8/18/2013

acerca de la construcción del "peronismo disidente" como categoría político-electoral activa

Fuente: Universidad Di Tella http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-227040-2013-08-18.html

Observamos cómo Julio Burdman, en el notable artículo de su autoría que publicamos anteriormente en Ramble , despliega el mayor esfuerzo conceptual conocido de buscar espacios de unificación opositora en base a datos sistematizados, para así darle encarnadura a un sujeto político - electoral que , frente a la fragmentación opositora realmente existente, pudiera competir eficazmente con la que aún con dificultades, emerge como notable mayoría nacional con similares niveles de voto que en el año 2009: el FPV. 

Da vida conceptual Burdman en este ensayo a la categoría "Peronismo no K" , una tradicional categoría de análisis frecuentada por analistas de centro derecha, hasta ahora sin efectos conceptuales y nunca seriamente fundamentada, que intenta ser remozada y consistida en este notable trabajo, con valores porcentuales a lo largo de la geografía nacional .

Hecho el exhaustivo inventario porcentual,  sobre las reales posibilidades del "Peronismo no k" de efectivamente concretarse como espacio político electoral unificado y activo, el autor solo brinda como condiciones de posiblidad el peso relativo del kirchnerismo en el universo pan peronista , que según Burdman  "luce menor que ayer" tras las PASO,  y una pista por ahora del orden estrictamente retórico o voluntarista:   "Se trata de un conjunto heterogéneo, pero cuyos vasos comunicantes están en pleno desarrollo".

Hoy nada casualmente Santiago Escobadlof en el programa de Radio 10 , conducido por el eterno Profesor Grondona , insistía en la hipótesis conservadora del constituir retóricamente al "peronismo no kirchnerista" como único sujeto capaz de acabar con la experiencia de gobierno que desplegaran Néstor y Cristina desde Mayo de 2003 , asignándole la conducción de ese espacio si ayer a Duhalde hasta 2005, a Reuteman a partir de 2009 , pasndo por  De Narváez, De La Sota y hoy obviamente confluyendo en la figura de Sergio Massa.

Un segundo intento en consolidar la categoría imaginaria de "Peronismo no k " de Burdman esta vez enunciado bajo la categoría de "Peronismo disidente" se lee en el paper de la Universidad Di Tella que hoy cita el Perro, estudio caracterizado como "científico" que según se señala en la nota "no forma parte del dispositivo académico, político o comunicacional del kirchnerismo" , desplazamiento utilizado como criterio de objetividad  imposible y extravagante en ciencias sociales y cuyo agregado nacional ofrece un activo protagonismo al "peronismo disidente"  - es aquí en este agregado nacional inocente, donde antes de empezar ya culmina la "objetividad" del dispositivo no K- , mediante la suma matemática de la ultra diversidad de origen de los retazos de pan peronismo rastreado "urbi et orbi", suponiendo a esa sumatoria arqueológica una categoría electoral y políticamente activa, nada menos que la segunda fuerza nacional.

Sucede que el tradicional proyecto de la derecha conservadora , arrebatar al FPV el sentido del peronismo histórico, encuentra tras las PASO su momento de mayor desarrollo, intento reiterado desde el año 2003 que sin embargo no tiene más soporte que la retórica sostenida en una muy pobre conceptualización del vínculo entre FPV y Peronismo Histórico del que el kirchnerismo es una fase capaz de reconducir a la sociedad argentina hacia un sendero de mayor justicia y equidad tras la gran crisis del neoliberalismo en el año 2001.

En otras palabras, la explicitación de la existencia robusta, electoral y políticamente activa del "Peronismo no k" o "Peronismo Disidente" ese es el discurso estratégico de la derecha conservadora, la lógica de agregación de los retazos pan peronistas es ninguna más que retórica, similar a la explicitada por Gerardo Fernández en este post, las demás justificaciones del insólito colectivo resultan fuegos de artificio, fotogenia, cotillón ideologico para solaz y esparcimiento de los opinadores.

Viva Perón, Viva Néstor!


2 comentarios:

Unknown dijo...

