1/22/2020

querida prudencia

Escapando de la trampa monetaria del Macrismo


( Por Eva Sacco (*) Motor) 


La situación económica recibida por la actual gestión no es sólo compleja en términos socioeconómicos, con elevados índices de pobreza e indigencia. En lo relativo a sector productivo se da cuenta de 19 meses consecutivos de caída en la utilización de la capacidad instalada y la destrucción de 170 mil empleos industriales. Como cuadro de fondo, un proceso de renegociación de deuda a nivel nacional y provincial que limita aún mas los grados de libertad de la Política Pública. Para ponerlo en términos poco técnicos, pero si descriptivos, la economía es un campo minado donde cada posible solución podría desatar una crisis peor. ¿Cuáles son las perspectivas para la recuperación del crédito y el sector productivo? 

Para entender la situación actual, debemos retrotraernos a diciembre de 2015, cuando apenas asumido el gobierno de Macri se eleva la tasa de interés de referencia de25% a casi 40% en pocos días paralelamente a la eliminación de todas las limitaciones a la compra y venta de dólares. Las tasas altasorientan el crédito en favor de la especulación financiera yfrente a los altos retornos, los inversores requieren que el rendimiento de una inversión real sea aún mayor. Muchos emprendimientos se hacen inviables. Este proceso generó un círculo vicioso:la caída de la inversión trae aparejadomenor actividad y retornos. Es claro que la reactivación requiere como condición necesaria que las tasas converjan a valores compatibles con la producción.

Durante los años de gobierno macrista, se adhirió y aplicó de manera acrítica al paradigma monetarista y el régimen de metas de inflación. Mientras tanto, se emprendió un camino que incluían aumentos de tarifas, desregulación de combustibles, quita de retenciones y desmantelamiento del personal y funciones de la Secretaría de Comercio. En 2016 la inflación ascendió entre 36%y 40%, según el indicador que se utilice, porque hasta el mes de abril el INDEC se encontraba en proceso de revisión y no emitió datos. 

En 2017, el año más exitoso en términos de indicadores de la gestión Macrialcanzó 24,8% y en 2018, cuando se suman las tensiones cambiariasacumuladas los primeros dos años y tras las sucesivas y constantes devaluaciones se contabilizó 47,6%. 

El año 2019, con 53,8% de inflación acumulada fue el tercer año de mayor inflación desde hace 28 años. Sólo superado por los años 1990 y 1991 porel proceso hiperinflacionario previo al período de la convertibilidad.En total, durante el período 2016 a 2019 la inflación acumulada fue 310%. 

El programa de metas de inflación, que mutó sobre el final del período a metas de agregados monetarios proponía controlar la cantidad de dinero con la denominada esterilización monetaria. El BCRA emitía instrumentos financieros de corto plazo (lebacs primero y leliqs después) que rendían interés y de esa manera, según la cantidad de instrumentos que se coloquen en el mercado, se controlaban los agregados monetarios. Cuanto mayor sea la tasa, menor la cantidad de dinero y mayor el nivel de esterilización. El control monetario teóricamente bajaría la inflación, por eso cuanto más se alejaba el índice de las metas propuestas, el Banco Central encontraba justificación para aumentar las tasas de interés de referencia.

Dèficit


Paralelamente, el gobierno cubría el déficit fiscal tomando deuda en dólares. Déficit que en gran medida fue generado por la eliminación de las retenciones y la caída en la actividad inducida por el programa económico. Cando ingresan capitales en una cuantía considerable a una economía pequeña como la argentina, se produce una apreciación de la moneda doméstica (en este caso el peso).Por la ley de la oferta y la demanda, si hay más dólares disponibles este se abarata y el peso aumenta su valor. Para sostener la paridad cambiaria y evitar una apreciación del peso, el Banco Central compra los dólares excedentes emitiendo más pesos que obligan (dentro del esquema elegido) a aumentar la tasa.

