Hasta hace pocos días su nombre era desconocido por mucha gente, sin embargo se convirtió en una figura clave en el golpe de Estado contra Evo Morales. El jefe de las Fuerzas Armadas prometió no disparar contra el pueblo y ahora sacó los tanques a la calle.
Santiago Mayor@SantiMayor
Menos de un año le llevó al general Williams Kaliman pasar de decirle “hermano” al ex presidente boliviano, Evo Morales, a darle un golpe de Estado.
El jefe de las Fuerzas Armadas de Bolivia asumió su cargo el 24 de diciembre de 2018, previamente había estado al mando del Ejército. “Hermano presidente, el mayor privilegio de mi vida se me concede el día de hoy”, dijo frente a la prensa durante esa jornada.
Además, en lo que a la postre quedó claro que fue una sobreactuación, se declaró “soldado del proceso de cambio”, al cual elogió con creces, igual que al jefe de Estado. “Esa visión y compromiso solo se puede entender a partir de la invaluable experiencia que adquirió el hermano presidente en el sagrado cumplimiento del servicio militar obligatorio”, apuntó.
Incluso poco tiempo atrás, el 7 de agosto de este año en el marco de los festejos por el Día de las Fuerzas Armadas, Kaliman declaró: “Nacimos durante la lucha contra la colonia y moriremos anticolonialistas porque es nuestro orgullo y nuestra razón de vida”. “Las Fuerzas Armadas son del pueblo y trabajan para el pueblo porque apoyamos a la nacionalización de hidrocarburos y las políticas de Estado que favorecen a los más necesitados”, agregó.
Ese mismo día Evo propuso convertir la Escuela Militar Antiimperialista (fundada en 2016) en un “Comando del Sur” que defienda los intereses de América Latina y contrarreste el organismo del mismo nombre impulsado por EE.UU.
Morales se encargó de resaltar el carácter internacionalista de la iniciativa ya que ese nuevo organismo militar sería “del pueblo y para el pueblo, no solamente para el boliviano, sino para el latinoamericano y del mundo”.
Dirigiéndose a las y los soldados, el entonces mandatario aseguró que “el futuro viene cargado de nuevas amenazas” para la región. “Intervenciones, armas extraterritoriales, bloqueos financieros, sanciones económicas y embargos unilaterales de alcance criminal y genocida”, haciendo clara alusión a la política exterior de Washington.
Sin embargo, el pasado fin de semana Kaliman fue el responsable de comunicar la posición de los militares ante la crisis política y social que se vive en el país. El sábado sostuvo que no dispararían contra el pueblo y garantizarían la paz. Menos de 24 horas después, le “sugirió” al presidente que renunciara consumando el golpe de Estado.
Para el lunes ya había anunciado que, esas mismas Fuerzas Armadas que no iban a reprimir, salían a las calles con sus tanques en el marco de las protestas en defensa de la democracia.
Tres días en los que el ecléctico Kaliman, puso sobre la mesa sus verdaderos intereses.
Los tentáculos de la Escuela de las Américas
Pero, más allá de sus declaraciones públicas, el historial de Kaliman no lo acercaba a esta perspectiva de soberanía en materia militar y de Defensa.
Kaliman nació en Chuquisaca el 15 de diciembre de 1962, estudió en Sucre y en 1985 egresó de la escuela militar de Caballería. Hizo una larga carrera en las Fuerzas Armadas. Antes de su cargo actual fue comandante de la Fuerza de Tarea Conjunta, agregado militar de Defensa a la Embajada de Bolivia en EE.UU., comandante de la Sexta División del Ejército, inspector general del Ejército y comandante General del Ejército.
Realizó diversos cursos en el extranjero, sobre todo relacionados a la inteligencia militar. Sin embargo, hay un destino que destaca por sobre otros.
Según la ONG School of Americas (SOA) Watch, que lucha por el cierre de Fort Benning -más conocida como la Escuela de las Américas- en EE.UU., Kaliman estudió allí en 2004.
Esta institución militar tiene el antecedente haber sido el lugar de instrucción de varios golpistas latinoamericanos durante las décadas de 1960, 1970 y 1980 bajo la doctrina del “enemigo interno”. En 2001 fue renombrada como Instituto del hemisferio occidental para la cooperación de la seguridad (Whinsec).
Kaliman, Willams Romero, comandante en jefe del Ejercito de #Bolivia y quien pidió la renuncia de @evoespueblo había tomado el curso de Comando y Estado Mayor, el 2003, en la Escuela de las Américas/WHINSEC del ejército de EEUU. Para eso es el entrenamiento: ParaGolpesdeEstado pic.twitter.com/j8q83D6Uqw— SOA Watch (@SOAWatch) November 11, 2019
Asimismo, en la web del William J. Perry Center for Hemispheric Defense Studies aparece una foto publicada en abril de 2014 del actual jefe de las Fuerzas Armadas junto a otros militares latinoamericanos. Lo acompaña una leyenda que dice: “Los graduados del Centro Perry del curso 2013 de Estrategia y Política de Defensa (SDP) se reúnen en un evento de la Conferencia de Ejércitos Americanos (CAA) celebrado este año en el Instituto del Hemisferio Occidental para la Cooperación de Seguridad (Whinsec) en Ft. Benning, Georgia”.
Según su propia definición el William J. Perry Center “desarrolla e involucra a la comunidad de profesionales de defensa y seguridad del Hemisferio Occidental para buscar enfoques de apoyo mutuo a desafíos comunes con el fin de desarrollar una capacidad institucional sostenible y efectiva, y promover una mayor comprensión de la política regional de los Estados Unidos”.
Si bien en su momento el gobierno de Evo negó que Kaliman hubiera estado allí, el ministro de Defensa, Reymi Ferreira, terminó admitiendo que hizo un curso en el Whinsec de Fort Benning, Georgia.
El argumento esgrimido fue que el paso de los oficiales por este instituto no puede inhabilitarlos para ser parte del Alto Mando ya que estaban acatando órdenes de “gobiernos neoliberales”.
Luego del derrocamiento de Evo Morales, el presidente estadounidense Donald Trump declaró: “Ahora estamos un paso más cerca de un hemisferio occidental completamente democrático, próspero y libre” y aseguró que así se “preserva la democracia y allana el camino para que el pueblo boliviano haga oír su voz”.
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