Artemio: la existencia de un espacio peronista no kirchnerista, de tinte claramente conservador me parece algo más que una entelequia. Es parte de una hipótesis política que no puede despreciarse. De hecho el estudio del Di Tella que cita Verbitsky realiza dos picardías, legítimas ambas, pero que hay que considerar. Por un lado quita del cómputo a los votos en blanco, lo cual es legítimo para las elecciones donde se eligen cargos, pero no para éstas. Son 700.000 votos que se quitan del denominador. La otra es más sustantiva: separa al espacio del PRO y sus supuestos aliados de la pertenencia a ese clivaje populista conservador. Como si la distancia que hubiera entre los votantes de Massa y los de Macri fuera mayor que la que hay entre los de Massa y los de De Narváez. El efecto de esta sutileza es poner a tiro al espacio radical-socialista de la segunda posición, y generar la idea de una competitividad entre tercios en paridad de condiciones. Pero los tercios son asimétricos. Los votos entre los sectores populares y populistas se trasvasan con mucha mayor facilidad de lo que lo hacen entre ellos dos y el tercio “republicano”-radical-socialista. De hecho obedecen a referentes territoriales que hoy están aquí y mañana están allá, pero el aquí y el allá es el de la comarca populista, ya sea en su orientación kirchnerista o en su orientación conservadora. Lo que erosiona el poder territorial no es sólo el pase de caciques locales al sector PJ no K, sino también la falta de correlatos claros y de orientaciones precisas relativas al hecho de NO hacerlo. Quedarse en el segmento K, muy bien, ¿y para qué? Los para qué hoy son todos defensivos. Simplemente asegurar logros pretéritos. Ese no es un buen motivo.

Otras dos cosas: primero, el peronismo no kirchnerista tiene una realidad bien tangible en el territorio y, paradójicamente, hoy tiene claro el objetivo de su posible unión. Yo no veo imposible que se ordenen. La gran dificultad consiste en hacer ver que el PRO, lejos de ser una alternativa nacional, es un socio menor, muy menor, de ese armado, y que Macri, lejos de ser una figura de primerísima línea, es una figura a la altura de Del Sel, De la Sota o De Narváez. La sobre-representación simbólica del macrismo es inversamente proporcional a su efectividad política y su capacidad eleccionaria. Sus desatinos, la falta de cuadros y de criterio pueden dejar al peronismo de derecha sin el millón de votos del dúuo de humoristas Macri-Del Sel, y sin los 400.000 del otro dúo humorístico (Baldassi-De Angelis). Si la derecha peronista resuelve el enigma Macri (y sus réplicas territoriales en el Litoral) yo lo veo en aptitud de ordenarse y competir en serio. Se comunica su electorado sin ambages con el electorado potencialmente kirchnerista.

Segundo, lo que no tiene realidad es el espacio “republicano”: ¿de dónde tomarían votos Binner, Cobos o Carrió, o quien fuera, para estirarse por encima del 25% actual para escalar hasta un posible ballotage? Todo se hace cuesta arriba en este espacio, que aún cuando pudiera ordenarse (y aún eso se ve difícil) no se sabe de dónde tomaría votos, territorios, imaginarios, identificaciones. La pasión republicana es de minorías. Luego del colapso de la convertibilidad el panorama es claro.

(sigue)

Unknown dijo...

En 2003 las distintas variantes republicanas alcanzaron el 34% de las voluntades, divididos en varias candidaturas (Lopez Murphy, Carrio, Bravo, Moreau). En 2005 bajó al 25%, y en el 2007 volvió a estirarse, con las candidaturas de Carrió, Lavagna y López Murphy. Es difícil estimar cuánto del voto de UNA, esa confusa mezcla de radicalismo y el peronismo no kirchnerista detrás de Lavagna puede imputarse al voto anti-populista. Aún así es claro que entre todos esos candidatos orillaron el 40% de los votos a nivel nacional, capturando una parte del voto anti kirchnerista del peronismo. El tercer lugar obtenido, y el magro resultado alcanzado debería ser aleccionador. La simbiosis radical-conservador popular no sumo mucho con el híbrido entre Lavagna y Morales. Si la mitad de los votos de UNA eran peronistas, el republicanismo nuevamente rondó el 34% de los votos. Más adelante, en pleno clima pos-125, en las elecciones de 2009, sumando el Acuerdo Cívico y Social y algunos grupejos aislados el republicanismo, nos encontramos con que esta “sensibilidad” orilló el 33% de los votos. Luego en 2011 la sumatoria del FAP, de UDESO y de la Coalición Cívica no llega al 30% (29,77% para ser exactos). Ahora en 2013 el espacio republicano vuelve a rondar el 25%. Esto equivale volver al nivel del 2005. Si vemos la secuencia del 2003 al 2013 (34, 25, 34, 33, 30, 25) surge un intervalo que manifiesta descensos en las legislativas y pequeñas recomposiciones en las ejecutivas, sin mayores consecuencias, dada la fragmentación del espacio. El techo de esta orientación es muy claro, tanto como su piso.