7/05/2012

sanata y fe: reforma tributaria y el código da vinci


Leemos a Darío Schueri sobre las peripecias que impone sobre los partidos tradicionales en general y el peronismo en particular la eventual reforma tributaria santafesina.



La reforma tributaria esconde más misterios, enredos, intrigas y traiciones que la novela El Código Da Vinci. Hermes Binner intentó vanamente en tres oportunidades que viera la luz durante su gestión. Por estas horas el mensaje que aguarda en Senadores divide las aguas dentro del peronismo.Y quizás atice diferencias entre sectores del radicalismo y su turbulenta relación con los socialistas.

El pacificador presidente del Partido Justicialista José Luis Freyre reunió a parte de la tropa este lunes en Rosario para escuchar opiniones sobre el futuro de la reforma tributaria que tiene preferencia para ser tratada el jueves 12 de Julio. El arco iris discursivo no pudo converger en un solo haz de luz que iluminara el espectro de asistentes cuya única coincidencia era la pésima administración socialista que los lleva a semejante encrucijada. Lo que no es poco dialécticamente; pero insuficiente ante el hecho consumado de la reforma en el Parlamento con pedido de preferencia del propio peronismo para ser tratada en una semana.

José Luis Freyre estuvo ante el “avant premiere” de lo que será la interna política del 2013 (de cara al 2015) al escuchar opiniones y afirmaciones tan disímiles como intereses políticos representan. Desde quienes piden lisa y llanamente que el socialismo gobernante retire inmediatamente el mensaje de Senadores y envíe uno nuevo conciliado con los industriales, a los cuales ahora piensa grabar – a pedido de los radicales – con el Impuesto sobre los Ingresos Brutos; pasando por los mas conciliadores que piden mesura y análisis de otros escenarios menos catastróficos.

Este jueves Freyre reunirá al Foro de Intendentes y Presidentes Comunales, junto a Senadores y Diputados para encauzar el debate definitivo, que seguramente será de alto voltaje político, debido a que no todos los senadores (once) están convencidos de poner al oficialismo ante semejante condición terminal (o retira el proyecto antes del 12 o el peronismo votará su regreso al Ejecutivo) toda vez que saben de los esfuerzos del socialismo por complacer a sus socios radicales, enviando las enmiendas pedidas por éstos: grabar con Ingresos Brutos a la industria, acotar el revalúo para el campo, y eliminarlo para el sector urbano.

El propio Ministro de Gobierno y Reforma del Estado Rubén Galassi declaró hace poco que senadores peronistas con los cuales se entrevistó últimamente nunca le plantearon retirar el proyecto, tal como había señalado el presidente de la Comisión de Presupuesto Alcides Calvo.

Durante el sínodo peronista de Rosario quedaron expuestos pensamientos encontrados en torno del revalúo fiscal para el sector agropecuario para que los productores no paguen bienes personales y renta presunta; “no es posible que se grabe a la industria y se deje exento al campo, por el solo hecho de que no quieren que el gobierno nacional perciba bienes personales”, se quejaba el kirchnerismo paladar negro, que a su vez coincide (con los radicales) en que el sector industrial debe tributar Ingresos Brutos a partir de una determinada facturación.

El punto en cuestión es quien se hace cargo del costo político; “es una barbaridad que sea la mayoría peronista la que incorpore en las Comisiones del Senado las correcciones enviadas por el Poder Ejecutivo, y encima fije el porcentaje a grabar con IB a los industriales sobre la base de una tabla que mandó Ingresos Públicos que se parece a un “múltiple choice”, se escuchó quejar.

Pero la necesidad tiene cara de hereje; otros recordaron que intendentes y presidentes comunales peronistas – de allí la convocatoria al Foro para este jueves – presionan a sus senadores por la reforma para no quedar “defaulteados” en sus administraciones.

Para licuar responsabilidades a futuro, luego de la reunión de Rosario el peronismo elaboró un documento, que tuvo la impronta acusatoria de mala administración socialista del obeidismo, en el cual hacen notar que “toda discusión tributaria tiene que estar necesariamente precedida de una explicita decisión del Poder Ejecutivo de reordenar el gasto público, realizando las economías posibles para garantizar el pago de salarios y la recuperación de la inversión publica, formulando un plan de desendeudamiento y de inversiones que permita monitorear los recursos públicos disponibles y a asignarse. Asimismo, se opone a cualquier intento de delegación de facultades para actualizar los valores de los inmuebles rurales, resorte exclusivo del Poder Legislativo”.

Radicales enojados.

Independientemente de la reforma tributaria, en la cual pareciera que hubo unidad de criterios, un sector del radicalismo reaviva viejos y nuevos enconos con el socialismo. Se trata del Grupo Escarapela, cuyo máximo exponente es el Presidente del Partido a nivel nacional Mario Barletta, que el domingo por la noche debatió largamente hasta avanzada la madrugada del lunes con miembros del sector la utilidad de seguir participando de un frente gobernante del que evidentemente – al decir de algunos de sus integrantes – no tienen arte ni parte.

El disparador fue la decisión del radical rosarino Sebastián Chale de renunciar a la Secretaría de la Producción de la Municipalidad de Rosario porque "la gestión (de la socialista Mónica Fein) no estaba cumpliendo con las expectativas que se generaron"; haciendo notar la "inconsistencia" del Frente Progresista en el Concejo Municipal lo que generaba "desconfianza y resquemores". Chale remarcó que su decisión fue "consultada y avalada" por el titular de la UCR, Mario Barletta, y por un grupo de legisladores radicales afines a su sector, a quienes les comunicó la determinación el domingo por la noche.

Por estas horas, nadie del sector Escarapela confirmó semejante malestar con el socialismo; mientras que legisladores del Movimiento de Afirmación Radical -M.A.R- liderados por diputado Santiago Mascheroni anunciaron que este martes por la noche se reunían en Rosario para evaluar el cuadro de situación, aunque desestimaron que el fastidio del Grupo Escarapela pueda ir mas allá de emociones sobresaltadas por las circunstancias: “el Frente Progresista es una herramienta que debemos preservar”, opinó un senador del M.A.R.

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