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El que ajusta, pierde
El acuerdo 22 con el FMI es una opción?
Señala la Doctora en Economía Noemí Brenta, tal vez la especialista que más ha estudiado la historia de los veintiún acuerdos del país con el FMI “Dada la mala experiencia histórica de la Argentina bajo programas del FMI y que el organismo solo cambió superficialmente, continúa con sus prácticas e ideología habituales, y constituye un instrumento de la política hemisférica de Estados Unidos, como muestran los acuerdos con Ecuador o Pakistán, por mencionar algunos, sería deseable para escapar de un futuro miserable reducir fuertemente esta deuda y salir cuanto antes de la tutela del FMI, a fin de recuperar el control de la economía nacional y la capacidad de seguir un rumbo de desarrollo e inclusión.”
No cabe duda que las consecuencias de los acuerdos con el Fondo fueron siempre ruinosas para el país en general y los sectores vulnerables en particular.
De hecho, los gobiernos popular - democráticos siempre rechazaron la tutela del FMI y su injerencia en la política socioeconómica doméstica. Así es que la Argentina con Juan Perón permaneció fuera del FMI. Fue la revolución "fusiladora" la que trajo al FMI el 19 de abril de 1956. Néstor Kirchner por su parte nos liberó de su tutela el 15 de diciembre de 2005 y el gobierno neoliberal que presidió Mauricio Macri volvió a imponer al FMI como gendarme económico y social el 8 de Mayo del año 2018.
Sin duda alguna, la peor herencia del macrismo es haber restituido la tutela del FMI sobre la economía local, nuevamente gendarme de los planes socio económicos de los gobiernos populares en el país.
Ese fue el objetivo central por el cual, violando estatutos internos, adjudicaron un préstamo que sabían impagable. Que ganara o no Macri las elecciones era aleatorio, si ganaba tanto mejor, pero el objetivo central era reinstalar la tutela sobre el proceso local, más aún cuando con el kirchnerismo bautismal existieron 12 años exitosos en materia de crecimiento y distribución sin tutelas del fondo monetario. Un peligro para la hegemonía norteamericana en su “patio trasero”, motivo por el cual reinstalaron con la complicidad del macriato el instrumento central de la política hemisférica: el FMI.
Recientemente Cristina Kirchner desde Honduras se refirió muy críticamente a los organismos multilaterales como el FMI, señalando "las políticas de ajuste causan mucho daño"... cuando el ajuste impulsado por los organismos multilaterales suprime al Estado aparece el narco, que termina construyendo las escuelas y pagando hasta las fiestas de 15 que el Estado no puede".
Pareciera estar muy claro que pactar con el FMI no tiene antecedentes beneficiosos para el país. El que lo señaló sin tapujos fue el diputado oficialista Leopoldo Moreau:
“Default es una palabra que aterroriza, pero tampoco tiene que aterrorizar tanto como para creer que es el peor de los remedios.
Nos empujan al default, no somos el partido del default, pero tampoco somos un sector político que va a entregar de pies y manos a la sociedad al peor de los ajustes, a más miseria a la que estamos atravesando, de la que recién ahora estamos saliendo, no nos vamos a jugar en una timba la democracia.
¿Es peor el default? Néstor Kirchner gobernó la Argentina prácticamente dos o tres años en default, hasta que logró los acuerdos, con los bonistas y el FMI, y mal no le fue, esas divisas que no utilizó en pagar la deuda la usó para reactivar la economía”
A lo dicho por técnicos y referentes, junto a la experiencia histórica concluyente, se agrega en este caso un dato más para complicar el panorama de un eventual acuerdo: Nunca en la historia se formalizó un acuerdo con el FMI con las consecuencias que siempre devinieron, en medio de una situación social tan deteriorada como la actual.
En efecto, al 42% de pobreza por ingresos y los 52 puntos de inflación anual, le corresponde un desempleo que roza los dos dígitos y un nivel de informalidad laboral del 32% hay que agregar salario mínimo vital y móvil, jubilaciones y pensiones mínimas orillando los $33.000 que es el valor de la línea de indigencia para un hogar tipo metropolitano.
Por otra parte, el promedio de los salarios del sector privado según SIPA Octubre del año 2021 (último dato) es de $104.566 y la remuneración mediana sectorial privada asciende hoy a $79.294, cuando una línea de pobreza para un hogar tipo metropolitano está fijada en $76.000, según datos oficiales.
Adicionalmente en 10 años más que se duplicó la cantidad de trabajadores pobres, en 2011 un 12,7% de las personas con trabajo, eran pobres, y en 2021 ese porcentaje llegó al 28,2%. Otro fenómeno que comenzó en los años 90 y vuelve con fuerza el del “trabajador pobre”.
Finalmente, si acordar con el FMI siempre fue ruinoso para el país y sin su tutela con Juan Perón, Néstor y Cristina Kirchner, el país creció y distribuyó más equitativamente ese crecimiento, un acuerdo tradicional y sus consecuencias conocidas en medio de esta sociedad devastada por las dos pandemias de Macri y el COVID sería muy irresponsable, quitando al gobierno toda chance electoral, entre otros efectos negativos.
Algo de los efectos electorales negativos ya los vimos en acto cuando en medio de un ajuste fiscal muy importante (ver gráfico de apertura), sobreimpreso a una gran crisis de ingresos familiares, el gobierno nacional enfrentó las elecciones de medio término, perdiendo de manera contundente por más de ocho puntos nacionales, incluida la Provincia de Buenos Aires, expulsando básicamente al ausentismo electoral a más de 4 millones de votantes respecto a quienes lo apoyaron en las elecciones generales del año 2019. Es ley, el que ajusta, pierde.
Artemio López
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