3/24/2019

córdoba: sosteniendo a la marmota





Jorge Sappia: “A la UCR no le queda otra que terminar con Cambiemos”


El presidente de la Convención Nacional planteó severas diferencias con Macri. Confirmó que ya hay conversaciones con Lavagna.

Jorge Sappia. (La Voz)ROBERTO BATTAGLINO

El radicalismo, o al menos una parte, cruje hace rato respecto a su relación con Cambiemos. Mientras ya varios dirigentes vienen planteando su incomodidad en el oficialismo nacional, algunos elogian posibles postulantes de otros espacios y otros sostienen la necesidad de replantear la sociedad con el macrismo, el presidente de la Convención Nacional de la UCR, Jorge Sappia, le puso palabras concretas: “Si no hay un giro de 180 grados, al radicalismo no le queda otro camino que terminar con Cambiemos”.


El dirigente cordobés, exministro de Trabajo en las gestiones de Eduardo Angeloz, sostiene que el Comité Nacional de su partido no habilita la Convención que él preside porque se daría un escenario de ruptura y porque no dan los tiempos.

Sappia reconoció que ya hay conversaciones con Roberto Lavagna. Fue tan duro con el presidente Mauricio Macri, que llegó a decir que hasta prefiere un acuerdo que incluya al kirchnerismo antes de seguir en Cambiemos.

El abogado laboralista dialogó con La Voz sobre la situación de su partido.

–A juzgar por lo que vienen diciendo algunos dirigentes radicales, un eventual llamado a la Convención partidaria antes de las elecciones dejaría a la UCR ante el dilema que les planteó Alem en su discurso final “que se rompa, pero que no se doble”. ¿Se rompen, se doblan, siguen en Cambiemos?

–Ni nos quebramos ni nos doblamos. Salvo que haya un cambio, valga el juego de palabras, de 180 grados, al radicalismo no le queda otro camino que terminar con Cambiemos. Acá hay que plantear las cosas con claridad. La UCR se unió al PRO en una alianza electoral que fue exitosa, pero que no conllevó un acuerdo programático que definiera qué se iba a hacer, cómo se iba a hacer y quién lo iba a hacer. Como no se hizo, el PRO ejerció en soledad, unilateralmente, el gobierno del país, sin participación ni información al radicalismo. La UCR perdió protagonismo y se diluyó en el seno de Cambiemos. Yo creo que eso es malo no sólo para el Gobierno sino que es malo para el país, porque el radicalismo puede serle útil a la Argentina ahora y en el futuro, en función de sus ideas, de sus valores. Desde que asumí la presidencia de la Convención, siempre tuve una posición crítica, en especial porque disiento de la conducción política del Estado. Han dejado al Estado en una situación de desnutrición absoluta, es un Estado a la deriva en manos de las corporaciones financieras que son las que dirigen la economía, que nos llevaron a la situación a la que estamos ahora, con la aquiescencia del Ejecutivo. Por eso, salvo un cambio fundamental, la permanencia del radicalismo en Cambiemos está agotada.

–¿Y eso cómo se va a plasmar?

–No lo sé. Sostengo que esto debe ir por la afirmativa y no por la negativa. Los que coincidimos con esta versión crítica del Gobierno y de la alianza debemos reafirmar nuestra posición para ir en la búsqueda de un acuerdo de unidad nacional, que convoque a distintos sectores sobre un programa de acción política perfectamente definido, consensuado, escrito y firmado que sea la base de gestión si ese acuerdo alcanza el gobierno. Esta afirmación va a definir la que plantee esta cuestión. No es salir o entrar de nada, sino que hay que plantear ese acuerdo rápidamente.

–¿Pero con qué mecanismo? ¿Va a sesionar la Convención?

–Eso no lo puedo contestar porque no tengo la bola de cristal. No sé qué piensa el Comité Nacional. Yo he pedido que nos reunamos y no me contestaron nada. Yo creo que no van a convocar a la Convención porque llamar a un plenario así es para hacerlo en 30 o 40 días, cuando tenemos las elecciones en Córdoba y las primarias en Santa Fe. Y en ese contexto qué va a discutir la Convención Nacional. Va a terminar en un escándalo. Me parece que no hay tiempo para hacerla.

