1/23/2007
LLUVIA DE RADIOS TIRADAS POR LA VENTANA
Nuevamente nos empituca la redacción de Ramble el gran jornalista de apellido socialmente ascendente Esteban Schmidt, que esta vez (nos) analiza los movimientos de la mañana de " LR6 Radio Miiiitre en el número ochenta del dial.." (que viejo es eso no? :P). Dice E.S.:
"El cómico santafesino Dady Brieva es un hombre técnicamente bueno con el aspecto indicado como para actuar en la película de nuestra vida haciendo el papel de mozo favorito o de portero del edificio de al lado, del hombre que bien podría estar en nuestros recuerdos infantiles como el marido de una amiga de nuestra madre que nos hacía reír hasta la muerte cuando teníamos nueve años porque imitaba bien a las gallinas y que se iba de las fiestas cacareando y moviendo los brazos hasta montar en su Fiat 128 hasta el próximo cumpleaños. O hasta que lo veíamos apareciendo con un mameluco de ENTEL en la guardia del hospital Durand porque el infarto de su hermana lo agarró en horario de servicio. Ponele que también puede encajar en una historia que no sea tan plebeya, que Dady es un tipo con el que te quedás hablando al borde de la pileta de un hotel en Panamá, donde caíste de casualidad como exportador de vinos y él perdió el avión en una escala y se quedó por dos días. Con los pies en remojo, lengueteando su cristo de oro, Dady no te va a contar anécdotas de conversaciones con López Murphy ni va a enumerar su historia clínica; te va a hablar del campo, de su padre y va a exagerar su niñez, como buen peronista. Te vas a reír.
Con muchas menos palabras, más bien con números, con encuestas de imagen, con planillas de power point donde el marketing se cruza con la historia de una marca, con un clima de época, los gerentes de Radio Mitre, del Grupo Clarín coincidieron en que Dady es el prototipo popular y dispusieron que se haga cargo de la media mañana de la emisora, dando un segundo volantazo a una tradición de conductor radial de traje marroncito, como Néstor Ibarra, un señor con la gracia de un mediodía familiar en una casa quinta durante el proceso pero con una conciencia fuerte acerca de que hay temas importantes que se hablan con gravedad y otros que no. Ibarra fue uno de los portavoces y sponsors de las privatizaciones, de la ineficiencia estatal, de la coggupción (chacho’s pronounciation and invention) de los políticos, de la necesidad de cambiar las leyes laborales, del drama de la inseguridad, del peligro de la pirotecnia, de lo irrespetuosos que se han vuelto los adolescentes, de casi todo lo que puede caber en el portfolio ideológico de un hombre de derecha.
Con la muerte de Ibarra, Mitre contrató a Lalo Mir, un gran editor de sonidos y ruiditos para la radio, quien excepto en el rubro de los adolescentes, hubiera coincidido en todo con Néstor, sólo que a diferencia de Néstor, la verdad sobre esos asuntos no le importa en lo más mínimo, su gesto es digamos cualquier cosa porque todos son/somos truchos, porque el mundo está repodrido. Pero posesión de micrófono es también, en su caso posesión de verdad y ya con esa relativización de lo que es importante y su jerarquía, con Mir se abrió la puerta para que todo sea en joda. Las mañanas de Radio Mitre del último año fueron parecidas a las mañanas de Radio Diez de las últimas siete temporadas, un cumpleaños con sanguchitos en el Club de Amigos. Diferente que el Cabaret nazi de la Diez pero no mucho más interesante. El arma para vencer a la Radio de Daniel Hadad ya no era hacer otra programación, ser otra radio, sino que se trataba de hacer la misma radio. La llegada de Dady termina de confirmar la derrota que, no sabemos cuán exagerado es calificar como ideológica. Un programa de radio de una AM que tiene como agenda primaria los principales temas públicos del día, ya no debe ser piloteado por alguien entrenado en criterios de jerarquización informativa. Ibarra, pese a sus manierismos alcahuetes del poder, era aquel modelo y Lalo, una versión a medio camino entre la verdad para discutir y la joda para olvidar. Con Dady, aun con su macanudismo, es el fin del mundo.
Tal vez, sin que Dady lo sepa o le importe, triunfa el criterio de que hay que reírse todo el tiempo y que nada debe tomarse en serio ni durante diez minutos. Parece que no hay que parar la pelota, que hay que hacerla rebotar todo el tiempo contra la pared, como autistas repetidores, que no hay que hacer los deberes, que no hay que soltar el yo yo ni para tomar la sopa. Parece que la radio, ese aparatito que se escucha con desatención, que deja hacer otra cosa mientras se la escucha, ya no va a permitir que uno diga, shh, dejame escuchar, porque dejar de escuchar sería perder el hilo de una oración con más de un sentido, una idea contrapuesta, un problema.
Es cierto que hay otras radios, pero es cierto que muy pocas son las que cuentan, las que se escuchan tan bien y tan lejos. "La mejor radio es la que se escucha más lejos", respondió Samuel Yankelevich cuando le preguntaron sobre sus preferencias como oyente cuando en realidad se trataba del pionero. Por eso el caso Radio Mitre performa un cuadro desalentador para que el espacio público sea campo de discusión de ideas. A Ibarra le podías gritar mientras lavabas los platos y sus ideas chotas podían darnos mejores a nosotros. Con Dady no hay nada que hacerle.
Se podrá argumentar que para eso, para lo que importa, están los columnistas pero no, es un engaño, el clima ya está creado. Qué va a pasar si tenés cinco temas graves/graves en un mes, que te van a ocupar, sin duda, cinco de veinte mañanas. ¿Dady le va a pasar la posta a sus columnistas serios? Bueno. Pero si se la pasa demasiado pues para qué un conductor y si no hay un conductor pues el programa pierde identidad, se deshilacha y vuelve a ganar la competencia y se equivocaron con Dady. Suponemos entonces que Dady se va a meter en la conversa de esos asuntos graves, como hace González Oro, seguro que de modo menos grosero y altanero y guaso y estúpido pero si fuiste toda tu vida el cómico de la familia y te contratan por eso, tenés que responder al modelo y hacer reír."
Esteban Schmidt
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6 comentarios:
Clarisimo.
Cuando lo invitamos a un asado de Ramble Tamble?
Algunos dirán que "a la gente no le interesa la política" y por eso no ofrecen eso.
Pero creo que esto está íntimamente relacionado con las presiones orientadas para desviar la atención.
No es una casualidad que no existan programas políticos al aire. Hay programas de todo, pero es llamativo que de un tema que es común a toda la ciudadanía no tenga espacio.
Aunque en realidad deja de ser llamativo en el momento en que uno ve la lista de los dueños de esos medios y su relación con el poder.
Es una lástima, la verdad que extraño las mañanas con Magdalena tempranísimo.
Saludos
Artemio: deja de jugar con los settings del blog. Un día se puede postear, otro no, otro sólo si sos un "team member" :P
Bueh, había mandado un comment pero no salió. Este si queres borralo, pero no seas majul che, abri los comments!
marcelo schmidt solo ingiere fibras exóticas.
diego, los comentarios no fueron suprimidos sino por un error involuntario. Igual no se perdió mucho. :P
Este schmidt es cosa seria, coño.
radio mitre se va a pique
esta malñana intenté escuchar a Santo y ni siquiera había leído los diarios. Pese a su trayectoria en la radio, es un presentador de noticias y ya con eso es suficiente.
Zloto volvé.
Posiblemente haya que ir a emborracharse al cabaret de la 10...
que pena!
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