otra vez el tío !

Es notable cómo el establishment a la par que intenta desgastar al gobierno nacional, como es habitual, en simultáneo busca desplazar a Ricardo Alfonsín de su lugar de principal opositor.

Bastó esta vez una reedición clase B del voto no positivo -rechazando el insólito 82% móvil- por parte del Tío afamado Cleto, para que la patria consultora, los medios conservadores y buena parte de los editorialistas posta-post, volvieran a instalar la tremenda "remontada de Cobos" y la reedición de su atributo de principal oposición al FPV.

Nada de esto es consistente. Los gestos de oposición sistemática por parte de Cleto se advierten ya como rutina destinada a instalar su figura y no como gestos genuinos de controversia. Es esa circunstancia de ritualizar su actitud opositora, congelarla y reiterarla con furia desde hace ya dos años (una eternidad política) en contextos socioeconómicos, políticos y comunicacionales muy diversos y fluidos, la que precisamente impulsó la caída a pique de su imagen desde 2009.

Centralmente la figura de Alfonsín opaca a Cobos al interior de la UCR y compite con ventajas en la cosideración ciudadana, al tiempo que el dispositivo mediático que intenta instalar al vice opositor ya no provoca los efectos de opinión pública contundentes, como durante el conflicto abierto por la 125. Complementariamente, el tema del veto no dominó la agenda de medios sino en el margen, que fue claramente monopolizada por el rescate de los mineros chilenos.

Así las cosas, y para terminar definitivamente con el tema -ya no del tío Cleto, que es muy menor, sino para salir de la explicación melconiana sobre el veto al 82%-, el gobierno nacional debiera buscar fuentes alternativas de finaciamiento capaces de aumentar la jubilación mínima hasta alcanzar el 82% del salario mínimo, vital y movil. Las explicaciones actuales son interesantes pero muy complejas.

Ayer, en Página 12, Diego Bossio dio una serie de argumentaciones técnicas sobre el rechazo a la medida que, aun siendo ciertas, y lo son, no logran ser comprensibles para la mayoría de los jubilados y pensionados y sus familias, son literalmente incomunicables al público no especialista y no producen efectos de significación positiva alguno, salvo entre la militancia, o sea nada.

Hay que salir del lugar paradojal de melconianes progres y de manera sencilla. Se logra el corrimiento asignando un aumento sobre la mínima que percibe el 72% del total de jubilados y pensionados.

La base de legitimidad del gobierno nacional son y serán sus políticas de gestión inclusiva y no las explicaciones técnicas sobre la solidez del sistema previsonal, aun en boca de Víctor Hugo.

Esos son temas de técnica burocrático-administrativa de buena política económica, tal vez, pero no necesariamente atributos de comunicación y menos de construcción de consenso. Nadie dio ni da la vida por el equilibrio fiscal y los superávits gemelos, compañeros y compañeras.