Como veíamos en Analyticos anteriores, es poco lo que las elecciones legislativas ponen en juego, en términos de la composición de las cámaras. Si los resultados de las PASO se repitieran, o si se alterasen levemente en la suma nacional, es poco probable que el gobierno pierda la relativamente cómoda situación que tiene en el Congreso. Aún la hipótesis de la conformación de nuevos bloques, no se está produciendo: el recientemente lanzado grupo de diputados que responde a Massa, se nutre de lo que era el bloque Peronista Federal; distinta es la situación de la Legislatura provincial bonaerense, en la que el massismo ha sumado bancas que antes pertenecían al Frente para la Victoria.
Como vimos en el caso del proyecto de reapertura del canje y en los últimos dictámenes de comisiones, el kirchnerismo mantiene el control de la agenda legislativa. Por delante, sin embargo, hay un año electoral que condicionará el funcionamiento de las cámaras. Estamos entrando en la última fase del mes de septiembre, y hasta las elecciones del 27 de octubre el Congreso se paralizará, o casi. Solo el impulso del Ejecutivo lo pondrá en funcionamiento.
Queda, para después de las elecciones, una agenda más nutrida.El presupuesto 2014, la ley de emergencia económica, las llamadas "prórrogas impositivas" (impuesto al cheque, a los cigarrillos, etc.) y otros proyectos de contenido económico seguramente se tratarán a lo largo de noviembre.
Lo que aún no sabemos, es si el Ejecutivo enviará algún otro proyecto clave en el marco de un empuje de iniciativa política tras las elecciones. En otros ciclos electorales, una vez terminados el oficialismo tiende a buscar el dominio de la agenda a partir de una ley o medida estandarte. Lo que haya, provendrá directamente de la Casa Rosada: en los despachos del Congreso no está.
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