6/17/2017

mitos macristas


El CEPO detuvo la inversión privada.

Todos la oposición, encabezada por “Clarín”, sostuvo que el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner frenaba la inversión privada porque había puesto un cepo al mercado cambiario y que de esa manera impedía que funcionase libremente el tipo de cambio, variable fundamental para relacionar todos los precios del país (de los bienes y servicios, del trabajo, de las máquinas y equipos, etc.).  Es más,  en la campaña presidencial Mauricio Macri sostuvo que “eliminaría el cepo desde el primer día si fuera electo presidente”, y además afirmó que “no será necesario devaluar, debido a que la gran cantidad de capitales que ingresarían al país tras un cambio de gobierno presionarían el valor de la divisa hacia abajo”.

Su primer ministro de Hacienda y Finanzas, Alfonso Prat Gay, no bien llegaron al gobierno, en conferencia de prensa del 16 de diciembre de 2015 afirmó: "Estamos contentos de anunciar el fin del cepo cambiario", y adelantó que “en las próximas cuatro semanas se esperan ingresos procedentes de varias vías de financiamiento de un rango de 15.000 a 25.000 millones de dólares, lo que permite retrotraer la situación a noviembre del 2011, previo al cepo”.

Por supuesto que como la recuperación económica del segundo semestre de 2016, o que se estaba volviendo a generar empleó, o que crecía la inversión real,  nunca pasó ni va a pasar con el gobierno de Macri. Lo que si pasó fue una brutal devaluación inicial, acompañada por la eliminación de los derechos de exportación (retenciones) de todos los productos menos de la soja (que se la redujo), lo que provocó una suba sideral de todos los precios y fundamentalmente de los alimentos y con ello un fuerte descenso en el salario real de los trabajadores.

Lo que si pasó y pasa es que ese día el por ese entonces ministro estableció un tope de 2 –dos-millones de dólares por mes para personas físicas y jurídicas, cifra que en mayo de 2016 elevó a 5 –cinco- millones mensuales y, se liberó totalmente desde agosto del año pasado, medida que fue acompañada con la total libertad de ingresos y salidas de capitales, eliminando todo plazo de depósito y todo porcentaje de inmovilización de capitales en el país.
Los resultados son los obvios, en el pasado mes de mayo de 2017, las ventas mensuales de billetes norteamericanos totalizaron 1.581 millones de dólares, "máximo nivel histórico” en la Argentina, lo que permite inferir que empresas, fondos o personas de alto patrimonio apuestan a que el dólar se mantendrá estable y compran títulos públicos en pesos y ganan tasas astronómicas, para volver a dólares ganando la diferencia, por ejemplo:

Valor del dólar 16/06/2016: $ 14,22
Valor del dólar 15/06/2017: $ 16,13
            El dólar se apreció en un año en 13,5% anual
            La tasa de los LEBAC (Letras del BCRA): 38% anual
            Ganancia neta en dólares 24%

Paralelamente a ese ingreso de capitales financieros detallado, las compras de billetes por residentes argentinos se mantuvieron como en meses anteriores, al totalizar 2.358 millones de dólares. Una parte ingresa para especular y los dólares son comprados por otros que lo fugan.

QUE ERA EL MAL LLAMADO CEPO CAMBIARIO

Fue una medida de emergencia ante la constante fuga de capitales (que el  gobierno de Macri propicia y acepta).  Mediante el “cepo cambiario” el kirchnerismo determinaba que todas las divisas debían cambiarse por nuestra moneda en nuestro país, esa estrategia terminaba con la postura de la convertibilidad y de las políticas liberales que la divisa le pertenece al exportador o a quién la trajera a la Argentina cualquiera sea la forma.  Esa postura fue refrendada y generalizada tras las triunfantes elecciones del 23 de octubre de 2011, donde se implementaron las primeras medidas de control de cambio que consistieron en  que todas las sucursales de los bancos y de las casas de cambio autorizadas a operar en cambio debían tener una terminal de la AFIP, para comprobar la existencia real del comprador, que la compra tenga relación con los ingresos declarados, y con los pagos al fisco.

Esto se fue profundizando de manera tal que a mediados del año 2012, quedaba diagramado el control cambiario en:
  • Limitar las importaciones a lo imprescindible (esencialmente permitir para la producción y limitar para el consumo)
  • Limitar las transferencias al exterior de utilidades y atesoramiento
  • “Pesificar” la economía Argentina, limitando al máximo las transacciones corrientes de divisas dentro del país (pago de pensiones del exterior, obligación de depósitos para viajar al exterior, compra de inmuebles, y otros bienes, etc.)
  • Se restableció la obligatoriedad en el ingreso y negociación en el mercado único y libre de cambios de la totalidad de las divisas de las exportaciones petroleras, de gas natural y licuado y de productos mineros.
  • Prohibir la compra de dólares contados o billete para atesoramiento.
  • Se eliminaban también las facturas y se limitaba el uso del cheque en dólares para operaciones con el exterior
  • Se controlaba la compra de dólares para transferir al exterior (Las operaciones de compra de títulos y acciones en el mercado local para ser vendidos en el exterior en divisas, lo que se conoce como contado contra “liqui”)
  • Se cobraba un adicional del 15% (luego ampliado al 35%) de las compras con tarjetas de crédito, de débito y por internet al exterior (deducibles del pago de los Impuestos a las Ganancias, y a Bienes Personales. Si no se paga ese tributo se puede, previa presentación en la AFIP, recuperar ese porcentaje).
  • El control cambiario tenía como objetivos:
  •  El ahorro de divisas, un mayor control fiscal, y desalentar las compras del turismo local en el exterior.
  • Se evitaba el ahorro en dólares, con la pretendida ambición que los pagos en dólares deberían volcarse a la inversión o al consumo
  • Se fortalecía la demanda de bienes y servicios
  • Se adelantaban gastos (que incluyen las políticas de recomposición de stock)
  • Se incrementaban los depósitos y otras formas de ahorro en pesos (al quedar descartado el ahorro en divisas)


El fuerte peso de las empresas extranjeras y el capital más concentrado local y su persistente fuga de capitales,  lograron desvirtuar el control cambiario, generando un mercado paralelo, o “blue”,  que pasó a ser un medio propagador de expectativas desaforadas de crecimiento del valor de la divisa, donde ya no primaba lo económico o técnico, sino que apuntalaban la llegada de un gobierno que le iba a ceder todo el poder a los especuladores en desmedro del pueblo argentino.




No hay comentarios.: