INTEGRACION Y DESINTEGRACION SOCIAL EN SITUACIONES DE COVID-19
Por Daniel García Delgado y Alejandro Casalis
Área Estado y Políticas Públicas- FLACSO Argentina
Hace un tiempo Albert Hirschman señalaba que llega un momento en la historia de las sociedades se encuentran en un punto límite, en que se juega su proceso de integración o desintegración como sociedades nacionales con cierta autonomía. Para la Argentina ese punto llegó en el 2018 con Macri y el endeudamiento externo, que hipotecaba el país por 100 años y generaba el mínimo de soberanía posible. A ese punto se sumó el Covid-19 como la peor crisis del capitalismo de la que tenemos registro, que generaba una caída del PBI mundial en más de 10 puntos y ponía en interrogante la capacidad de los gobiernos de operar con eficacia sobre una pandemia global, que se expandía con rapidez, y para la cual los sistemas de salud no estaban preparados.
En este punto, donde se jugaba la existencia de la sociedad argentina, como sociedad nacional, con capacidad de dar respuesta a dos desafíos mayúsculos, se respondió con éxito entre el 2020 y 2021. Algunos de los hitos principales de ello fue la preocupación por el cuidado y atender a los sectores vulnerables, priorizando una estrategia en favor de la vida con diversos planes sociales. También, la resolución de la negociación de la deuda externa con los bonistas privados que condicionaba, más aún, al país en sus vinculaciones financieras internacionales, y diversas políticas que permitieron controlar el dólar sobre las inocultables intenciones de devaluaciones de las principales corporaciones.
Sobre el inicio del 2021 el gobierno avanza en dos aspectos decisivos. Se asegura la provisión de la vacuna Sputnik V que, con la publicación reciente de los resultados en la revista The Lancet, se ubica entre las más eficaces del mundo – a pesar de los cuestionamientos previos realizados por la oposición- y está en tratativas para producirla localmente; mientras mantiene negociaciones con otros laboratorios y países para ampliar la oferta de vacunas disponibles. Además, se comienzan a evidenciar un proceso de reactivación económica industrial, de mejora en la recaudación, alineamiento en algunas variables macroeconómicas que se acercan a lo previsto en el presupuesto 2021, y se avanza en el proceso de integración regional.
Frente a esto, la estrategia de la derecha, que había apostado a la desestructuración de la sociedad por la no resolución de las negociaciones con los acreedores privados, el empeoramiento del endeudamiento externo y el agravamiento de las consecuencias de la pandemia –además de buscar la división interna del Frente de Todos y apostar a la judicialización de la política- se ve debilitada. Aún no tiene un liderazgo definido, ni programa, ni una articulación política suficiente que le de sustento en un año electoral. Paralelamente, el gobierno logra controlar algunas variables económicas, sociales y políticas, que le permiten recuperar no solo algún tipo de Estado presente para dar respuesta a las cuestiones internas, sino también una integración social y nacional soberana, abriendo nuevas posibilidades de interlocución con países vecinos y de la mueva multipolaridad.
Es para destacar la reciente convocatoria del gobierno al Foro Económico y Social mediante el cual se procura debatir salarios, inflación y crecimiento dentro de un planteo consensuado con asociaciones empresariales y sindicatos, a pesar de los debates internos que se dan al interior del Frente de Todos -como los que señala J. Aleman- en relación a la estrategia a seguir con las corporaciones empresarias.
Se muestra un nuevo impulso a la negociación tripartita, que se complementa con los acuerdos en el Congreso y la negociación con el FMI. El gobierno busca legitimarse en sus respuestas ante la sociedad mediante el plan de vacunación, y con la perspectiva de crecimiento económico, de generar empleo y un acuerdo de salarios para el sector privado por encima de la inflación y controlar a ésta última. De este modo, el avance en las medidas del gobierno durante 2020 y los primeros meses de 2021, su articulación con la sociedad, y con los países vecinos y con las principales potencias mundiales comienza mostrar sus primeros frutos, en un contexto global de incertidumbre.
2 comentarios:
Excelente publicación Artemio. Muy precisa, la descripción,para saber donde estamos parados y hacia donde avanzamos
Según como se mire, me parece muy problemático este comienzo de la nota:
"Algunos de los hitos principales de ello fue la preocupación por el cuidado y atender a los sectores vulnerables, priorizando una estrategia en favor de la vida con diversos planes sociales. También, la resolución de la negociación de la deuda externa con los bonistas privados que condicionaba, más aún, al país en sus vinculaciones financieras internacionales, y diversas políticas que permitieron controlar el dólar sobre las inocultables intenciones de devaluaciones de las principales corporaciones."
En primer lugar, lo de "hito" es una exageración. En segundo lugar, las tres cuestiones que destaca son problemáticas. Comienzo por la última, no es cierto que el gobierno no haya devaluado el peso. Por el contrario, aunque no hizo una devaluación abrupta, entre marzo y diciembre 2020 (aunque aún continua el proceso) el peso se depreció en un 45% (incluso por encima del IPC anual, y demás está decir que entre 7/12 ptos por encima de cualquier paritaria disminuyendo el salario real en dólares). En el mismo período existió la presión devaluatoria, pero las herramientas que está usando el gobierno hasta el momento han sido rebajar unos puntos las retenciones, acuerdos de precios sin fiscalización ni control, un mayor endurecimiento del "cepo" (aunque pagando intereses por leliqs y emitiendo deuda en pesos, que le remiten al sector financiero ganancias que ningún mortal podría obtener trabajando, y favoreciendo que distintos sectores del capital endeuda en el exterior se llevase una buena tajada de reservas para pagar "deudas"). Se puede hacer muchísimo más ¿se quiere hacer muchísimo más?
Asociado a lo anterior, se encuentran los acuerdos con acreedores. Otra cuestión problemática. Lo que se resolvió es un poco de aire fresco -según cómo se mire puede ser poco o suficiente-. Se pateó para adelante, y el grueso de los acreedores saben que en unos años tendrán que sentarse nuevamente a renegociar (de allí que al gobierno no le quedase otra que incluir algunas cláusulas para cuando ello acontezca). Siendo optimista podríamos decir que no sabemos qué sucederá para entonces (si habrá o no sociedad nacional, países o sociedades tal como las hemos conocido). Tiendo a ser un poco menos optimista. Ni hablar de que no hubo una sola presentación judicial tendiente a revisar los acuerdos del Gato y su equipazo, ergo, otra vez un "gobierno nacional y popular" convalida la estafa al conjunto del pueblo. Pragmatismo sí. ¿Hito?, de ningún modo, nada que festejar.
Y respecto del primero de los "hitos", comienzo por una distinción semántica: los sectores sociales no son "vulnerables", en todo caso son sistemáticamente vulnerados y empobrecidos, para no decir que fueron saqueados durante cuatro años y aún lo son. La preocupación existe, pero de ahí a que se traduzca en fuerza y organización para trazar otros horizontes. Ni hablar si pienso en cómo cada jurisdicción desarrolló real y efectivamente cada política de cuidado. Los planes fueron necesarios, pero fueron insuficientes, y dado el carácter alimentario que tuvieron, sumamente vapuleados por la inflación de esos bienes que estuvo muy por encima del 36.1% IPC.
Abrazo
Fabio
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