El área de Trabajo y Producción del Centro de Estudios Metropolitanos presentó un informe sobre el mercado laboral entre marzo de 2020 y marzo de 2021 con datos de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) de INDEC. A más de un año de la llegada de la pandemia del covid-19, los indicadores del primer trimestre de 2021 exponen el carácter del proceso de recomposición del trabajo en la Argentina en la que se ven tendencias contradictorias de cara a la post-pandemia.
“Luego de 12 meses de pandemia vemos que el trabajo informal, que es el que más disminuyó durante el 2° y 3° trimestre del 2020, se recuperó muy lentamente en los trimestres posteriores antes de la segunda ola. Esta situación afectó de manera desigual a mujeres y jóvenes, quienes tienen mayor participación en el trabajo informal y, por ende, continuaron siendo el segmento más afectado”, explica Darío Romano, coordinador del área de Trabajo y Producción.
Si bien, la desocupación bajó de 10,4% a 10,2%, el número de trabajadores cayó en 100 mil durante el período que analiza el informe. Además, la recuperación del empleo se dio en forma desigual según género y fue desfavorable para las mujeres.Mientras que los hombres han recuperado los niveles de la pre-pandemia sumando 322 mil puestos de trabajo en relación al primer trimestre de 2020, un total de 422 mil trabajadoras han perdido su empleo y no lo han recuperado.
El informe observa que la recuperación del trabajo está traccionada por el cuentapropismo. Un significativo número de trabajadores asalariados pasaron a desempeñarse como trabajadores por cuenta propia en los niveles más bajos, marcados por la precariedad y las bajas remuneraciones.
“Frente a esta situación, es necesario promover desde el Estado políticas focalizadas para impulsar actividades vinculadas con la gastronomía, comercio minorista y hotelería, en donde hay una alta tasa de informalidad, para lograr recomponer los puestos de trabajo perdidos. Al mismo tiempo, generar condiciones para registrar los actuales empleos precarios y promover una recomposición del poder adquisitivo de los trabajadores informales a través de un importante aumento del salario mínimo, cuyo impacto en la economía informal es determinante”, concluye Romano.
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