schmidt o las perplejidades de tito

Tito Bacman, titular de CEOP y encuestador oficial de Daniel Filmus y el equipo de Ibarristas que lo hace-sonar apuesta fuerte: "Los que votan en blanco al final se arrepienten y vienen acá, con eso Daniel tiene un envión extra que no captan las encuestas". Puede ser. Mientras tanto, hay que hacer un hocus-focus...o mejor leer a Schmidt que fundamenta las razones del pálido voto. A ver:

Mis Razones

"Es una semanita de locos, arden los mails que mandan los alarmados de siempre, buena parte de ese millón de residentes de la administración municipal preocupados por los contratos que se caen, más el otro millón de la administración nacional que también tiene familia nombrada en la ciudad. Cambian las tropas de ocupación del aparato y qué pasará con nosotros, mi vida. Qué pasará con mi vida. Por lo pronto, por costumbre, hacemos el circo moral ideológico que mamamos desde chicos y como en una clase de teatro sacamos el muñeco del alemán de La Patagonia Rebelde y parapetados sobre Pepe Soriano nos mandamos con toda la fruta pisada sobre nuestros compañeros de historia y que quede como una capa de puré de durazno, uva y banana, todo dulce, todo conocido e infantil, todo sexual sin gestación, untadas las caras de todos nuestros vecinos, compañeros de cátedra, grupo de padres de alumnos del colegio del arbolito de Colegiales, de sol y dulzooorrrrr, haciendo este ejercicio plástico de resistencia al opresor para el que nos preparamos toda la vida. Es desesperante hacer planes, ahorrar el sueldo de mamá durante un año o un contrato part time de papá para garparte unas buenas vacas en Mar de las Pampas o hacer tu casa, entre los árboles, uno de esos sueños amasados los sábados en el Club de Amigos, siempre que seas antropólogo y tu señora tenga una editorial chiquita abastecida por el Fondo Ba, y este finde a lo mejor agarrás la ruta 11 y vas ver cómo va todo, tal vez cagar a pedos a Ferreti que te camina con los materiales, para que todo, loco, termine contradicho, contrapuesto, contrahegemonizado por el triunfo de la UPAU en Buenos Aires. La UPAU NO puede ganar en Derecho, es una orden, es un acuerdo que cerraron Coti, Vensentini y Grosso hace quince años. El PC ya está avisado y los troscos se van a hacer los boludos. La derecha que se vaya. Por el Ruso, por Amaya y por Macaya, te ponés re loco contra Mauricio, Maurice, Morís, estos tres días que quedan hasta el desenlace. No te aguantás más y mandás la cadena de mails, sabe usted quién es morís, mismo desde el Havanna de Pampas, el que tiene deck, y que está en el centro de la slow city, pero no como una botella al mar a ver si alguien escucha, más como un gesto nacional, aquí llegó Balá, Balá, Balá, para que no sean desapercibidas nuestras conductas más ciudadanas. Y yo sé que en teatro aprendiste a hablarme como madre, si hiciera falta. La derecha va a privatizar la educación pública. Van a poner molinetes en la entrada de séptimo A y en los recreos largos los pibes van a jugar a la oferta y a la demanda y sólo van a poder consumir los alimentos comprados en las vending machines que están en el patio de la bandera. Con la UPAU se terminan el abecedario y las ecuaciones. Las maestras de apellido Sosa se van a llamar, de aquí en más, Moore. Miss Lorena Moore, que te va a mandar a comprar pencils y rubbers a la cadena de librerías de Morís. Y esto, después de lo que hemos visto en este país, la semana trágica, los bombardeos del 55 y ¡los thirty thousands! es muy posible que pase, casi seguro. Que gane la derecha, no es joda, hermanooooo. Tu tonito moral, minita del Movimiento Evita de zona oeste, tapa, elude, obvia o niega la tranquilidad que te da el contrato de luca dos, poco, pero suficiente para los Philips Morís, y para ir y volver de las reuniones con Emilio, y las pizzas son gratis cuando comentás con los compañeros las cosas del día y lo que hablan es súper importante, son superhéroes de Sierra Leona protegiendo a Emilio de Horacio. Ese tonito cuando me decís pero vos sabés lo que es morís, como si no hubiera vivido acá los últimos treinta años de adulto. Siempre es un pelotón de boludos el que salva a los miserables. Aníbal vuelve a contramano de todos los muertos y encima tiene gratis a este montón de pibitos dispuestos a repetir como mormones el relato que más le conviene. Mismo el sindicato de periodistas que tantas veces tiene que cuidar su neutralidad, ha sido tan beneficiado por el progresismo ladrón con contratos para las hijas, para los hijos, ¡cuánto problema habitacional salvado!, de tantas familias que entregaron sus vidas, sus vidas enteras, ¡eso es lo más doloroso!, --menos los cuarenta días que fueron montos y que les