CUÁNDO SE ACABA ESTA FARSA ?

La Corte Suprema de Justicia dispuso recientemente el ajuste en los haberes jubilatorios, congelados desde los tiempos de Cavallo. Y a partir de ese expediente, instruyó al Congreso para que actualice todas las jubilaciones y restituya la movilidad que además, debería fijar los porcentajes de aumento. Esta noticia debe iniciar un debate impostergable acerca del sistema previsional argentino , que más allá del maquillaje que ofrecen superávits circunstanciales, está colapsado y es incapaz de garantizar su continuidad con tasas de crecimiento razonables en torno al 5% del PBI. Peor aún , hoy el 37% de los ciudadanos que están en edad de jubilarse no pueden hacerlo por falta de aportes en su vida laboral y dado el nivel de informalidad insólito del mercado de trabajo actual del 43,7% , en el año 2010 el 40% de los mayores de 65 años no gozará de cobertura previsional o de salud pués no se jubilará. Actualmente el 67% de los jubilados y pensionados acceden a los montos mínimos cuando antes de la devaluación en igual condición estaba el 30% del mismo universo, habiéndose achatado la pirámide de ingresos por jubilación o pensión de manera absoluta, pero aún así el estado garantiza una jubilación mínima que el sistema de capitalización privado es incapaz de ofrecer para el salario promedio. En efecto, siendo el salario promedio de argentina actual de $ 849 mensuales, la capitalización privada por si misma sólo es capaz de asignar por ese salario promedio una contraprestación previsional equivalente al 40% del mismo, esto es $339 mensuales, un 27,8% por debajo del haber mínimo y un 30% por debajo del valor de la canasta de indigencia para un hogar tipo de 4 miembros, o sea una inconsistencia enorme, cuya constatación bastaría para demoler este sistema ya. En medio de este marasmo, y para garantizar menos que una canasta de indigencia en promedio, las AFJP cobran comisiones exhorbitantes superiores al 30% de los aportes, modelando un costo operativo típico de una estructura ineficiente o un negociado abyecto. Adicionalmente como lo señalan los economistas Lousteau,Pereira y Lopetegui su sostenimiento tiene un enorme costo fiscal: " Los aportes derivados a las AFJP hasta el 2001 fueron cercanos a 26.000 millones de pesos, que se transforman en casi 36.000 millones con los intereses por la mayor deuda que generaron. Este costo fue creciendo año tras año llegando en el 2001 a representar 2,6% del PBI y fue sufragado por las provincias (58%) y la Nación (42%) ya que la brecha fue cubierta con detracciones de la masa coparticipable. El promedio del déficit de la Nación entre 1995 y 2001 que fue de 1,8% del PBI habría sido de 1% si no se hubieran derivado aportes a las AFJP. Más llamativamente, el déficit fiscal del conjunto de las provincias que fue del 1,1% del PBI, habría sido nulo. Si bien es cierto que el resultado primario muestra en las provincias una actitud fiscal más laxa que en la Nación (entre 1991 y 2002, las cuentas de la Nación exhiben un superávit primario de 1% y las provincias un déficit de -0.7% del PBI), pareciera que la mayor irresponsabilidad fiscal de los gobernadores fue aceptar embarcarse en una imprudente reforma" y sobre todo, para sellar definitivamente su futuro si funesto, la gente ya no confía en ellas en absoluto. Su mantenimiento a mediano plazo no tiene lógica alguna, ni fiscal, menos previsional y mucho menos económica, está claro no hay ahí un enorme "mercado de capitales" en ascendente formación, como se sostenía en los mentideros económicos en los años noventa, sino una timba que agoniza. Porqué entonces el gobierno nacional no aprovecha el debate abierto estos días por el fallo ejemplar de la Corte Suprema de Justicia sobre el nivel de Jubilaciones y Pensiones e inicia ya un proceso de transición hacia la futura desaparición - por otra parte inexorable - del sistema de capitalización privado , permitiendo inicialmente y a la brevedad posible la vuelta al estado - y será un retorno masivo sin duda- de quienes optaron por capitalizar sus aportes en una fracasada AFJP ?. Porqué el Gobierno no inicia ya el fin del ciclo nefasto de la capitalización previsional privada argentina construído bajo la presión de los gobiernos y las patronales en complicidad con algunos gremios, por la absurda estructura del sistema de selección que ante la falta de opción explícita enviaba automáticamente al trabajador al sistema privado o en todos los casos bajo los efectos de publicidad engañosa?.