El saldo de dos muertos y más de cien heridos que dejó la crisis desatada en Córdoba por el acuartelamiento de la policía motivó un intenso debate entre el gobierno provincial y la Casa Rosada respecto de las responsabilidades del caso. Desde Nación demoraron el envío de gendarmes mientras comenzaban a producirse los primeros saqueos; el gobernador José Manuel De la Sota, por su parte, hizo del conflicto una nueva edición de su disputa con el kirchnerismo.
En el FpV cordobés le apuntan directamente. Aseguran que nunca se comunicó con las autoridades nacionales para solicitar auxilio, más allá del disparatado tuit enviado a la presidenta Cristina Kirchner durante la madrugada. “Una cosa es lo que reflejan los medios nacionales y otra lo que dicen los medios de acá, operados por De la Sota”, acusan.
En Córdoba desmienten que la crisis de los saqueos que tuvo en vilo a la capital provincial por más de 12 horas corresponda a la “interna del PJ”, una carta común a la hora de abordar conflictos entre administraciones rivales. Fuentes locales consultadas por NOVA aseguran que el malestar de la fuerza policial “venía desde hacía tiempo”. “El planteo es relativamente simple y lineal. No era vox populi, pero se conocía perfectamente”.
El acuartelamiento de la policía cordobesa, bautizado “La Marcha de los Juanes”, comenzó en verdad como una protesta motorizada por las esposas de los uniformados. “Juancitos” es el apodo con el que se identifica en la jerga policial local a los agentes de menor rango.
Los primeros reclamos fueron hechos hace tiempo a los jefes policiales que terminaron detenidos en el marco de la causa conocida como el “narcoescándalo”, y terminaron por presentarse a la nueva cúpula de la fuerza y a la ministra de Seguridad designada por De la Sota después de esa crisis, Alejandra Monteoliva.
A la hora de explicar el conflicto, en Córdoba apuntan que los policías “se ganaron gratuitamente el estigma de narcos” por el comportamiento de la cúpula y cuestionan a la ministra Monteoliva porque “no tiene manejo” del área.
Claro que las críticas desde el FpV local se centran en el gobernador De la Sota, que mantiene una disputa abierta con el poder central. “No tiene capacidad de gestión”, apuntaron a este portal desde el kirchnerismo cordobés. Allí aseguran que la gestión diaria no la lleva adelante De la Sota sino su jefe de Gabinete, Oscar González. “De la Sota se dedicó a politiquear, con el sueño de ser presidente”, acusan.
En el FpV dicen incluso que “todavía no terminamos de saber todo lo que pasó. Lo que se vio no es nada”, aseguran sobre las consecuencias de la oleada de saqueos que se registró en la capital cordobesa desde el martes por la noche.
Desde ese sector descartan la lectura de una “interna” entre ambas administraciones, pese a las dudas que exhibieron las autoridades de los dos gobiernos. “Es un disparate”, rechazó ante NOVA un dirigente kirchnerista cordobés, y aseguró que “nadie” en la Casa Rosada tenía “información oficial” de lo que pasaba.
Sin embargo, en línea con las rivalidades políticas, en el FpV local acusan al gobernador de “no haber llamado nunca” para pedir auxilio. “Una cosa es lo que reflejan los medios nacionales, y otra lo que dicen los medios locales, que están todos operados por De la Sota”, desafían.
En defensa
Para los representantes del kirchnerismo en la provincia mediterránea, las “preocupación” de los funcionarios nacionales ante el conflicto fue “legítima” y “real”. De hecho, aseguran haber mantenido comunicaciones desde el martes por la noche con el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, para ponerlo al tanto de lo que ocurría. “Se ocuparon del tema con una seriedad que enorgullece”, destacaron.
Todo lo demás lo atribuyen a “operaciones fogoneadas desde la cueva de De la Sota”. Tampoco excluyen de los cuestionamientos al obispo auxiliar Pedro Torres, que dijo que la provincia de Córdoba había sido abandonada a su suerte por la Nación. “La victimización fue un juego perverso, este es el fin de la máscara de De la Sota porque la gente empieza a ver otro costado”, desafían.
Como sea, en distintas agrupaciones del kirchnerismo local no cayó bien la demora de la Nación en atender el conflicto. “Hay bronca porque era una situación de urgencia y necesidad”, confiaron a este portal desde otro sector del FpV.
Historia de un conflicto
La protesta comenzó el martes como una medida de fuerza impulsada por las mujeres de los uniformados, que se instalaron en el ingreso de la Guardia de Infantería en reclamo de mejora salariales y de las condiciones de trabajo. El sueldo básico que se reclamaba en primer lugar ascendía a los 10 mil pesos, además de un bono navideño del orden de los tres mil.
Pero eso no era todo: la protesta incluía el mal estado de los uniformes, la falta de fondos para solventar los gastos de los patrulleros y el pedido de mejoras en las condiciones de los cuarteles. Las mujeres se proponían también “limpiar la imagen” de los policías de calle después del “narcoescándalo”.
Sin dar demasiados detalles, De la Sota anunció este miércoles un principio de acuerdo que puso fin al acuartelamiento. Regresado de Panamá, el gobernador aseguró también que no habrá contemplaciones para los saqueadores. El paro de la fuerza desde el martes fue total. Ni siquiera huido guardas mínimas, sólo unos pocos agentes que decidieron cumplir sus funciones por no estar de acuerdo con la protesta.
En la capital cordobesa cuentan de todos modos que los saqueos no fueron motivados por necesidades básicas sino que se trató de “robos organizados”. Incluso hubo “oportunistas” en camionetas de alta gama que se llevaron aparatos de LCD encontrados en la calle.
Los comerciantes montaron barricadas con tachos de basura, maderas y cualquier tipo de elemento que sirviera para contener el ingreso a los locales. Los negocios más afectados fueron los ubicados en las avenidas y en los barrios periféricos, sin distinción entre supermercados y locales pequeños.
Pero la organización estuvo a la orden del conflicto. Llegó a haber deliberaciones para ingresar a un barrio privado. Muchos incluso pusieron a la venta en la red social Facebook los artículos sustraídos de los comercios. No hubo robo de mercadería sino que los saqueadores apuntaron a bebidas alcohólicas, electrodomésticos, ropa y pantallas de LCD, entre otros productos.
El próximo martes, en tanto, De la Sota se reunirá con el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, en el marco de la ronda de diálogo con los gobernadores iniciada con por el flamante funcionario. Ya había solicitado una audiencia. “Voy a exigir al Gobierno que nos paguen a los cordobeses lo que nos deben", desafió.
2 comentarios:
La "operación saqueo" es ya tan vieja y gastada los fines de año que no se puede concebir que alguien se "sensibilice ingenuamente".
Queda clarísimo, lo que de todas formas me llama la atención es la reacción de la sociedad ante la falta de policía y la conciencia del poder de policía que generan estas acciones...
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