antes , privatizaban de manera salvaje e imponían un modelo económico de integración social nula o muy restingida, del que todavía no salimos.

No hay entonces que dramatizar estas nuevas circunstancias, y la nota inspiradora de Leuco, más allá la descripción de circunstancias y personajes organizados en dirección al melodrama, sin embargo, tiene un mérito conceptual indudable, y da en la tecla al describir a su manera, la estructuración de una nueva configuración social y política que, como toda experiencia, se despliega de manera aún incipiente, con marchas y contra marchas, contradicciones, pero sin prisa ni pausa.

En fin, qué lindo es cuando la gente hablando (no) se entiende, y entonces, se organiza para adminstrar el desencuentro, digamosle así, compañeros y compañeras ?...