5/06/2012

ypf: aspiradoras

Sostuvimos en Ramble que en orden a la estricta racionalidad económica , más allá de la pertinente discusión ideológica o como se la llame , era imposible mantener sectores estratégicos de la economía nacional en manos de empresas atadas a la crisis global en general y la española en particular.

Son estas empresas aspiradoras de divisas e incapaces de establecer un horizonte de inversiones. 


El 2 de mayo, cuando faltaba todavía la sanción de Diputados y la promulgación de la ley, Richard Dreyton escribió en el diario británico The Guardian una columna con sabor global en el título: “Las democracias pueden frenar a los depredadores financieros, y la Argentina y Bolivia están mostrando cómo”. Su tesis es sencilla: “Las nacionalizaciones han sido caracterizadas como demagogia populista. Pero son una respuesta a la especulación tóxica”.

El razonamiento de Drayton es que en ambos casos, el boliviano y el argentino, “las multinacionales españolas priorizaron la repatriación de dividendos por sobre la inversión”. La prioridad estuvo fijada por banqueros de Londres y Nueva York. Agrega el autor de la columna: “Detrás del asunto Repsol-YPF, en particular, había algo muy cercano al capitalismo enfermo que causó la crisis de 2008”. 

Describe las maniobras riesgosas y sin sustentación real a través de los numerosos subproductos financieros que la jerga conoce como “derivativos”. Repsol sería, según Drayton, una empresa con doble vida. Por un lado es una firma petrolera y por otro un canal para timbear. Si el petróleo es una mercancía, luego esa mercancía termina generando recursos para la especulación sobre la especulación misma. Igual que los bancos: algunos invierten, pero en general su negocio es tomar dinero barato y tomar ganancias en otro lugar del mundo. El petróleo funciona, así, como el origen de una burbuja, como sucedió con las hipotecas-basura respecto de los préstamos originarios para llegar a la casa propia.

A la Argentina, en términos petroleros, le estaban quedando las hipotecas-basura, papeles invendibles y problemas reales por delante, mientras Repsol podía colocar dinero con ganancias del 9 por ciento en 2011.

Para Drayton, la furia de diarios como The Financial Times, de Londres, y The Wall Street Journal, de Nueva York, no se debe tanto a la expropiación en sí misma como a uno de sus efectos. Al nacionalizar, la Argentina cortó una cadena importante que relacionaba el petróleo de Repsol con bancos de inversión en esas dos ciudades, poseedores de los productos financieros de baja calidad derivados de la ganancia original.

En su discurso de cierre, el presidente del bloque de diputados del Frente para la Victoria, Agustín Rossi, desarrolló esa línea de pensamiento. También argumentó en el mismo sentido Carlos Heller, aliado del oficialismo en Nuevo Encuentro, mientras informaba que las petroleras siguen estando en el pelotón de las empresas más importantes del mundo en el ranking de Forbes. Pino Solanas habló del petróleo como de “un surtidor del que sale oro”. También pidió reconocer la grandeza de los que votaban a favor de un paso importante impulsado por un Gobierno que cuenta a funcionarios responsables, a su juicio, de las sombras en la gestión reciente.

La conclusión de Drayton: “Al nacionalizar, la Argentina mostró que un gobierno democrático puede frenar a los depredadores financieros. Y esto no significa que ahuyente a nuevos inversores: ya están buscando acceso a las reservas argentinas de shale oil, las terceras del mundo, las empresas Talismán, ConocoPhillips, Chevron y compañías chinas”.

1 comentario:

Zapiola dijo...

Además de Exxon, "ya están buscando acceso a las reservas argentinas de shale oil, las terceras del mundo, las empresas Talismán, ConocoPhillips, Chevron y compañías chinas."

Sin preocuparse, lógicamente, de la deuda de US$9.000 que deja Repsol sobre #YPF y que pesará sobre el pueblo argentino.