Sobre la recuperación electoral del FdT
Participación del insumo trabajo en el ingreso nacional | INFOGRAFÍA G.P.
Artemio López
Los anuncios de la ministra Silvina Batakis fueron los adecuados para darle certidumbre a los actores del denominado “mercado”, en estado alterado durante los últimos días de gestión del ex ministro Guzmán. Sobre esto se ha hablado y escrito y mucho, no agregaremos nada.
Sin embargo, esa no fue la causa principal de la crisis política y electoral del FDT y la flamante ministra, gran militante política además de brillante economista, lo sabe y mejor que nadie.
Esta columna, tiene como propósito fundamental profundizar el análisis de la evolución de los ingresos de los sectores populares al determinar las pérdidas, y eventualmente los aumentos, a lo largo del período y especialmente durante el actual gobierno del Frente de Todos.
En el Gráfico se puede constatar que durante el período analizado se registran modificaciones significativas en los diferentes componentes del valor agregado total que consideran las cifras oficiales.
Entre los años 2019 y 2021, durante la gestión de Martín Guzmán a cargo de Economía que desató una gran crisis política interna en el oficialismo, la participación de los asalariados registrados y no registrados en el ingreso nacional desciende en 2,2 puntos sobre el valor agregado.
Sin embargo, tras la recuperación post-pandemia la participación de los trabajadores mejora levemente y pasa de 46,3% a 46,9% entre los dos primeros trimestres de 2021 y 2022. Los motivos de esta mejora fueron dos centrales:
El desempleo bajó de 10,2% a 7% y la inflación del primer trimestre de 2021 cuando mide el Indec, siendo alta, no tenía los valores delirantes que tuvieron a partir del segundo trimestre, que ya acumula un piso anual de 75%.
Claros y oscuros
Veremos si las decisiones del gobierno van en camino a mejorar los ingresos de manera consistente, frente al ritmo inflacionario desatado y las mejoras de este primer trimestre se mantienen como tendencia, y crecen también sustancialmente las chances electorales del oficialismo.
Sabemos al respecto que la estructura distributiva con su secuela de estrechez de ingresos familiares en los segmentos medios bajos y bajos, fue la responsable central de la pérdida de 4,1 millones de votos por parte del oficialismo en las elecciones de medio mandato del año 2021.
Recordemos cuáles eran los niveles salariales promedio con los que el oficialismo enfrentó las elecciones intermedias.
Según los datos del Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social de la Nación, en el segundo trimestre del año 2021, quienes trabajan en la industria manufacturera ganaron $ 52.602; en la construcción, $ 44.224; en el comercio, $ 46.744; en hoteles y restaurantes, $ 36.647; en transporte, almacenaje y comunicaciones, $ 65.144; en servicios financieros, inmobiliarios, alquileres y empresariales, $ 68.434; en administración pública y defensa, $ 66.002; en enseñanza, $ 60.442; en servicios sociales y de salud, $ 57.219; en trabajo doméstico, $ 21.971; y en otros servicios comunitarios, sociales y personales, $ 46.353.
Todos por debajo de la canasta de pobreza metropolitana de un hogar “tipo” de cuatro personas, fijada entonces en $ 68 mil mensuales (hoy es de $ 99.676 por mes).
Lo mismo sucedía con jubilaciones y pensiones mínimas que orillaban los $ 26 mil. Era de esperar, con estos niveles de ingreso y una inflación del 52% anual, que un sector de los votantes del oficialismo en 2019 manifestara su desencanto, y así sucedió: no fueron a votar en una dimensión muy importante, sin darle un solo voto extra a la alternativa neoliberal opositora, que también perdió electores.
Hoy de acuerdo a un informe reciente de la consultora Analogías, se observan leves mejoras en los promedios salariales formales de quienes más ganan, pero para la mayoría de los trabajadores, jubilados y pensionados y receptores de asignaciones sociales, las cosas no están muy distintas a noviembre de 2021. Los salarios reales están claramente estacionados en niveles menores que los que dejó Macri, salvo el caso de los salarios promedio registrados en el sector privado, que recién en el primer trimestre de 2022 lograron superar el índice de diciembre de 2019.
Las medidas mensuales y anualizadas del valor real de los salarios tienden a mejorar respecto de un año atrás, pero todavía están debajo de dos años atrás.
El empleo registrado en el sector privado en relación de dependencia está cerca de alcanzar los niveles del primer trimestre de 2019, momento en que empezó a caer fuertemente.
La dinámica de creación de empleo esta explicada por la expansión de monotributistas.
Por otra parte, las Jubilaciones y Pensiones mínimas remuneran con $ 37.525 mensuales, la AUH con $ 7.321,35, la AUE: $ 7.331,25, la AFH: $ 7.331,25, la PnC por Invalidez: $ 26.267, la PnC por Madre de siete hijos la de $ 37.525, PnC por Vejez: $ 26.267 y la PUAM asigna: $ 30.020 mensuales, todos valores por debajo de la línea de indigencia de un hogar “tipo” de cuatro miembros metropolitano fijada en $ 44.498.
Finalmente, no solo por ser fiel a su historia y elemental justicia social, sino para cumplir con el mandato de 2019, superar las dificultades del año 2021, mantener la tendencia a la mejora distributiva evidenciada en el primer trimestre de 2022 el oficialismo debe revertir o atenuar en parte la estrechez de ingresos familiares.
Ganará adicionalmente chances electorales. El oficialismo debe tomar nota de la eficacia electoral de las mejoras en la distribución del ingreso.
*Director de Consultora Equis.