Cuanto mayor la tasa de interés,mayor la proporción de capitales especulativos que se atraen en detrimento de los que irán al sector productivo. Por eso, en un contexto de dólar estable y tasa alta, se dan todos los incentivos a la denominada bicicleta financiera: ingresar dólares al país, cambiarlos a pesos, valorizarlos con algún instrumento financiero en moneda local y volver a comprar dólares. Siempre que el dólar mantenga su valor se habrá generado una ganancia muy relevante en dólares, lo que es una trampa y un círculo vicioso.Cada vez que ingresan dólares, el BCRA a elevaba más la tasa, lo que hace aun mas atractivoel ingreso de capitales especulativos. 

El problema eclosiona cuando por alguna razón los inversores quieren concretar sus ganancias al mismo tiempo: no hay dólares para todos a la paridad actual. Esto sucedióapartir de mediados de 2018 cuando se acelera la fuga de capitales y la devaluación. La fuga es simplemente la contrapartida del enorme proceso de endeudamiento externo, y la devaluación la contrapartida de la inicial apreciación del peso. Pero claro que los efectos no son equivalentes, ya que cuanto mayor haya sido la tasa de interés, mayor es el volumen de dólares que presionan por salir conrelación a los que entraron.Mas amplificada es la devaluación necesaria para equilibrar el mercado, lo que explica el proceso de inestabilidad cambiaria que se produjo a partir de mediados de 2018.

El plan de contingencia para bajar la tasa


En el contexto actual, lograr bajar la tasa de interés implica desarmar la masa deLeliqs y liberar los pesos que están atrapados en los bancos, sin que ese excedente se destine a la compra de dólares. Los controlescambiarios y la limitación en términos de atesoramiento constituyen una herramienta, pero aún así podrían aparecer tensiones en el mercado y ampliar la brecha con la cotización oficial. Por esta razón, el Banco Central se encuentra emprendiendo un proceso muy prudente de reducción paulatina: actualmente la tasa de referencia se ubica en 50% habiendo arrancado en 63% el 20 de diciembre pasado, al momento de asumir las nuevas autoridades monetarias. A pesar de la notable reducción, la tasa sigue estando muy elevada.

Uno de los elementos que importan para coordinar el desarme es brindar a los ahorristas una alternativa que asegure un rendimiento positivo.Por esta razón es favorable el relanzamiento de los plazos fijos UVA con un rendimiento asegurado de al menos 1% real. Tal vez, en este punto el Central podría actuar de manera menos conservadora y propiciar que las cuentas a la vista y plazos fijos liquidados antes de su finalización ajusten por UVA directamente y de esta manera ningún saldo monetario bancarizado perdería contra la inflación. Esta medida fue adoptada por Brasil y Bolivia, resultando exitosas para limitar la dolarización de la economía. 

Pero para que los plazos fijos funcionen hace falta que la tasa de referencia continúe bajando y recuperar masivamente el crédito orientado a consumo e inversión. La experiencia de los créditos UVA demuestran la inestabilidad que genera combinar créditos indexados con tasas reales altas (los créditos hipotecarios se otorgaron con tasas reales que iban desde 6% a 10% y actualmente se ofrecen prendarios con tasas del 16%). También resulta un problema no menor, que el concepto UVA esta tan demonizado socialmente: es relevante comunicar que el problema no reside en la unidad indexada, sino en las tasas de interés usurarias y la evolución del salario muy por debajo de la inflación. 

En definitiva, la cuestión monetaria y crediticia es central, y las autoridades deben ir recorriendo un camino minado donde el timing es muy ajustado y no faltan los lobys y amenazas de los bancos y la patria financiera que no se resignan a perder los privilegios obtenidos durante años pasados. Se podría describir el sendero como un fino camino entre dos acantilados o el filo de una navaja. 

Si las variables no se mueven lo suficiente no tienen efecto y la crisis productiva se intensifica. Pero si el movimiento es demasiado rápido, se corre el riesgo que la economía real no logre acompañar y se produzca una nueva crisis financiera. Por el momento, reina una razonable prudencia, un gran esfuerzo por compatibilizar la política monetaria con los demás objetivos de política, y un horizonte muy claro en el cambio de orientación. Un gran avance respecto de los últimos 4 años. 
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*Eva Sacco, Lic. En Economia, Mg. En Econometria y Mg. en Desarrollo Económico. Coordinadora del Observatorio de Empresas del Centro CEPA y Docente universitaria.**

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