Más sobre los wacky: Pierden seguro?

Todas las encuestas conocidas marcan mas o menos esto: En la Ciudad de Buenos Aires gana Macri en primera vuelta, pero en la segunda vuelta, sea contra Telerman o Filmus, el xeneise pierde ampliamente. No hay duda en esto y así se comunica cotidianamente a través de cuanta encuesta , editorial o informe electoral se pueda leer, escuchar o ver. En efecto, esta certeza se ha desarrollado ya desde el triunfo de Anibal Ibarra en el año 2003 , y a partir de ese momento se constituyó en leyenda urbana, parte del sentido común electoral de los porteños: "Macri gana para perder ". Cualquier estudio de opinión produce y reproduce esta afirmación y una mayoría de respondentes, aún los que dicen votarlo, optan por otros candidatos no mayoritarios o están indecisos, suponen finalmente también que Macri no ganará la elección porteña :" Yo lo voto, pero no gana", parece ser la consigna mayoritaria que se refleja en los estudios de opinión aún entre los adherentes al PRO. Esto no ocurría en el año 2003, donde los votantes de Aníbal Ibarra suponían que ganaba el ex Frepasista y los que optaban por Mauricio Macri, suponían que la elecciones las ganaba el ex presidente xeneise.Es indudable entonces que la generalización del discurso de "gana pero pierde" a través de medios masivos muy diversos se extendió a una franja muy importante del electorado porteño. En estas condiciones de opinión pública la sentencia de Elisabeth Noelle Neumann, autora de la teoría de la Espiral de silencio, debe de considerarse como posible de ser aplicada al menos como parte del análisis del estado de opinión pública porteño actual. Dice Neumann “Podemos describir la Opinión Pública como la opinión dominante que impone una postura y una conducta de sumisión, a la vez que amenaza con aislamiento al individuo rebelde y, al político, con una perdida del apoyo popular. Por esto, el papel activo de iniciador de un nuevo proceso de formación de la opinión queda sólo reservado para el o los que puedan resistir a la amenaza de aislamiento al confrontar con la opinión pública dominante". Esta teoría supone que para no hallarse aislada, una persona puede renunciar a emitir su propio juicio. Dicho temor al aislamiento -temor de ser apartado, asociado a dudas sobre su propia capacidad de juicio - está en la base para Neumann de todos los procesos de construcción de opinión pública. El individuo observa su entorno social, estima la distribución de las opiniones a favor o en contra de sus propios puntos de vista y, especialmente, evalúa la fuerza y el carácter movilizador y apremiante, así como las posibilidades de éxito de algunos de sus puntos de vista o propuestas. Si las considera muy desfavorables o minoritarias, cambia su emisión, pero no necesariamente su convicción, en sentido a lo que considera la opinión dominante. En este sentido, la certeza de "Macri gana pero pierde" parece haberse extendido ya lo suficiente como para dar consistencia al efecto "aislamiento" de una franja de opinión pública que inicialmente suponga lo contrario, incluídos los formadores de opinión, dirigentes, periodistas, intelectuales, referentes sociales, etc.. Franja de ciudadanos y formadores de opinión que con una combinación de dudas sobre su capacidad de juicio, evaluación de su posición como minoritaria y a fin de sumarse a la que consideran "opinión mayoritaria", responde en los estudios de opinión, escriben y opinan en orden a la opinión dominate , re-direccionando su convicción intima, que en el caso de la ciudadanía de a pie, recién se materializará al efectivizar el "acto" de votar y no manifestar su "intención" de voto. A esta circunstancia de existencia eventual de una espiral de silencio actuando ahora mismo sobre una franja del electorado porteño y formadores de opinión, se suma una triple circunstancia muy crítica, esta vez para la actual oposición a Macri:

1- Los candidatos mas expectantes para enfrentarlo (Telerman y Filmus) han formado parte de manera central y plena del dispositivo político que administró la Ciudad de BS.AS. desde el año 2000 con Aníbal Ibarra como Jefe de Gobierno y la evaluación positiva de dicha gestión no supera el 45% promedio de los entrevistados en los estudios de opinión disponible, y en momentos de crisis coyunturales motivadas por inundaciones, incendios, toma de rehenes, una combinación de estos factores, etc., la opinión de gestión favorable de Gobierno porteño desciende notablemente, para ubicarse por debajo del 35% de aceptación.

2- El frente "centroprogresista" que en el año 2003 permitió a Ibarra terminar la primera vuelta a menos de cuatro puntos de distancia de Muricio Macri, aparece hoy muy fracturado detrás de preliminarmente al menos dos (2) , o tal vez tres (3) candidatos , dependiendo esto de la performance de Caludio Lozano. Esta situación de fractura electoral del centro-progresismo distrital, propicia el desarrollo de una primera vuelta con una diferencia esperable no menor a los diez ( tal vez quince) puntos de diferencia en favor del ex presidente de Boca Juniors respecto a cualquier segundo, tal como ya sucedió en 2003, situación de amplia hegemonía de un candidatos sobre el resto, que puede cambiar definitivamente el escenario de expectativas de segunda.

3- El complemento de fórmula con Gabriela Michetti, que a medida que transcurra la campaña y logre bajar sus aún altos niveles de desconocimiento (60%), pude agregarle al espacio tradicional de Macri un fuerte componente de género, posiciones social cristianas cercanas al progresismo en varios temas de agenda y, sobre todo un ejemplo de realización personal en medio de dificultades que rápidamente se transformará en una señal de contenido moral, que puede involucrar tras de sí a una franja de electorado independiente que, en el pasado, no respaldó la candidatura de centro derecha "dura" representada por Macri en el año 2000, el 2003 e incluso en el año 2006. Se verá.