Los anuncios de la ministra Silvina Batakis fueron los adecuados para darle certidumbre a los actores del denominado “mercado”, en estado alterado durante los últimos días de gestión del ex ministro Guzmán. Sobre esto se ha hablado y escrito y mucho, no agregaremos nada.
Sin embargo, esa no fue la causa principal de la crisis política y electoral del FDT y la flamante ministra, gran militante política además de brillante economista, lo sabe y mejor que nadie.
Esta columna, tiene como propósito fundamental profundizar el análisis de la evolución de los ingresos de los sectores populares al determinar las pérdidas, y eventualmente los aumentos, a lo largo del período y especialmente durante el actual gobierno del Frente de Todos.
En el Gráfico se puede constatar que durante el período analizado se registran modificaciones significativas en los diferentes componentes del valor agregado total que consideran las cifras oficiales.
Entre los años 2019 y 2021, durante la gestión de Martín Guzmán a cargo de Economía que desató una gran crisis política interna en el oficialismo, la participación de los asalariados registrados y no registrados en el ingreso nacional desciende en 2,2 puntos sobre el valor agregado.
Sin embargo, tras la recuperación post-pandemia la participación de los trabajadores mejora levemente y pasa de 46,3% a 46,9% entre los dos primeros trimestres de 2021 y 2022. Los motivos de esta mejora fueron dos centrales:
El desempleo bajó de 10,2% a 7% y la inflación del primer trimestre de 2021 cuando mide el Indec, siendo alta, no tenía los valores delirantes que tuvieron a partir del segundo trimestre, que ya acumula un piso anual de 75%.
Claros y oscuros
Veremos si las decisiones del gobierno van en camino a mejorar los ingresos de manera consistente, frente al ritmo inflacionario desatado y las mejoras de este primer trimestre se mantienen como tendencia, y crecen también sustancialmente las chances electorales del oficialismo.
Sabemos al respecto que la estructura distributiva con su secuela de estrechez de ingresos familiares en los segmentos medios bajos y bajos, fue la responsable central de la pérdida de 4,1 millones de votos por parte del oficialismo en las elecciones de medio mandato del año 2021.
Recordemos cuáles eran los niveles salariales promedio con los que el oficialismo enfrentó las elecciones intermedias.
Según los datos del Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social de la Nación, en el segundo trimestre del año 2021, quienes trabajan en la industria manufacturera ganaron $ 52.602; en la construcción, $ 44.224; en el comercio, $ 46.744; en hoteles y restaurantes, $ 36.647; en transporte, almacenaje y comunicaciones, $ 65.144; en servicios financieros, inmobiliarios, alquileres y empresariales, $ 68.434; en administración pública y defensa, $ 66.002; en enseñanza, $ 60.442; en servicios sociales y de salud, $ 57.219; en trabajo doméstico, $ 21.971; y en otros servicios comunitarios, sociales y personales, $ 46.353.
Todos por debajo de la canasta de pobreza metropolitana de un hogar “tipo” de cuatro personas, fijada entonces en $ 68 mil mensuales (hoy es de $ 99.676 por mes).
Lo mismo sucedía con jubilaciones y pensiones mínimas que orillaban los $ 26 mil. Era de esperar, con estos niveles de ingreso y una inflación del 52% anual, que un sector de los votantes del oficialismo en 2019 manifestara su desencanto, y así sucedió: no fueron a votar en una dimensión muy importante, sin darle un solo voto extra a la alternativa neoliberal opositora, que también perdió electores.
Hoy de acuerdo a un informe reciente de la consultora Analogías, se observan leves mejoras en los promedios salariales formales de quienes más ganan, pero para la mayoría de los trabajadores, jubilados y pensionados y receptores de asignaciones sociales, las cosas no están muy distintas a noviembre de 2021. Los salarios reales están claramente estacionados en niveles menores que los que dejó Macri, salvo el caso de los salarios promedio registrados en el sector privado, que recién en el primer trimestre de 2022 lograron superar el índice de diciembre de 2019.
Las medidas mensuales y anualizadas del valor real de los salarios tienden a mejorar respecto de un año atrás, pero todavía están debajo de dos años atrás.
El empleo registrado en el sector privado en relación de dependencia está cerca de alcanzar los niveles del primer trimestre de 2019, momento en que empezó a caer fuertemente.
La dinámica de creación de empleo esta explicada por la expansión de monotributistas.
Por otra parte, las Jubilaciones y Pensiones mínimas remuneran con $ 37.525 mensuales, la AUH con $ 7.321,35, la AUE: $ 7.331,25, la AFH: $ 7.331,25, la PnC por Invalidez: $ 26.267, la PnC por Madre de siete hijos la de $ 37.525, PnC por Vejez: $ 26.267 y la PUAM asigna: $ 30.020 mensuales, todos valores por debajo de la línea de indigencia de un hogar “tipo” de cuatro miembros metropolitano fijada en $ 44.498.
Finalmente, no solo por ser fiel a su historia y elemental justicia social, sino para cumplir con el mandato de 2019, superar las dificultades del año 2021, mantener la tendencia a la mejora distributiva evidenciada en el primer trimestre de 2022 el oficialismo debe revertir o atenuar en parte la estrechez de ingresos familiares.
Ganará adicionalmente chances electorales. El oficialismo debe tomar nota de la eficacia electoral de las mejoras en la distribución del ingreso.
*Director de Consultora Equis.
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1 comentario:
El oficialismo también deberá tomar nota de los derechos adquiridos arrasados durante el nefasto periodo cambiemita, a los que el FDT no ha dado reparación.
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