–Pero usted dice que hay radicales que no quieren estar más en Cambiemos. ¿Cómo harán?

–Si no se dan las condiciones para permanecer en la coalición hay que irse de la coalición. ¿Quién lo debe decidir? Lo debería decidir la Convención pero si no lo decide la Convención, lo decidirán los hechos que se vayan produciendo.

–Supongo que hay radicales que no están dispuestos a irse, en especial aquellos que integran el gobierno.

–Yo supongo que no porque si estuviesen dispuestos a irse ya se hubiesen ido.

–¿Se imaginan respaldando la candidatura de Roberto Lavagna?

–Por ahora nuestra conversación con Lavagna es para ver si él está convencido de buscar un frente de unidad nacional y cuáles son las bases. Nos hemos puesto de acuerdo en que hay que buscar una salida de ese tipo y que hay que hacerlo con un programa consensuado y firmado de gobierno.

–Usted recordará que una vez, allá por 2007, Lavagna fue candidato presidencial del radicalismo y que un año después se volvió con Néstor Kirchner al peronismo.

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–Siempre fue peronista. Fue candidato del radicalismo, pero como peronista, así lo planteó Raúl Alfonsín, que lo promovió como candidato presidencial.

–Abrir las puertas a un acuerdo con Lavagna, no sólo es pensar en un acuerdo con sectores que se definen como progresistas sino espacios del peronismo conservador y hasta el propio kirchnerismo, que no descarta un entendimiento con su exministro. ¿Están dispuestos a salir de Cambiemos para pasar a ser socios del kirchnerismo?

–Yo creo que si al inicio empezamos a excluir gente no tiene sentido un acuerdo de unidad nacional. Acá la convocatoria tiene que ser lo más amplia posible porque se trata de encontrar soluciones entre todos a esta crisis tan profunda. No quisiera decir que es una crisis terminal porque estaríamos hablando de Venezuela, pero todos los días nos encontramos con una catástrofe nueva. No podemos discriminar este sí o este no. Que vengan los que quieren un acuerdo político progresista.

–Como plantea las cosas no parece haber alternativa para un radicalismo dividido en dos partes.

–Espero que no ocurra, pero si ocurre el asunto será ver quién es el responsable de esa situación.

–Pero hay radicales que participan de decisiones de gobierno. Hay gobernadores, legisladores y hasta ministros que son de la UCR y que forman parte activa del oficialismo nacional.

–El Comité Nacional se reunió a mediados de febrero. Yo presenté una nota para pedir hablar sobre la convocatoria a la Convención. Jamás se trató el tema. La semana pasada, se reunió el Comité Nacional y no fui invitado. No me contestan las notas, no me invitan, cómo puedo tener un diálogo.

–Usted dice que si no hay un giro de 180 grados se van y el Presidente esta semana ratificó en tono enérgico el rumbo elegido. No parece haber un giro ni de 10 grados.

–Se enoja y está a los gritos. Lo último que se puede exigir a quien ejerce la conducción de un país es que mantenga la calma. Él dice que está caliente. Tendrá que enfriarse.

–¿Por qué cree que se dio la ruptura en Córdoba de Cambiemos que lleva a que haya dos candidatos de la UCR por fuerzas distintas?

–Se llegó a eso porque no hubo capacidad de diálogo entre los protagonistas. Creo que desde un sector hubo una dependencia notoria de las decisiones de la Casa Rosada, que pidió evitar la interna. El excesivo apego de algunos amigos radicales a esta decisión de la Rosada nos ha llevado a esta situación de enfrentamiento.

–Con lo cual responsabiliza más a los que tienen diálogo con el Gobierno nacional, como Mario Negri, que a los que tienen la conducción partidaria provincial, como Ramón Mestre. ¿Es así?

–Más que diálogo, digo dependencia.
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