1/23/2020

tenedores y cuchillos

RENEGOCIAR PARA CRECER

Noem铆 Brenta*


A solo d铆as de asumido el nuevo gobierno, la rapidez de la administraci贸n Fern谩ndez para dar vuelta la p谩gina mendaz e imp铆a de la macrieconom铆a, ya defini贸 su rumbo inicial y tambi茅n asoman sus primeros escollos.


El slogan de campa帽a "poner a la Argentina de pie", repetido en actos y dicursos oficiales, apunta el 铆ndice a levantar al pa铆s de la postraci贸n provocada por los cuatro a帽os de Cambiemos: la producci贸n y el empleo en larga ca铆da, la tercera inflaci贸n m谩s alta del mundo (detr谩s de Zimbabwe y Venezuela), una deuda p煤blica gigante en virtual default, grave compromiso de las cuentas fiscales, tasas de inter茅s astron贸micas, tarifas de energ铆a predatorias, pocas reservas en el Banco Central, una fuga colosal de divisas, un aumento acelerado de la pobreza y la desigualdad. Esta lista no agota el desaguisado.

Las designaciones de ministros, secretarios y primeras l铆neas del Banco Central, la AFIP, bancos p煤blicos y dem谩s organismos ratifican el horizonte anunciado, de priorizar la reactivaci贸n y atender las heridas sociales m谩s urgentes. Convergen en este camino las medidas tomadas desde el inicio, como el plan Argentina contra el hambre; la suspensi贸n del pacto fiscal que privaba de recursos a las provincias en plena recesi贸n; el acuerdo con las c谩maras farmac茅uticas que rebaj贸 un 8% el precio de los medicamentos; y la Ley de Solidaridad Social y Reactivaci贸n Productiva en el Marco de la Emergencia P煤blica aprobada por el Congreso en la madrugada del 21 de diciembre. Los medios ama帽ados la llaman "emergencia econ贸mica", expresi贸n inexistente en la norma; as铆, por un lado, evitan mencionar la solidaridad, palabra de innegable valoraci贸n positiva, negando ese poroto a Fern谩ndez; por el otro, disimulan el desastre social del gobierno anterior, al que apa帽aron; y, tambi茅n tratan de asimilar, de mala fe, la administraci贸n Fern谩ndez a la de Menem, quien antes de asumir la presidencia obtuvo la sanci贸n de la ley de emergencia econ贸mica que abri贸 paso a las reformas neoliberales, causantes de la terrible crisis de 2001.

Pero los objetivos son bien distintos. Ahora se trata, en el corto plazo, de reactivar la econom铆a a trav茅s de un empuj贸n del consumo, de "poner plata en el bolsillo de la gente", empezando por los que seguro la gastar谩n dentro del pa铆s, que son los sectores de menores ingresos y m谩s necesidades insatisfechas. Es la conocida receta del multiplicador del gasto en rondas sucesivas, que permite aumentar la producci贸n cuando hay capacidad ociosa, como ocurre hoy, con solo el 60% de la industria en marcha. Por ejemplo, el beneficiario de bolsillo aumentado consume m谩s alimentos, el vendedor de alimentos compra m谩s a su proveedor, que a su vez aumenta su producci贸n, y sigue la cadena en un c铆rculo virtuoso de reactivaci贸n.

Pero no son todas rosas. Esta etapa del plan econ贸mico fernandino es neokeynesiana, esto significa una intervenci贸n moderada del estado en la econom铆a, con b煤squeda de equilibrio en el presupuesto p煤blico y las cuentas externas. Es la famosa "consistencia macroecon贸mica" que mencion贸 el ministro Mart铆n Guzm谩n, en su primera conferencia de prensa, del 11 de diciembre, que los mercados saludaron con una baja del riesgo pa铆s. Pero el disc铆pulo dilecto de Stiglitz puntualiz贸 que “Argentina tiene que converger a una situaci贸n de equilibrio fiscal en la cual se alcance super谩vit primario. Es necesario para la sostenibilidad de la deuda. El problema es que no se puede hacer de golpe. El 2020 no es un a帽o en que se pueda hacer un ajuste fiscal porque profundizar铆a la recesi贸n y la agravar铆a. El tema es tener el aire para no tener que hacer esa contracci贸n fiscal”. Ese aire provendr铆a de dos fuentes: prorrogar los pagos de la deuda y aumentar los impuestos a los sectores de mayor capacidad contributiva.

