Recibimos este texto de Julio Burdman , que queremos compartir.
2009 había sido el año de las oposiciones. Se habían renovado autoridades nacionales en diez países, en siete de los cuales se habían realizado elecciones presidenciales, y en cuatro había triunfado la oposición: en Chile, Honduras -previo golpe de Estado- y Panamá había ganado la oposición conservadora, mientras que en El Salvador se imponía un frente opositor de centroizquierda que incluía a los ex guerrilleros del Farabundo Martí. En los otros tres, suramericanos ellos, se mantenía la continuidad: en Bolivia y Ecuador eran reelegidos los gobernantes, mientras que en Uruguay, el presidente Vázquez era sucedido por Mujica, de su mismo partido.
Asimismo, en otros tres países se habían realizado elecciones legislativas intermedias en 2009, y en dos de ellos, Argentina y México, los oficialismos habían sido derrotados. Sólo en Haití el partido oficialista ganaba unas desoladas elecciones senatoriales, en las que había votado sólo el 4% de la población. Como nota de color, podemos agregar que en las islas Malvinas, que votaba por primera vez con su nuevo estatuto de gobierno, ninguno de los consejeros de la asamblea legislativa previa había logrado retener su banca.
2010, en cambio, fue el año de los oficialismos. Se votó para cargos nacionales en cinco países, y en todos ellos ganaron los gobiernos. En Brasil, Colombia y Costa Rica, los mandatarios salientes Lula Da Silva, Álvaro Uribe y Oscar Arias ya habían agotado sus posibilidades de reelección, pero se dieron el lujo de imponer a miembros de sus gabinetes como candidatos de sus propios partidos, y ganar las elecciones. En Venezuela y República Dominicana hubo elecciones legislativas, en las que se impusieron los oficialismos en elecciones capitaneadas por los presidentes. Las oposiciones, cabe destacar, avanzaron en el nivel subnacional: en las elecciones estatales en México el PRI se alzó con la mayoría de lasa gobernaciones y en las municipales de Paraguay los colorados obtuvieron la mayoría de las intendencias, incluida la de Asunción.
La economía política de este ciclo político bianual fue de libro de texto, y ello algo nos dice acerca del 2011. En 2009, como consecuencia de la crisis financiera internacional, todos los países sufrieron una notable desaceleración de la tasa de crecimiento económico; uno de los pocos países que siguió creciendo más o menos como en 2008 fue Bolivia, que no casualmente resistió la ola de triunfos opositores. Por otra parte, desde la segunda mitad de 2009 casi toda la región experimentó una fuerte recuperación de la economía, que en 2010 volvió a registrar los niveles “chinos” de mediados de década.
Este clima de expansión acompañó todos los triunfos oficialistas del año que termina, y también otra de las excepciones de 2009, Uruguay, cuyas presidenciales tuvieron lugar entre fines de octubre y fines de noviembre.
Por supuesto, de más está decirlo, que estas tendencias nunca son lineales. Piñera ganó en Chile durante el rebote de la economía, y Correa se reeligió en Ecuador en los umbrales de una recesión económica y con los precios del petróleo por el piso. La fortaleza de las coaliciones partidarias y la existencia de factores no materialistas –como la cuestión identitaria que moviliza a los indigenistas andinos- pueden ser, en algunos casos, tan decisivas como el bolsillo a la hora de definir una elección. Cuando varios de estos factores operan todo queda bastante mezclado y, por más voluntad que pongan los econometristas, no hay forma de simplificarlo.
Además del efecto de la percepción económica del votante, podemos distinguir entre elecciones presidenciales, en las que los oficialismos ponen todo en juego, de las sólo legislativas o locales. Y en el caso de América latina, también podríamos hacer otro corte para comparar el desempeño de los oficialismos entre 2009 y 2010: en Suramérica les ha ido mejor que en México y Centroamérica. Varias razones pueden explicarlo, pero para ello se requiere tomar períodos más largos y complementar el análisis más bien superficial de las variables socioeconómicas, con uno más profundo acerca de los procesos sociopolíticos.
2 comentarios:
año de un increíble giro a derecha del gobierno de cristina y de sus aliados latinoamericanos
ahorayodigo.com.ar
"Sólo en Haití el partido oficialista ganaba unas desoladas elecciones senatoriales, en las que había votado sólo el 4% de la población."
Con suerte el 4%, hay que preguntarles que votaron a los soldados golpistas... argentinos, esos que mandaron Néstor y Cristina a convalidar el golpe de Estado yanqui.
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