uooo... uooo

Retomamos nuestra vieja discusión acerca de por qué la novedosa metodología de análisis sobre distribución del ingreso, considerando el ingreso total familiar en la base de cálculo y no la población de perceptores de ingreso, que utiliza el Ministerio de Trabajo, Economía y ahora le meten el sello INDEC, es trucha. Aún más, tanto con Curly como con el Abuelo, coincidimos en que ni siquiera, como veremos, resulta una medida de bienestar porque asume el abandono escolar de niños y adolescentes como una mejora en el patrón distributivo, y no como lo que es : una calamidad que perpetúa las condiciones de carencia a futuro, tanto para el hogar como para el niño. Vean este cuadro que abre el post (click sobre la imagen para verla mejor). En el se observa la asistencia o no a la escuela de los niños y adolescentes de 13 a 17 años , según su condición de actividad en el mercado de trabajo. Mientras que de aquellos adolescentes y niños que asisten, el 95% esta inactivo - no labura, ni busca - sólo el 58% de los que no asisten está en igual condición de inactividad, por lo que el 42% de los que han abandonado la escuela, un 27% trabaja y un 15% está desocupado, pero busca activamente empleo. En otras palabras, la incorporación temprana al mercado de trabajo aumenta en un una relación de 1:8 las chances de abandonar la escuela en niños y adolescentes de 13 a 17 años. Por cada chico de entre 13 y 17 años laboralmente inactivo que abandona la escuela, dejan el colegio ocho chicos económicamente activos. Como se observa, este pequeño tramo poblacional estratégico, objetiva los efectos nefastos del trabajo o su búsqueda, sobre la escolarización de los niños y adolescentes y muestra qué proyecto de país sostiene la aparente picardía en la alteración de la metodología para la medición de distribución del ingreso. En fin, a tono con la época y el aguasonamiento que nos acontece en Buenos Aires, Ramble cierra el post entonando la nueva marcha partidaria: Nada de esto fué un error uooo , uooo !.