El proceso de desendeudamiento externo en especial el privado , es uno de los pilares de la fortaleza del modelo iniciado en mayo del año 2003 y que tiene a maltraer a los gurúes endeudaores y sus pronósticos apocalípticos.
Néstor Kirchner previó una década antes que los analistas ilustrados, el impacto de la deuda externa y la inducción a la crisis de la economía real que supone , circunstancia que finalmente hoy es reconocida por todos urbi et orbi, en especial frente al marasmo de la deuda en la eurozona (ver cuadro de apertura).
Un buen panorama de la situación del endeudamiento externo local , su composición y dinámica de pago en el lapso comprendido entre los años 2012 y 2013 brinda hoy David Cufre en Página 12:
El peso de la deuda no es lo que era
Los efectos de la política de desendeudamiento se apreciarán en la próxima década, cuando habrá una caída de los vencimientos a afrontar. 2012 es uno de los últimos años que demandan mayor esfuerzo al Estado. En los próximos meses vienen los pagos más fuertes.
El
peso de la deuda en manos privadas se viene achicando año tras año. El
último dato oficial muestra que los pasivos en moneda extranjera con
esos acreedores representan sólo el 9,6 por ciento del PIB y, si se
suman los compromisos en pesos, ascienden al 13,5 por ciento. En 2005,
después de la reestructuración, la deuda pública externa equivalía al
34,8 por ciento del Producto. Los datos muestran los resultados de la
política de desendeudamiento, cuya continuidad está garantizada para la
próxima década: los vencimientos hasta 2021 se reducen en términos
absolutos y –seguramente– también bajarán en relación con el PIB. Sin
embargo, 2012 todavía es un año que exige un esfuerzo al Estado, y la
parte más difícil está por venir.
Los compromisos totales para este año –capital e intereses–
ascendían a 15.700 millones de dólares, sin computar los bonos que no
entraron en los canjes de 2005 y 2010 ni el cupón atado al PIB. De ese
número global, 7400 millones eran vencimientos con el sector privado,
2300 millones con organismos financieros internacionales y los 6000
millones restantes, con agencias públicas como el Banco Central o la
Anses. Pasado el primer semestre, quedan por pagar el 58 por ciento de
los vencimientos: 4400 millones con el sector privado y 1200 millones
con organismos, más otros 3200 millones intra sector público, según
cifras oficiales a las que accedió Página/12.
Para completar la cuenta de 2012 hay que sumar unos 3500 millones de
dólares del cupón PIB, que se gatillan por el crecimiento de 9,2 por
ciento de la economía el año pasado. En conclusión, el Gobierno deberá
desembolsar cerca de 9000 millones de dólares hasta fin de año para
cumplir con el sector privado y con instituciones como el FMI o el Banco
Mundial. El Banco Central presupuestó 4165 millones para el Fondo de
Desendeudamiento para este trimestre, y haría falta una cifra similar
para el último cuarto del año. Eso pone una exigencia importante en un
contexto de estancamiento de las reservas. El Central canceló en el
primer semestre líneas que había tomado con el Banco Internacional de
Pagos y otras entidades a fines de 2011, lo cual le regeneró la
posibilidad de crédito para sostener las reservas en los próximos meses.
Además, hay desembolsos pendientes de organismos de crédito en favor
del país.
El esfuerzo que debe hacer el BCRA este año se transforma en un
panorama más desahogado en 2013. Los vencimientos de capital suman 9300
millones de dólares y los de intereses, 5900 millones. En total son
15.200 millones, no mucho menos que los 15.700 millones de 2012. Sin
embargo, baja la proporción de deuda con los acreedores privados, hasta
5500 millones (contra 7400 millones de este año) y con los organismos,
hasta 2100 millones (contra 2300 millones), mientras que la deuda con
agencias públicas sube a 7600 millones. Otro ítem que seguramente hará
diferencia es el cupón PIB.
El nivel de actividad de 2012 estará muy
lejos de la expansión de 9,2 por ciento de 2011, lo que reducirá el
monto de los pagos en este concepto. Y aún está en debate si la economía
crecerá por arriba del 3,26 por ciento que se necesita para que los
bonistas se hagan de ese “premio”, comprometido cuando se concretó el
primer canje de deuda.
Los dos años siguientes, 2014 y 2015, la curva vuelve a subir
levemente, y de ahí en más baja a niveles mínimos hasta 2021. Para 2014
están previstos en este momento vencimientos por 8700 millones de
dólares con el sector privado y organismos financieros (eran 9700
millones en 2012 y 7600 millones en 2013), en tanto la cifra trepa un
poco más, hasta 11.200 millones en 2015. En 2016 se produce una caída
abrupta, hasta sólo 3200 millones de dólares, en tanto que en 2017 sube
hasta 7100 millones. De ahí en más, todo va cuesta abajo, con 1900
millones en 2018, 1800 millones en 2019, 1900 millones en 2020 y 1700
millones en 2021. En todos los casos, no se estiman pagos para el cupón
PIB ni los títulos públicos en manos de fondos buitres y otros holdouts...
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