Ayer dimos cuenta del notable crecimiento económico Peruano. En este análisis de La Economía On Line, observamos más en detalle la modalidad que asume este crecimiento , sus beneficios y sus altos costos.
Perú anda de parabienes y no deja de
recibir buenas noticias. Inversiones que ingresan al país, mejoras en la
calificación de la nota soberana por parte de la calificadora de riesgo
Moody’s por mantener “políticas fiscales y macroeconómicas prudentes”. A
pesar de que “si bien el presidente Humala intentó aumentar el enfoque
del Gobierno en la inclusión social, desde que asumió el cargo ha
demostrado su compromiso de mantener políticas fiscales y
macroeconómicas prudentes y de respaldar el continuo desarrollo de la
industria minera, contrariamente al temor de que sus políticas
condujeran a un deterioro fiscal y que decidiera dar un enfoque más
intervencionista a la economía”, afirmó la calificadora.
Una docena de años creciendo al doble
del promedio de América Latina, ha triplicado el PIB en 10 años, redujo
la pobreza en 15 puntos y lo acompañó con una inflación baja.
Sería de esperar que las grandes
inversiones colaboren con un país que ha transcurrido su historia a la
par de exacciones colonialistas.
Recorramos la estructura de este milagro económico latinoamericano.
Perú es líder a nivel regional en
producción de oro, plata, zinc, plomo, estaño y telurio y, a nivel
mundial, es el primer productor de plata y segundo de cobre y zinc.
Respecto de la revalorización de los
recursos naturales con que la región se vio beneficiada en la última
década, vale la pena esta aclaración: el oro, en la última década, se
revalorizó 6,8 veces; la plata, hasta 10 veces; el zinc, hasta 6 veces;
el plomo, hasta 9 veces y el cobre, 4,6 veces (a modo de referencia, la
soja en el mismo período se revalorizó 2,3 veces). Perú ha quintuplicado
la inversión externa y más que sextuplicado sus exportaciones (61% de
ellas son metales).
El costo del milagro
Perú recibió US$ 15.000 millones en
inversiones en el sector minero entre 1999 y 2009 por parte de todas las
empresas mineras, pero sólo cinco mineras en sólo cinco años
(2005-2009) se llevaron US$ 20.000 millones de utilidades.
Muchas de las operaciones a gran escala
se ubican entre las unidades productivas de menor costo unitario de las
mineras internacionales. Con el 35% de rentabilidad anual, en tres años
recuperan la inversión.
Perú tiene una extensión total de 128
millones de hectáreas de las cuales tiene más de 20 millones
concesionadas a industrias de minería según catastro minero nacional de
Perú, más de 50 millones a petroleras y más de 8 millones de hectáreas a
forestales (es decir, suman 80 millones de hectáreas), lo que implica
que más del 60% del territorio está “loteado” a concesiones extractivas
mineras, petroleras o forestales, principalmente empresas privadas
trasnacionales, de acuerdo a ProInversión, Agencia de Promoción de la
Inversión Privada de Perú.
Las áreas concesionadas a las empresas
mineras incluyen comunidades campesinas y ocupan ríos, lagos, montañas,
partes de glaciares y, en algunos casos, poblaciones.
Un estudio de minería presentado en la
Universidad de San Juan databa que en 2006 había 97conflictos
socio-ambientales de los cuales 20 eran con empresas mineras, y en 2010
los conflictos habían aumentado a 246 en total, de los cuales 125 eran
con mineras, según cifras publicadas por la oficina de la Defensoría del
Pueblo, en Perú. Es decir, más del 70% de los conflictos
socioambientales son creados por empresas mineras. De 95 casos en
proceso de dialogo entre las comunidades y las empresas extractivas, 55
comenzaron luego de hechos de violencia: de otra manera no se oiría la
voz ciudadana...
Un análisis con datos de INEI (Instituto Nacional de Estadísticas e Informática de Perú) de la evolución de los
salarios versus las utilidades de las empresas entre 1991 y 2009
explicaba que mientras los salarios representaban el 30,1% del PBI en
1991, para 2008 habían descendido al 21%.
Las utilidades de las empresas en 1991, en general, eran del 52,7% del PBI y para 2009 habían subido su participación al 63% del PBI. Lo que perdieron los asalariados lo ganaron las empresas.
El subempleo y desempleo representan más
del 50% de la PEA nacional. En el mismo sentido, la pobreza alcanza a
la mitad de los peruanos. Entre 2002-2010, el PBI per cápita en términos
reales se elevó 50%, pero el salario real del sector privado subió 9 % y
los sueldos en el sector público se redujeron 3%.
El coeficiente de Gini en las
principales regiones de explotación de industrias extractivas, donde se
supondría que el efecto riqueza se puede desarrollar con mayor
intensidad, por el contrario, ha tenido variaciones negativas en más de
10 puntos porcentuales. Es decir, se ha profundizado la desigualdad.
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