11/28/2011

fragmentación del mercado de trabajo y la modalidad de representación sindical

Ayer Mario Wainfeld reflexionaba sobre reivindicaciones sindicales en el contexto de las asimetrías salariales existentes: El incremento del mínimo no imponible para trabajadores en relación de dependencia es un beneficio coyuntural (no necesariamente un privilegio) para los trabajadores formales mejor retribuidos. Una política fiscal que debe atender a otras variables, entre ellas las necesidades de laburantes menos protegidos.

Las dos reivindicaciones coinciden en serlo para el tramo mejor colocado de la clase trabajadora, lo que no basta para desestimarlos pero sí para calibrar su importancia.

Efectivamente las asimetrías salariales son hoy muy notables y se amplian con reclamos como la elevación del mínimo no imponible del impuesto a las ganancias y la bajada a paritarias de la participación en las ganacias empresarias por los trabajadores como señala ya no Estebitan terror de los cabeza de lata , sino el mismísmo Oscar Schmidt, como se lee acá.

La informalidad laboral que impacta sobre el 34,5% de los asalariados que reciben en promedio salarios por debajo del valor de la línea de pobreza para un hogar tipo metropolitano - Canasta de Consultora Equis $ 1.900 - es una primer cuestión que explica la desigualdad en la estructura salarial muy conversada y a tener en cuenta para analizar la continuidad del patrón de inequidad.

Un segundo factor al interior del mercado de trabajo es la dispersión salarial y la concentración en la cúpula de la masa salarial formal privada, mucho menos estudiada pero con efectos contundentes.

Al respecto, el gráfico que abre el post muestra cómo se distribuyen los 23.000 millones de pesos mensuales a valores del año 2010 , que conforman la masa salarial formal privada, por estratos de trabajadores según escala salarial.

Como se observa, sobre 7,5 millones de trabajadores formal-privados, el 30% que más gana se distribuye el 64,4% de la masa salarial total, en tanto el 30% que menos gana accede al 9,8% de la masa salarial formal privada total .

Si desagregamos el 20% de la base y la cima de los asalariados, la participación correspondiente al 20% que más gana es del 52% de la masa salarial formal privada , mientras el 20% de la base recibe diez veces menos, el 5,2%.

Esta brecha salarial entre estratos de trabajadores tan significativa es producto de la diversidad del sistema productivo, pero también resulta impulsada por las modalidades dominantes de representación gremial, y debiera ser tenida en cuenta al analizar las causas de la continuidad en el tiempo del patrón de inequidad y, aun más, el sostenimiento de niveles de pobreza superiores al 25% de la población, incluso en situación de virtual pleno empleo.

Es en este punto específico donde cabe reflexionar sobre la morfología de la estructura productiva, la arquitectura del mercado de trabajo no solo en su par formal/informal sino dentro mismo de la subestructura formal y la modalidad de representaciones sectoriales, tanto por el lado empresario como el sindical , que surgen como representaciones dominantes en este conjunto.

En este punto, la sobrerepresentacion de los grandes empresarios nacionales y transnacionales resulta la contracara de la modalidad dominante de sobre representación gremial de los trabajadores formales de la cúspide de la pirámide salarial.

Es la sinergia de ambas modalidades de representación corporativa la que demanda del estado su función de mediación y equilibrio , no solo para evitar que la representación gremial, siempre el polo más debil de la relaciób a proteger resulte disminuída en sus derechos, sino que los trabajadores que aún permancen por fuera del marco formal y aquellos que formalizados integran la base de la pirámide salarial, no perpetúen su postergación.

2 comentarios:

El Bosnio dijo...

Mas alla del privilegio, algo que no se considera es que si no se ajusta el minimo no imponible por inflacion/aumento salarial, equivaldria a bajar el minimo 20% por año en un pais con estabilidad de precios.

Aun aceptandolo como un privilegio, nois quedan dos preguntas a formularnos: Si en la Argentina este es el privilegio que debemos corregir primero y si debemos corregirlo bajandolo 20% anual en terminos reales?

Nicolás Alfonso dijo...

Artemio y el bajo nivel de sindicalización, ¿no incide también en salarios y otras condiciones laborales?

Abrazo