PUGLIESE, PIAZZOLLA Y DIEGO TORRES SEGÚN SCHMIDT

La siempre lamentable disolución , desparición o simplemente pausa de los TP permite que Ramble se de un lujo. En exclusiva mandamos un texto de Esteban Schmidt, figura estelar que engalanaba las filas de aquel gran - y pituco! - equipo y el periodista con más y mejor info sobre la Reina del Plata y su gobierno. Señoras y señores, SCHMIDT: "Ser legislador tiene que ser una pelotudez muy grande, en el criterio de los legisladores, porque de otro modo no votás, como si fuera prender un faso o pedir una porción de pizza, con esa liviandad que da el abastecimiento cotidiano, que el cantante enano con residencia en Miami llamado Diego Torres y nacido Diego Caccia, es, desde ahora y para siempre, Ciudadano Ilustre de la Ciudad de Buenos Aires. Tenés que sentirte poca cosa para votar que alguien que forma parte de manera acrítica y entusiasta de la industria del entretenimiento más banal, de la máquina repetidora de baladas bobas, embrutecedoras de nuestros sectores más populares, en quienes la esperanza termina resumida en una poética que está por debajo de los parámetros literarios escolares, es una persona a la que hay que elevar en términos simbólicos por encima del resto de los vecinos. Hay una ley, la 578, muy poco específica que ampara el disparate. Dice que con vivir diez años en la Ciudad y ser reconocido en algún área así, de esas que salen en la televisión, pues alcanza. Y pueden dar diez medallas por año, eso también dice la ley. O sea que cada cien años hay mil porteños ilustres, de los cuales uno es y será Diego Caccia Torres, miami resident. Si el enano fuera solamente una pieza de la maquinaria gansa de los medios y tuviera noventa años, tipo Mickey Rooney, sería una barbaridad esta distinción, pero hay algo más y es que Dieguito Caccia no ha completado ni la mitad de la expectativa de vida de un adulto con guita y todos estos años ha sido un perfecto conservador, actor de la tele de comedias livianas y estereotipadas, cantante y modelito, aún en su enanismo, para productos comerciales. Y todavía falta la mitad, y ojo que desmontar los hábitos es muy difícil, más bien se concentran y perfeccionan hasta uno de esos actos finales de egoísmo en el geriátrico. Digamos que en ningún caso, Cacciatorre intervino en asuntos públicos de mediana gravedad o interés o que lo pusiera en una situación de perderlo todo por hacer primar un valor moral o espiritual por uno material. Digo: ¿alguien cree que no hay que comer paladas de mierda para jugar en la primera división de Canal 13 o Sony? ¿Y que esa mierda no son los pilotes de lo peor del mundo? Pueden decir que uno exagera, loco, la llevás muy lejos. Uno puede decir también que los cuarenta legisladores que lo votaron la patean cortito, no vaya a ser cosa que el mundo, y lo mejor del mundo, les presente objeciones. Torres nunca les haría semejante cosa. Bueh, en los fundamentos del proyecto de declaración de los increíbles e imperfectos diputados Carlos Lo Guzzo y Sandra Bergenfeld se destaca el hecho de que Cacciatorre es embajador de buena voluntad de Unicef, lo cual, loguzzín, te digo loco, es algo que Unicef no le niega a nadie que tenga mucha prensa y que todo el mundo agarra porque te deja como un tipo espectacular ante la comunidad. Seguís haciendo tus pelotudeces, tus cosas horrendas, seguís traicionando el buen gusto, cagás a tiros la poesía, la música y no hay problema. En fin, los diputados que votaron, lo habrán hecho porque son cortos, como se decía antes, en la época de Lolita Torres, que creen en el proyecto artístico de Cacciatorre y por ello suponen que le pueden dar la misma distinción que alguna vez le dieron a Piazzolla o a Pugliese a este pibe; otros votaron porque son amigos de loguzzín o Sandrita, lo cual no sé cómo calificar, pero pongámoslo en el conjunto amor por el colega; y otros lo hicieron por cínicos, porque les chupa un huevo cómo quede el mundo, la Ciudad, su vereda, cuando ellos pasen, después de haberse entretenido, haber carneado más o menos bien, después de haberla juntado en pala o en cucharita en ese edificio que lo mejor que tiene es un campanario. Ay, ay, ay. Los siguientes son los apellidos de quienes votaron la infamia: Acuña, Bergenfeld, Blasco, Borrelli, Cantero, Centanaro, De Anchorena, Destéfano, Devoto, Enríquez, Failde, Farías Gómez, Godoy, Gómez, González, Gramajo, La Porta, La Ruffa, Lo Guzzo, Majdalani, Meis, Melillo, Michetti, Mouzo, Olivera, Olmos, Onega, Parada, Peña, Pérez, Polimeni, Rebot, San Martino, Santilli, Smith, Talotti, Urdapilleta, Varela, Velasco y Zago". Esteban Schmidt