tomatelás

Compañeros y compañeras, dejemos de lado el tema Basile y la ineptitud de una dirigencia berreta que hasta profanó los colores. Asumámoslo de una vez: Carlos Bianchi ya no es ninguna solución ni presente, ni futura para Boca. Más bien, hoy se parece mucho al jefe de una banda de depredadores.

Leemos sus últimos y absurdos movimientos, grotescos silencios, malhumor prefabricado y mezquindad absoluta. Pose, pose, pose y decadencia, es todo lo que puede ofrecer, a cambio de millones, obvio.

En Boca hoy manda el silencio. Por eso los dirigentes hicieron saber que no harán declaraciones y que, en lo que a ellos respecta, el entrenamiento de mañana se desarrollará con Basile a cargo. Más temprano, el manager Carlos Bianchi había almorzado con el dirigente Marcelo London en la confitería del club. Aunque no habló de manera oficial, Bianchi no pudo esquivar a los periodistas que esperaban en Casa Amarilla por alguna resolución.

El Virrey negó que Basile haya renunciado -algo que reflejaron todos los medios- y explicó que anoche, en el hotel, se juntaron a hablar de fútbol como lo hacen habitualmente después de cada partido. Dejó ver su malhumor por el nivel del equipo y reconoció que Basile también está preocupado porque se perdieron tres partidos seguidos, el equipo quedó eliminado de la Copa Sudamericana y en el campeonato está muy lejos.

Por otro lado, Bianchi se encargó de desmentir que el sábado haya habido una reunión entre Basile y algunos dirigentes. Supuestamente le habían pedido al Coco algunas modificaciones en el armado del equipo, entre ellas la inclusión de Cristian Pochi Chávez.