1/22/2007
MÁS POLÉMICA SOBRE LA TRIPLE A
Desde que el tema Triple A se instaló en la agenda de los medios de comunicación, se ha generado una gran polémica de la que Ramble ha participado extensamente. Muchos compañeros y lectores acordaron con las posiciones de este blog, otros tantos no. Entre los que disienten de la posición crítica asumumida por Ramble se encuentra el ex Jefe de Gabinete de la Cancillería Argentina Dr. Eduardo Valdés que gentilmente me envía dos editoriales realizados por Jorge Rulli , un dirigente peronista histórico hoy volcado al ecologismo, en su programa Horizonte Sur que se emite por Radio Nacional los días domingos a partir de las 14 hs. Como ambos son muy extensos, publicamos el núcleo sustancial de uno de ellos que refiere a la posición de Rulli respecto al terrorismo de estado y la Triple A. Dice Jorge Rulli:
"Tememos que varios de los que impulsan la investigación de las causas (contra la Triple A) lo tienen a Perón como objetivo, y por ello nos atrevemos a decir que aceptamos juzgar el Terrorismo de Estado a todo riesgo, pero eso sí, todo el Terrorismo de Estado y no tan sólo una parcialidad... Estamos de acuerdo que la triple A sea investigada como terrorismo de estado y en especial nos interesaría conocer las razones por las cuales las principales víctimas de este terrorismo no fueron los embanderados en la lucha contra el Gobierno constitucional sino gente como Ortega Peña, Carlos Mugica y Troxler, preocupados por acompañar el proceso y que evidentemente eran un problema para Firmenich y no para el gobierno al que respaldaban. Sería bueno dilucidar por qué razones cuando Lopez Rega o Almirón se deciden a matar al margen de la Ley, lo eligen a Carlos Mugica que estaba ya condenado a muerte por Montoneros o a Troxler que había roto con la organización y que justamente lo secuestran el día en que va a un acto en que hablaba Isabel, y los asesinos a los que conocía evidentemente, lo invitan a acercarlo al lugar... me pregunto por qué razón me intentan matar a mi en esos meses de septiembre octubre del 74 en que luego de aparecer mi nombre en el periódico El Caudillo como uno de los supuestos guerrilleros de la Universidad intervenida, me espera un grupo de seis o siete hombres trajeados de oscuro, en la esquina de once de septiembre y Dorrego, y cuando lo advierto, avanzada ya la cuadra, tomo con una mano el brazo de la que era entonces mi compañera, hecho la otra mano a mi axila vacía bajo el saco y me tensiono como si fuera a extraer un arma imaginaria, y ellos lentamente como en un western van abandonando la ficción de la discusión que aparentaban llevar y se van abriendo con las manos tensas como para desenfundar sus propias armas, mientras yo continúo calle de por medio, alejándome crispado y dando pasos hacia la esquina salvadora, doblo y corro como un enloquecido y nos trepamos a un colectivo sobre Luis María Campos y nos arrojamos luego en Pacífico para meternos en la boca del subte sin saber si acaso continuaban detrás nuestro, y salimos por otra boca y nos perdemos en un taxi hacia cualquier dirección, mientras el corazón nos estalla y todo el mundo de valores en que creíamos desde los quince años se nos derrumbaba sobre nuestras esperanzas...
Por todo ese dolor que me provocan los recuerdos de aquellos años, y porque fue terrible quedar fuera de las reglas comunes a los que tanto de uno como de otro lado, habían optado por la violencia fratricida y por la opción criminal de cuanto peor mejor; queremos recordar que la Triple A no se explica históricamente sino por ese crimen enorme que fue la muerte de Rucci por los Montoneros, el 25 de septiembre del 74 en la Avenida Avellaneda, a solo dos días de un acto electoral que había brindado un enorme respaldo para la fórmula Perón Perón.
Si sabemos que los pistoleros que participaron en ese crimen, contaban con el respaldo político e institucional de las organizaciones armadas y de masas de Montoneros y de sus innumerables funcionarios entre los que se contaban cinco gobernadores de provincia y además el Rectorado de la UBA, por qué razón podríamos considerar que ese crimen horrible que según expresión de Perón le cortó las piernas... y que sin duda modificó el curso de todos los acontecimientos posteriores e hipotecó gravemente la continuidad del proceso iniciado en el 73 ¿no podría configurarse como un acto de Terrorismo de Estado?. Por qué razón las mismas reglas que valen para juzgar a los que asesinaron desde la Triple A no valdrían para los que asesinaron a Ignacio Rucci que, también, tenían enormes respaldos en el Gobierno y que aún más que eso, eran parte misma del gobierno y hasta decidían a qué funcionarios se elegía para cada cargo. Y de esto último puedo dar constancia personal puesto que la candidatura a la administración del Campo San Pedro de la UBA que me ofreció el Profesor Puiggrós en junio de 1973 fue impugnada, a nombre de la organización Montoneros, por el Vicerrector Ernesto Villanueva, y tengo testigos que pueden aseverarlo. O acaso el terrorismo de Estado tiene signos ideológicos y resulta aceptable cuando se viste con un discurso de izquierda? Son preguntas y debates que nos debemos. Y mientras no se realicen yo consideraría que la muerte de Rucci puede encuadrarse absolutamente en Terrorismo desde el Estado, que su investigación debe provocar un juicio por la verdad como cualquier otro crimen de lesa humanidad y que se deben sencillamente recuperar y continuar los expedientes iniciados en la época en que ocurrieron los hechos..."
Jorge Rulli.
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Ramble respeta a Jorge Rulli, en particular su trayectoria histórica y piensa que la posición que expresa en el tema Triple A , expande hacia la organización Montoneros la eventual perpetración de crímenes de lesa humanidad durante el gobierno peronista de los años setenta, en tanto comenta Rulli, ellos también estaban articulados con miembros del aparato de estado (gobernadores, diputados, etc) . Esta caracterización evidentemente resulta muy controversial y excede el marco de este debate pero, aún en el supuesto de que se diera validación jurídica al planteo de Jorge Rulli, esto podría eventualmente empeorar la posición de aquellos que integraban montoneros y perpetraron asesinatos en aquel lapso, como el de José Rucci que insistentemente señala Rulli como bisagra. Sin embargo aún incorporando a la guerrilla en la perpetración de prácticas terroristas de estado, es también muy evidente que esta posición no mejora en nada la situación de Juan e Isabel Perón respecto a sus responsabilidades particularmente institucionales y políticas en el ejercicio de terrorismo de estado por la organización para estatal Triple A durante el gobierno que presidieron. Y en Ramble, es esto y no otra cosa lo que queríamos demostrar. QQD.
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1 comentario:
Creo que una posición muy similar a la de Rulli es la que sostuvo hace unos días el historiador Romero hijo en una columna de opinión publicada en Klarinete. Me parece atendible. Aunque a Duhalde y a Gonzalo Fossa les moleste porque para ellos "el pasado del peronismo está cerrado", como si montoneros y la triple A hubiesen sido algo puramente encapsulado dentro de ese... partido?, movimiento? Con ese criterio a las juntas debería haberlas juzgado un tribunal militar.
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