Que la aparición en escena del peronismo kirchnerista arrinconó a la derecha republicana y entregadora no es novedad, a punto que sus representantes solo toman iniciativa política editorializados por los medios e intentando apropiarse cada tanto de los supuesto réditos que imaginariamente le dejaría cuanta tragedia da vueltas por ahí, ahora mismo la de plaza Once. Son sus reglas, nada que objetar .
Menos advertida sin embargo, es la demolición del imaginario ( y no solo el imaginario) de izquierda panmarxiana que no da pie con bola desde 1945 en general y desde mayo de 2003 en particular , a punto de haberse convertido -- como sus ancestros de mediados del siglo pasado --, en simpáticos bufones de la corte, muchos de ellos reciclados a rebeldes luchadores ya en el ocaso de su vida política (ay!) , y en muchos casos también de la otra (ay! ay!)
Leemos al Perro respecto:
La impronta marxiana
Cuesta comprender, entonces, la declaración de 17 intelectuales que identifican esta madura perspectiva con “la trágica aventura militar de 1982”. Varios firmantes provienen de distintas confesiones marxistas. Cuestionan como contrario a la paz “el intento de devolver las fronteras nacionales a una situación existente hace casi dos siglos –es decir: anterior a nuestra unidad nacional y cuando la Patagonia no estaba aún bajo dominio argentino–” y destacan las “inevitables consecuencias de largo plazo” que atribuyen a la guerra perdida en 1982. En esta legitimación pasiva del apoderamiento británico de las islas reverbera el Manifiesto Comunista de 1848 y su apología de la expansión colonial como transmisora de “la civilización hasta a las naciones más salvajes”.
O la declarada alegría de Marx ese mismo año por “la conquista de México” por los Estados Unidos porque, como celebró Engels “la magnífica California” fue “arrancada a los perezosos mexicanos, que no sabían qué hacer con ella”. Podría seguir con las enmiendas tardías de Marx, perfeccionadas por Lenin al distinguir entre el nacionalismo opresor de las grandes potencias y el nacionalismo liberador de las sociedades más débiles sometidas por aquellas, fundamento del posterior tercermundismo. Pero sería superfluo para estos efectos, porque los buscadores de nuevas alternativas para las Malvinas se quedaron en 1848.
En esas definiciones marxianas puede encontrarse también la génesis del tránsito de algunos de ellos hacia el liberalismo y su aversión hacia el actual gobierno, que parece su motivación más profunda. Es legítimo reclamar la “crítica pública del apoyo social que acompañó a la guerra de Malvinas y movilizó a casi todos los sectores de la sociedad argentina” y no es verosímil reducir ese fervor a una manipulación mediática, aunque es ostensible que ocurrió. Pero no hay razón para excluir de esa revisión a ellos mismos y a los partidos y las organizaciones en las que militaban. Salvo error u omisión, las corrientes leninistas, trotskystas y maoístas apoyaron la invasión con entusiasmo.
6 comentarios:
Artemio, lo de HV, mucho gre gre, la clave se tooooodo lo que escribe hoy está acá....
" un corte de ruta constituye al mismo tiempo una protesta social y un delito del Código Penal"
Señores jueces, a criminalizar, a criminalizar...La nueva "doctrina" de la Restauración.
Sin la tan proclamada "no represión de la protesta"...
En una nueva variante de la espiral del silencio de Noelle-Neumann (no confundir con la espiral de Nicole Neumann), pocos se animan a llamar a estos 17 canallas como lo que son: cipayos. Hay que perforar al toque este nuevo cerquito mediático. Entonces, cipaya Sarlo, cipayo voleibolista cuyo nombre no recuerdo, cipayos los restantes alcahuetes del Foreign Office. Y cipayo "peronismo" disidente que no firmó la declaración de Tierra del Fuego. A propósito, que algunos de estos cipayos se autoproclamen "peronistas", no exige que las autoridades del PJ les inicien de inmediato una causa civil por usurpación de identidad partidaria??
La izquierda Marxiana no da pié con bola desde que vivía Carlos Marx... POr ejenplo sus opiniones sobre Simón Bolivar... Las devastadoras opiniones con que Marx estigmatiza a Bolívar constituyen hoy un colosal problema teórico y político para el movimiento marxista.
Vaya, que al publicar mi opinion en en mi blog me encuentro con esto en el mismo sentido
Artemio, como dice Fernando Rosso, tanta cháchara es para justificar hacer de la protesta social un delito. Sobre lo de Malvinas, le dejo opiniones trotkistas
http://apuntesdefrontera.blogspot.com/2012/02/malvinas-el-marxismo-y-la-cuestion.html
todavia dale y que dale con la cita esa de trostky bancando al brasil "fascista", la misma que lo llevo a Moreno a gritar "que traigan al principito" en la plaza; 30 años con el mismo disquito y aca no pasó nada
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