La pr贸rroga de los pagos de la deuda con el sector privado aun no se ha definido, el ministro ha mencionado un plazo de dos a tres a帽os, otros proponen estirarla hasta el 31 de diciembre de 2023. Hoy los intereses y cargos de la deuda se llevan cada a帽o unos 3 puntos del PIB, y representan alrededor de un quinto del gasto p煤blico. Y como alrededor de la mitad de esos pagos va al extranjero, ni siquiera se gasta o ahorra en el pa铆s. Para dar una idea de lo que significa esta filtraci贸n de recursos, un estudio reciente del FMI[1] encontr贸 que por cada 1% de inversi贸n p煤blica en las provincias argentinas, el producto crece hasta 1,7%. Por ejemplo, si en lugar de pagar 10 mil millones de d贸lares de intereses en 2020, que es el monto presupuestado por la deuda en moneda extranjera, el estado construye infraestructura y viviendas por ese monto, la producci贸n y los ingresos aumentar铆an en 17 mil millones de d贸lares, equivalente a 4,25% del PIB. Este c谩lculo r谩pido del multiplicador del gasto solo pretende ilustrar el proceso, para explicar por qu茅 es tan vital tener un respiro de los pagos de la deuda para recuperar el crecimiento y, tambi茅n, la capacidad de atenderla.

En este sentido, el 19 de diciembre el ministro de econom铆a invit贸 a los tenedores de deuda p煤blica a iniciar conversaciones para adecuar la deuda a los objetivos de sostenibilidad, basado en los principios de formar parte de un programa integral para recuperar un sendero de crecimiento sostenido como condici贸n necesaria para restaurar la capacidad de pago, y sentar las condiciones para el desarrollo de un mercado de capitales dom茅stico; el ministro tambi茅n manifest贸 la genuina voluntad de pago de la Rep煤blica, expresi贸n apreciada en el mundillo financiero. Al d铆a siguiente, en el marco de la ley de solidaridad social, se cre贸 Unidad de Gesti贸n de la Sostenibilidad de la Deuda Externa (UGS), con rango de subsecretar铆a, en la Secretar铆a de Finanzas, para trabajar en la renegociaci贸n de la deuda p煤blica externa de Argentina, iniciando un proceso de consultas y un canal de di谩logo con los distintos participantes y agentes del mercado, como las instituciones financieras y asesores financieros; y habilit贸 una direcci贸n de correo electr贸nico (ugs-agentesfina@mecon.gob.ar) para recibir informaci贸n relevante y dinamizar la comunicaci贸n con las instituciones interesadas. 

De hecho, esta Unidad transparenta y ordena las conversaciones que el gobierno ya ven铆a teniendo con bancos, fondos y otros tenedores de bonos, que incluso habr铆an presentado ofertas. Dos ex secretarios de finanzas y negociadores de la deuda externa argentina, Daniel Marx y Adri谩n Cosentino, fueron incorporados como asesores en la UGS, por su experiencia y contactos, pero al parecer ser铆a el ministro Guzm谩n, experto en temas de reestructuraci贸n de deudas soberanas, quien conducir铆a las negociaciones, que ya vendr铆an encaminadas y con la anuencia del FMI.

El crecimiento de la econom铆a -sin nuevo endeudamiento significativo- restablecer铆a una relaci贸n m谩s tolerable entre la deuda y el pib -que hoy ronda el 95%, y permitir铆a atenderla, de alcanzar un perfil de vencimientos razonable, muy distinto al heredado del macrismo, que concentra pagos por 200 mil millones de d贸lares entre 2020 y 2023, los cuatro a帽os de la gesti贸n de les Fern谩ndez. Medio producto bruto -o m谩s, seg煤n el tipo de cambio que se tome para el c谩lculo- deber铆a destinarse a la deuda, un absurdo. Aun suponiendo que parte del capital se renueve, lo que no es conveniente para todos los tipos de acreedores, en especial para los m谩s condicionantes, ni para la deuda en moneda extranjera, por las restricciones que representa la jurisdicci贸n extranjera para orientar la pol铆tica econ贸mica y estrat茅gica del pa铆s en funci贸n de los propios intereses nacionales.

