El empleo y consumo son los dos indicadorees implicados en la fortaleza político-electoral del oficialismo de manera absoluta, complementado con el raquitismo opositor, aún prekirchnerista al menos en sus líneas dirigenciales más visibles.
El conjunto de la política económica oficial entonces, apunta casi con exclusividad -- y esto es oportuno y crítico a la vez --, a sostener los niveles más altos posibles de ambos indicadores, en una coyuntura ciertamente crítica, aunque con perspectivas de mejoras el próximo año , al menos en algunos aspectos importantes como observamos ya en Ramble.
El análisis del movimiento del mercado financiero muestra la orientación pro empleo y consumo de las políticas oficiales y sus límites, claro. Leemos en Analytica:
Avanza el segundo semestre y empieza a definirse la dinámica de algunas de las variables centrales.
El sistema financiero sigue
desdolarizándose. Tanto los depósitos como los préstamos en dólares
continúan cayendo. Las colocaciones del sector privado se ubican en US$
8.400 M, lo que representa una baja de 42% con respecto al pico de
octubre pasado. Con menos dólares para prestar en los bancos y empresas
reacias a tomar deuda en esta moneda, el stock de créditos también
continúa en retracción: cayeron 29% desde octubre y se ubican en US$
6.800 M.
En el segmento pesos, la dinámica es diametralmente opuesta. Las
empresas están acelerando la demanda de crédito, en parte, para
sustituir la menor oferta en dólares, pero también para beneficiarse de
un entorno de tasas reales de interés bajas (o incluso negativas, en
algunas líneas). En términos agregados los préstamos totales en pesos
están creciendo a un ritmo anualizado cercano a 50%, con fuerte
dinamismo en los comerciales.
Anualizando la expansión del último bimestre, el stock de adelantos
en cuenta corriente y descuento de documentos creció 82%, lejos de los
créditos prendarios (+25%) y de las líneas destinadas al consumo (+21%).
Por su parte, los depósitos crecen a un ritmo anualizado de 42%,
aunque se observan movimientos significativos entre colocaciones.
Durante mayo y junio los ahorristas optaron por las colocaciones a la
vista, pero a partir de julio se observa una mayor preferencia por las
colocaciones a plazo.
Esto último también estuvo impulsado por un aumento en las tasas de
interés, en un intento de los bancos por mejorar su liquidez. La tasa
BADLAR promedio Bancos Privados ascendió a 14%, más de 200 puntos
básicos por encima del nivel de mayo pasado (11,7%).
Ante la falta de alternativas de inversión, los ahorristas siguen
resignándose a colocar sus excedentes en los bancos, aún sabiendo que la
rentabilidad es negativa en términos reales. De hecho este entorno
también es el que sigue impulsando el consumo e incluso la inversión en
ladrillos (mediante fideicomisos de construcción, por ejemplo) aún en un
contexto de incertidumbre en el sector.
En términos generales, la mayor expansión del crédito frente a los
pasivos privados registrada en el último bimestre sugiere que se
mantendrán las presiones al alza en las tasas de interés. La suba sería
más abrupta de no mediar la aceleración de la emisión monetaria del
BCRA, hoy en torno a 35% anual.
El gobierno está convencido de que debe mantener las tasas reales
negativas para seguir estimulando la inversión y el consumo. La ventaja
de este alineamiento es que sostiene el estímulo a la demanda; el costo
es que –sin una política activa en este sentido- la inflación se
perpetúa y sigue erosionando la competitividad.
1 comentario:
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Gerardo | Inversiones Rentables!
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