12/05/2013

córdoba, apuntes rápidos sobre los saqueos

Córdoba, tierra de nadie

En Apuntes rápidospor Mario Rivas el 5 diciembre, 2013 a las 3:12
Vecinos armados en Alta Córdoba durante los saqueos en la ciudad de Córdoba (foto Flavio Lorenzo vía Tw)
Vecinos armados en Alta Córdoba durante los saqueos en la ciudad de Córdoba (foto Flavio Lorenzo vía Tw)


por Mario Rivas desde Córdoba Capital

Ya nada volverá a ser lo mismo en esta ciudad mediterránea.

Más allá de los saqueos y las interminables horas de angustia y miedo de la mayoría de la población hay algo más profundo que se hizo añicos durante las jornadas del 3 y 4 de diciembre: la creencia de que vivíamos en una ciudad civilizada, con reglas, códigos, derechos y obligaciones. Eso estalló en mil pedazos.

Cómo explicar si no esta sensación que nos queda a los ciudadanos de a pie al ver que los encargados de velar por nuestra seguridad priorizaron su reclamo salarial y de condiciones laborales (reclamos justos, eso no se discute, pero sectorial al fin y al cabo) sin importarles que la ciudad ardiera en un infierno que ningún cordobés podrá olvidar jamás.

Es cierto que los cordobeses venimos siendo rehenes de reclamos sectoriales en los últimos años (municipales, choferes de transporte, entre otros) pero ninguno de la magnitud que vivimos en las últimas horas.

Algunos señalan en esta ciudad que en realidad el verdadero motivo de la protesta policial, enancada en un reclamo salarial, habría sido un “pase de facturas” al gobernador De la Sota por haberle “soltado la mano” a los policía implicados en el escándalo donde se los vincula con el narcotráfico. Puede ser.

Lo real es que la violencia y el despropósito de los saqueos no se había vivido nunca antes en esta ciudad, no al menos en la magnitud que vimos en la tarde del día 3 y la madrugada del día 4. Un reportero gráfico, veterano y muy curtido en esto de cubrir protestas sociales, me comentaba que lo que había visto y vivido mientras se producían los saqueos le había dado verdadero miedo: “Esto no era gente con hambre, era otra cosa”.

Cuando en las primeras horas de la mañana del día 3 ya se vislumbraba que la situación se había salido de madre, el gobernador De la Sota suspendió una visita a Colombia y regresaba desde Panamá a nuestra ciudad, llegando al finalizar el día.

En su primer contacto con la prensa, durante la primera hora del día 4, negó de plano la posibilidad de aumentar sueldos mientras los policías mantuvieran su auto-acuartelamiento. Y deslizó que lo que estaba sucediendo con los efectivos de seguridad se debía “al flagelo de la inflación” al tiempo que se lamentaba de que el Gobierno Nacional no respondía a su pedido de envío de Gendarmería para garantizar el orden. Horas más tarde les otorgó a los policías un aumento de sueldo y el compromiso de que no habría represalias con quienes habían llevado adelante esta medida.

Lo cierto es que su propia ministra de Seguridad, Alejandra Monteoliva, a las 21:50 hs. del día 3, cuando ya la ciudad era una verdadera película de terror, reconocía en declaraciones a la prensa, que el Gobierno provincial descartaba “por el momento convocar a la Gendarmería para que custodie las calles de Córdoba”.

El pedido formal, más allá de un tuit desde la cuenta oficial del gobernador a las 4 de la madrugada del día 4, ingresaría a la Secretaría de Seguridad de la Nación a las 8:40 hs de ese día. Se dispuso entonces el envío de 2000 efectivos de Gendarmería Nacional hacia la ciudad de Córdoba, quienes finalmente no arribarían ante el levantamiento de la medida de fuerza de los policías al mediodía del mismo día 4.

Más allá de esto, que puede parecer anecdótico pero no lo es, lo real es que la situación de precariedad laboral de la Policía de la Provincia es un tema de larga data al cual el Gobierno provincial no supo, en los 16 años que lleva gobernando, darle respuesta adecuada. Algo de eso reconoció en conferencia de prensa, luego de alcanzado el acuerdo para levantar la medida de fuerza, el jefe de Gabinete Oscar González al expresar:“Probablemente frente a esta situación no hubo una valoración de la dimensión del reclamo en un momento determinado. Eso es probablemente  lo que ocasionó después éstas situaciones”. A confesión de partes…

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