sirvió para estirar un mito de fantasía alada de la juventud y que se terminó con el gil sentadito en el 39 yendo a escribir impresiones de 600 caracteres--, al diario Clarín, gracias al esfuerzo por salvar a Aníbal de aquella condena y que hoy está reenviando esos mails donde se dicen tantas verdades sobre la familia Morís. Maricones, cobardes, machos del reenvío, capitanes de la bandeja de salida, ¡imbéciles!, ¡hijos de puta hipócritas! Nos corren ahora con cosas emotivas, se hacen los ideológicos, apaguen la tele, truchos, digan algo que no sea un estupidez que escuchan en la radio y después hablamos. Y terminamos in the shell of my motherland: el ladriprogresismo. No temais forwardeadores de mails, tener un contrato es casi cuestión de capital social más que nada, se está socialmente y ya se tiene. ¡Qué pequeña es la pequeña burguesía! Mirá si toda esa energía consumida en tener miedo y meter miedo, la hubieras invertido o aún la invirtieras en hacer una cosa productiva por semana, algo socialmente útil. En fin. Hay gente que nació para las terapias intensivas, para gozarlas a fondo. Que sólo pueden gritar fueron ellos, fueron ellos, y saltar felices en este último mosaico del país que pudo haber sido Australia, ¡si no hubiera sido por el golpe de Uriburu! En cierta época, que ya no puedo recordar porque las víctimas necesitamos olvidar, hubo un paquete de minas que laburaban en el Frepaso, que ocuparon posiciones en la Constituyente de la Ciudad, en la legislatura de Aníbal y que algunas estaban más o menos buenas en ese perfil muy específico que dio el chachismo de reclutamiento de trolas sin la más puta idea de la política, y hace poco vi a una de ellas prácticamente laburando de culata de Alberto Fernández, llevándolo a la rastra con otros agentes de seguridad en el Hotel Panamericano, el día que Daniel celebraba llegar segundo lejos; el sudor en la mejilla de esta mina que ya tiene cuarenta, fue como morder la madalena y evocar los quince años largos de nueva política que inauguró el Fredejuso en el 90; las tetas dándole forma al suéter verde son el mismo sistema de tetas que organizaron la agenda diaria de sus líderes morales y, ahora que lo pienso, no puedo obviar que el Fredejuso, el FG, el Frepaso fueron básicamente partidos llenos de services, porque esos horarios dementes que algunas cumplían en la Legislatura en tiempos de Aníbal, eran de películas de infiltrados, donde la más leal fue la más rata. Los mandadores de mails que dicen con morís te morís son unos atorrantes. Están enojados, y eso se puede entender, quién no cayó a terapia reloco, un jueves cualquiera. Hay que hacer nuevas relaciones, algunas cosas hay que explicarlas de nuevo a un turrito nuevo que, como el turrito viejo, tampoco la va a entender y te va a estirar la decisión, el subsidio, el contrato. Pero va a salir, algo va a salir. No te digo que en el fondo no haya un profundo hinchamiento de bolas por ser gobernados por catorce chetos con camioneta negra, no te digo que no. Como un instinto de clase, pensás automáticamente en la sangre de gaucho consumida en esa morcilla con cambios de alta y de baja. Eso capaz que es lo mejor que tenemos: no creemos que las diferencias de clase estén decididas por Dios, en el más allá, o que no puedan ser revocables. Pero no el chamuyo. Muchachos, hay una banda de quinientos tipos que dio vueltas veinte años en la calesita. Y se rascaron las bolas cada día, primero de izquierda a derecha, a veces de derecha a izquierda y siempre con las dos manos. De esos quinientos, al menos cuatrocientos se reciclarán de distintas maneras en los mismos laberintos y otros cien irán al Pami o lugares así y ya está. Dirán, salvados, vengo a dar una mano. Dos manos, hijo de puta. Los catorce chetos, mientras, irán renunciando a las cosas feas de hacer, ¡a ver quién te agarra una intervención en el Moyano!, y harán su jueguito de la silla por las cosas lindas. No va a pasar nada. Nada peor de lo que ya pasó y hasta es probable que lo peor no se repita. Puede pasar incluso que un gobierno de centroderecha sea mejor para la izquierda, como ha pasado que uno largo de izquierda sólo le sirvió a la derecha y cuando no le sirvió a la derecha, no le sirvió a nadie. Y es probable que la hiperreacción que hoy nos generan Aníbal, o esta verdadera novedad, este saldo de hombre, llamado Juan Manuel Abal, sea la misma que mañana nos generen los nuevos personajes, los catorce chetos y sus catorce caddies, que nos hagan sentir lástima del país en que vivimos y al que amamos --y sorry este verbo fuera de lugar--, y de lo increíblemente mal que terminó todo. Fuck! Habiendo alzado la voz, me absuelvo por votar en blanco."

Esteban Schmidt