Michetti atribuyó el recorte de pensiones por discapacidad a la “pésima suerte” del Gobierno
La vicepresidenta Gabriela Michetti atribuyó la quita de ayuda económica a discapacitados a “la pésima suerte” del Gobierno, luego del escándalo que desató la determinación del Ministerio de Desarrollo Social de dar de baja miles de pensiones por discapacidad.
“Tuvimos la pésima suerte de que a personas que debían tener la pensión se les dio de baja”, justificó Michetti al tiempo que buscó minimizar el caso porque, según dijo, “inmediatamente se corrigió el error y se les devolvió”.
En diálogo con Radio Mitre, aseguró que “el Gobierno que tiene absoluta conciencia sobre cómo se debe trabajar en esta materia, para asegurar igualdad de oportunidades y atender las necesidades de las personas con discapacidad”.
Lejos de la autocrítica por una medida del Ejecutivo, criticó a la oposición y la acusó de “bajeza” para hace “un aprovechamiento” de este tema con el fin de “asustar y llevar angustia a la gente que necesita esta ayuda”.
Ayer se realizaron manifestaciones en distintos puntos del país en repudio la polémica medida, pese a la promesa de la ministra Carolina Stanley de revertir los recortes y revisar “caso por caso”.
Cientos de personas con distintas discapacidades se concentraron junto a amigos y familiares en el Obelisco porteño para reclamar la restitución de las pensiones no contributivas.
Sandra contó que “esas pensiones son las que les permitían a muchos de nosotros llegar a fin de mes; yo pago un alquiler al que puedo cubrir porque todos los meses estaban los 3.600 pesos que cobra mi hija, que es hipoacúsica”.
En tanto, Graciela dijo que “a los 55 años a mí se me hace muy difícil que me tomen en un trabajo porque tengo dos tumores y soy hipoacúsica; el otro día me enteré que me habían sacado la pensión cuando fui al cajero y no había plata, tuve que esperar hasta el otro día que abra el banco para enterarme que me habían sacado la pensión y cuando fui a la Anses me dijeron que no correspondía porque mi marido es jubilado y cobra 8.000 pesos”.
Por su parte, Natalia contó que “las pensiones no son un privilegio, son una necesidad; mi hijo tiene síndrome de West y cobra 4.000 pesos mensuales, pero cada paquete de pañales son 164 pesos y cada sesión semanal de terapia 300”.
Ana, docente de Quilmes, relató que “mi mamá sufre esclerosis múltiple y tiene 90 por ciento de discapacidad, pero así y todo le sacaron la pensión porque su marido que es jubilado cobra 9.000 pesos”.
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