Los buenos chicos de las empresas que son de verdad malos tipos (prácticamente casi todos)
Apareció ayer [15 de abril] en The New York Times, The Washington Post, y The Wall Street Journal (y por lo que yo sé, acaso en otros diarios también), un anuncio de dos páginas con el titular "Defendemos la democracia", que expresaba el apoyo de los firmantes al derecho al voto y su oposición a "medidas que restrinjan o impidan a cualquier votante con derecho a serlo la oportunidad igual y justa de depositar su sufragio". Es decir, al torrente de proyectos de ley de supresión del voto que los republicanos han introducido en casi todas las cámaras legislativas de los estados y que han promulgado en Georgia.
La larguísima lista de firmantes, que llena las dos páginas en letra pequeña, empieza con grandes empresas, y sigue con particulares, luego bufetes de abogados y finalmente organizaciones sin ánimo de lucro. Entre las grandes empresas están Airbnb, Alphabet (el nombre bonito de Google), Amazon, Apple, Bank of America, Berkshire, BlackRock, Facebook, Ford y GM, Goldman Sachs, Lyft (pero no Uber), Starbucks, Target (pero no Walmart), Twitter, Wells Fargo, y acaso cien más.
Las únicas grandes empresas de esta larguísima lista que están sindicalizadas, son sus dos empresas automovilísticas y sus dos líneas aéreas, American y United, y las cuatro tienen sindicatos desde hace mucho tiempo. El firmante Levi Strauss estuvo sindicalizado en varios momentos de su larga historia, pero hoy prácticamente toda su producción se elabora fuera.
De modo que si una cosa que queda clara de esta larguísima lista es que el compromiso con la democracia de la Norteamérica empresarial no se extiende desde luego a sus propios negocios (si GM, Ford y las líneas aéreas se hubieran fundado durante los últimos cuarenta años, casi con toda seguridad carecerían también de sindicatos). Al evitar, eludir o pura y simplemente aplastar todos y cada uno de los intentos de los trabajadores de tener voz en los asuntos de sus empresas formando un sindicato, prácticamente todas nuestras empresas principales han dejado claro que se gestionarán sobre los principios tradicionalmente autocráticos que han puesto en práctica desde hace mucho tiempo. Como sin duda no ignoran ustedes, Amazon acaba de debelar los esfuerzos de sus empleados de Alabama por formar un sindicato, y el otoño pasado Lyft financió con éxito una propuesta de consulta en California que permitió a la empresa abdicar de toda responsabilidad sobre los salarios y condiciones de trabajo de sus conductores y frustrar cualquier intento por parte de estos de formar un sindicato.
Pero la inclusión más indignante de la lista se encontraba en la categoría de los bufetes de abogados. Ahí, entre todos los bufetes destacados, prácticamente, del país — una lista que incluía a Gibson Dunn, Covington & Burling, Davis Polk, Paul, Weiss, Sidley Austin, etc. etc.— estaba el bufete de Morgan, Lewis & Bockius. En la profesión legal, ese bufete puede ser conocido por toda una serie de cosas, pero para un público más amplio, o al menos para esa parte de un público más amplio que apoya a los trabajadores, Morgan Lewis es conocida por ser la firma a la que han de dirigirse aquellas empresas que quieren liquidar un sindicato o impedir que se cree. Morgan Lewis suministra instrucciones e instructores en todas las modalidades legales con las que un patrono puede intimidar a los trabajadores y explica en detalle también qué formas son ilegales (y a buen seguro explica en detalle asimismo qué nimias son las penas para esas ilegalidades).
De manera que dos hurras por el apoyo de los poderes económicos del país a la democracia y el derecho al voto, y un gran abucheo por su feroz oposición a cualquier forma de democracia en su propio seno.
ha sido columnista del diario The Washington Post y editor general de la revista The American Prospect. Considerado por la revista The Atlantic Monthly como uno de los cincuenta columnistas más influyentes de Norteamérica, Meyerson es además vicepresidente del Comité Político Nacional de los Democratic Socialists of America.
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