9/18/2021

en el renunciamiento a la unidad late su mayor y oscuro deseo



UNIDAD – Por Rocco Carbone

El filósofo Rocco Carbone afirma en este artículo que la unidad es la expresión de la voluntad y la resistencia populares, y que no puede trastabillar y tampoco puede ser renunciada.


Por Rocco Carbone*

(para La Tecl@ Eñe)


… está por encima de todo lo que habíamos hecho cada uno de nosotros: está por encima y es más importante que cada una de las organizaciones que había aquí […] en sí misma es mucho más importante que todo eso.

Fidel


Nos engañaríamos si pensáramos la unidad como ausencia de pluralidad hacia afuera y la coexistencia de placas sin fisuras ni movimiento hacia adentro. Unidad no es lo opuesto de multiplicidad y pluralidad. En toda unidad se escenifican clivajes, sea una unidad de conciencia, unidad lingüística o de cultura, unidad de tradiciones, sea un único dios (que en realidad es una trinidad), la unidad de la norma aristotélica (de tiempo, lugar y acción) o de un frente político en el que participan fuerzas con una orientación democrática y popular. Si se expresa bajo esta última vertiente, y en la Argentina en lo específico, la unidad es la expresión de la voluntad y la resistencia populares frente al descalabro cambiemita que le fue confiada al Frente de Todxs; y es expresión también de la imaginación de esa mujer que es “un exceso y una necesidad” -como escribió Horacio González-: Cristina. Frente que es de Todxs -sin que sea leído con un implícito signo de propiedad-: la configuración de un conjunto que, aunque formado o derivado de varios elementos o componentes, debería saber enfatizar su condición unitaria y solidaria: unitario y plural incluso en medio de la divergencia, incluso luego de un infortunio que, pese a lo precipitado de un instante de comprensible nerviosismo, puede ser desdramatizado tocando las fibras subterráneas de una estructura que pugna por mantenerse inmodificada. 

Un acontecimiento sería lograr las transformaciones necesarias en su interioridad para que el Gobierno gobierne para todxs -reponer en los ministerios a las diversas representaciones que no fueron expresadas en listas electorales de las PASO con vistas a liberar la acción gubernamental tratando adecuadamente las cuestiones políticas y sociales propias de un momento excepcional de la historia de la humanidad-, para que recorra un sendero que conduzca hacia una escena menos dilemática, en noviembre. La unidad no puede trastabillar ante un traspié y tampoco puede ser renunciada. 

Que el Frente es de Todxs significa que la unidad es necesaria absolutamente para concertar sagacidades -y otras paciencias- a manera de dique ante la furia violenta de quienes impiden el avance de nuestros pueblos: en Argentina y en América Latina. La labor de sostener el proceso de unidad le corresponde a funcionarixs dispuestxs a funcionar, a las organizaciones políticas y sindicales, a los movimientos sociales, a lxs ciudadanxs, para seguir sosteniendo metas mínimas e indeclinables: unidad reforzada contra un neoliberalismo ahora arropado por un incipiente fascismo, disponerse a desplegar medidas económicas que atiendan las urgencias populares en vez de privilegiar un acuerdo con el FMI (queda pendiente aún una investigación política de la deuda macrista que descubra y pondere responsabilidades), además de la memoria de una condición humana irresuelta: presxs políticxs arrumbadxs en grutas. 

La derecha no tiene índole proyectiva (proyecto y proyección), no representa ninguna alternativa, niega la historia argentina en tanto complejo civilizatorio y los sedimentos populares y revolucionarios que configuran la nación democrática. Es naufragio y miseria, sacrificio y explotación. No debe pasar: no podemos permitirlo. En el renunciamiento a la unidad late su mayor y oscuro deseo. El renunciamiento a la unidad abriría las compuertas de la historia para una renovada y enérgica pulverización social.


*Universidad Nacional de General Sarmiento/CONICET.

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