Todo es opinable
El salario mínimo, vital y móvil es central como piso de 
remuneración para evitar el efecto de trabajador pobre típico de la 
informalidad, esta vez en el mercado formal.
Por ese motivo, para aumentar la explotación del factor trabajo, la 
institución salario mínimo había sido congelada y finalmente demolida 
por el neoliberalismo como mecanismo histórico de protección para los 
asalariados de menores remuneraciones.
Al respecto, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) señala: 
“Durante los años noventa, en un escenario en que muchos países 
aplicaron políticas de liberalización y apertura de los mercados de 
bienes y servicios y financieros, hubo voces que también propusieron 
eliminar el salario mínimo como una forma de dar mayor libertad a las 
fuerzas del mercado. Si bien muy pocos países en el mundo se han 
aventurado por el camino de la eliminación del SM, no han sido pocos los
 que deliberadamente han optado por debilitarlo como piso relevante de 
la escala salarial”.
En su historia reciente, los países del Cono Sur practicaron algunos de estos enfoques, y en su aplicación debilitaron el instrumento al punto que en muchos casos pasó a tratarse de una política desprestigiada. En los últimos años, sin embargo, en su mayoría han dado pasos concretos con miras a recuperar el SM como una política efectiva para proteger a los trabajadores de más bajos ingresos.
En efecto, luego de una década de congelamiento y finalmente 
estrepitosa caída entre 2001 y 2002, el salario mínimo en Argentina se 
recompone recién a partir del año 2003 de manera sostenida, y se alinea 
con el de Chile y Brasil recién en el año 2004, con Néstor Kirchner en 
el gobierno...


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