A su vez, el crecimiento econ贸mico permitir铆a aumentar la recaudaci贸n tributaria, que depende del nivel de actividad, y contribuir a generar un super谩vit primario, junto con los aumentos recaudatorios provenientes de las nuevas al铆cuotas de algunos impuestos. Y este es el segundo aire de la sostenibilidad de la deuda y de la consistencia del programa econ贸mico que menciona Guzm谩n, que merece algunas reflexiones.

No pagar por un tiempo los intereses y cargos de la deuda reducir谩 el d茅ficit fiscal, ya que bajar铆a el gasto corriente, suponiendo que solo una parte de esos montos se destinar谩 a la reactivaci贸n. Pero, dentro de la l贸gica de consistencia de las cuentas p煤blicas es necesario algo m谩s para lograr el resultado fiscal que demuestre la voluntad de pago y al mismo tiempo no contraiga la producci贸n y el empleo, o al menos esa contracci贸n sea sobrecompensada por la expansi贸n multiplicadora de las transferencias para consumo de los sectores postergados y del gasto p煤blico en infraestructura, vivienda y otros rubros indispensables.

La ley de solidaridad social busca mejorar el resultado fiscal a trav茅s de aumentar las al铆cuotas de los aportes previsionales patronales, y tambi茅n de algunos impuestos, como los que gravan la riqueza (bienes personales), los impuestos internos a veh铆culos de alto precio; la tasa de estad铆sticas de las importaciones; y en el caso de los derechos de exportaci贸n convierte en proporcional una suma fija que se fue desvalorizando con la inflaci贸n y las devaluaciones, pero faculta la segmentaci贸n y est铆mulo para los peque帽os productores que les reintegra lo pagado por estos derechos. Es claro que algunos de estos impuestos, los que gravan manifestaciones de la riqueza, que incluso fueron eliminados o reducidos por el gobierno anterior en su pol铆tica de redistribuci贸n regresiva del ingreso, recaen sobre contribuyentes que no modificar谩n sus niveles de gasto por pagar este tributo, a diferencia de lo que ocurre cuando el estado baja el ingreso disponible de los sectores populares, como ocurri贸 en los 煤ltimos cuatro a帽os, y en la mayor parte de los gobiernos neoliberales, en los que r谩pidamente la actividad econ贸mica se desploma, llevando a ajustar sobre el ajuste en un espiral descendente de pobreza y depresi贸n. Sin embargo, aumentar la carga tributaria es antip谩tico y despierta resistencia, especialmente en los sectores que no votaron a les Fern谩ndez, y pone a prueba la mu帽eca negociadora del nuevo presidente.

Tambi茅n en honor a la consistencia macroecon贸mica, en este caso no solo fiscal sino tambi茅n de las cuentas externas, la ley de solidaridad social crea un nuevo impuesto del 30% por la compra de divisas y otras operaciones en moneda extranjera, que tiene un doble prop贸sito. Adem谩s de recaudatorio, busca reducir la salida de d贸lares por todo concepto, principalmente atesoramiento, compras en el exterior y turismo. 

Por un lado, esto refleja la necesidad de racionar un recurso tan escaso como las divisas, en momentos de gran endeudamiento exerno; por el otro, de limitar el aumento de la demanda de d贸lares para importar insumos industriales, bienes de capital y de consumo, que sobrevendr谩 con la recuperaci贸n econ贸mica, y anticiparse a gestionar la famosa restricci贸n externa que ha frenado el crecimiento econ贸mico de Argentina, sumada a la restricci贸n financiera ya presente a trav茅s del sobreendeudamiento de los 煤ltimos cuatro a帽os. A esta altura, ya nadie habla de eliminar el control cambiario que impuso Macri por DNU a principios de septiembre, ni de aumentar el m谩ximo de 200 d贸lares mensuales, objetivo que quedar谩 para 茅pocas de vacas muertas gordas o soja cara.

*Economista UBA y UTN FRGP

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