Sueño a la vista: Tres jóvenes subsaharianos miran a Melilla desde el lado africano |
La inmigración ilegal y legal , paulatinamente cobra volumen y centralidad en el cada vez más rígido y acotado universo de pensamiento de las clases dirigentes de la eurozona en crisis, que, como en toda crisis demandan encontrar chivos expiatorios, lejos, bien lejos de las buenas conciencias.
Así las cosas, a las asimetrías intrazona, deben agregarse como problemática las asimetrías extrazona en países próximos y la corriente inmigratoria que esta circunstancia provoca.
El caso de los jóvenes marroquiés " acechantes" en España, es muy didáctico. Leemos:
Entre los pinos, la basura acumulada de meses, quizá de años, huele
mal. En el suelo se ven plásticos, latas oxidadas y porquería de diversa
procedencia rodeada de tierra y piñas secas. Hay algunas camisetas
sucias y raídas colgadas de una rama. Esta noche apenas tienen qué
comer. Tan solo un trozo de carne de cordero maloliente recogido de la
basura. Tampoco hay ningún cartón o manta sobre los que dormir. Hace
unas horas, la policía ha reventado el campamento y se lo ha llevado
todo
.¿Que España está en crisis?
África está muerta”, dice un inmigrante
Esto es el gueto. O uno de ellos, más bien. Las residencias a la
intemperie separadas por nacionalidades que los inmigrantes africanos
han improvisado en el monte Gurugú, en Marruecos, para planear y
preparar cómo cruzar la frontera y llegar a Melilla.
Unos 50 jóvenes asustados se sientan en torno al fuego el viernes por
la noche. Se han mezclado los grupos de Costa de Marfil, Malí, Níger y
Burkina Faso. Para muchos, quizá sea su última cena en el bosque. En los
últimos tres días la policía marroquí los ha capturado a centenares.
Después de los dos últimos grandes asaltos a la valla de Melilla
la madrugada del sábado al domingo pasado, cuando 450 subsaharianos
intentaron pasar a España (60 lo consiguieron) y después de que la
delegación del Gobierno en la ciudad autónoma asegurara que un millar de
inmigrantes esperaban en las inmediaciones de la frontera para intentar
atravesarla ilegalmente, Marruecos se ha puesto manos a la obra. Los
persigue por el Gurugú, los arresta y los mete después en grandes
autocares de línea blancos custodiados por agentes rumbo a la comisaría
de Nador, como ha comprobado este periódico. Después los envía a Oujda,
en la frontera con Argelia, desde donde, nuevamente libres, tratarán de
regresar una vez más a Melilla...
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