Que se complica la tarea de las encuestadoras , no es novedad. Las pifias y la reforma polítca nos hunden en el mar Caspio. Ahora dicen que hay que registrase, que quince días antes de las elecciones hay que callarse la bocota de urna, que esto que aquello...
En fin, las alternativas para eludir la mordaza de la nueva ley son pocas y requieren no tanto alta metodología, como la que cotidianamente se lee en los blogs, sino más bien imaginación. Esta es la que salida que ideó Tito Bacman para las últimas elecciones orientales. Y la pegó , la pegó! Las urnas no se tooooocannnn!
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