8/30/2011

periodismo posta, el no lugar...

Una reflexión sobre el periodismo aparecida en Revista Crisis que resulta muy interesante. Busca eso sí una diagonal que busca con fundamento una trinchera en medio de la guerrilla de medios , pero no la encuentra . Y no lo hace a nuestro juicio porque esa deseable superación "del estado actual de las cosas" es materialmente im-po-si-ble, se trata, en rigor, de un arquitectónico "no lugar".

Prueba de esa ausencia plena, es que la nota superadora, como toda superación, la firma un tal Enrique Orozco, obviamente un seudónimo. Dicho esto, leemos en Crisis:

El periodismo tiene un futuro incierto. Su pobreza simbólica y su obviedad lo encaminan a una supervivencia hecha de estertores que, sin embargo, puede durar décadas. A los medios no le ha llegado su propio Kirchner, ese representante del anciano régimen que tomó cuenta de la crisis terminal que carcomía a los de su clase y decidió abrirse a lo nuevo para sobrevivir.

Los medios no ven esa necesidad. Sólo promueven jóvenes que cumplen con el requisito de ser viejos y leales. Pero nadie tiene el futuro asegurado. Hasta los blogs, esa forma de periodismo catártico que fue novedosa y vital, puede volverse previsible y dejar de decir.

La crisis de los medios sistémicos es una hermosa oportunidad. Quedan pocos nichos en el cementerio de los elefantes y los grandes saben que pocos sobrevivirán. Quizás sean los que encuentren la lucidez para reubicarse en un lugar más modesto en sociedades hiperinformadas que ya no se orientan solo por los mensajes que emite la industria periodística.

¿Cómo sigue la película? No sabemos. Pero nos interesa rescatar, entre la intuición, los indicios ciertos y la apuesta, a unos cuantos veteranos en su mayoría anónimos y a la nueva generación de periodistas –esa guerrilla dispersa y sin armamento propio- que nace entre las cenizas del periodismo sistémico y en busca de un aprendizaje que trascienda la escuela inicial mediática que ofrece el kirchnerismo.

Desde arriba y desde afuera, resulta difícil y probablemente inútil verlos. La aristocracia del rubro, que tiene garantizado el bronce, tampoco necesita prestarles atención. Pero ese periodismo exógeno existe y presiona para sepultar a la ignorancia ilustrada que sigue cobrando el sueldo aunque ya tiene la jubilación lista. Ni pesimistas ni ingenuos. Una parte de ese futuro que llegó hace rato está en nosotros...

Completo acá

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