8/10/2020

el politólogo y su análisis de coyuntura

                                     Teoría de la Risa Falsa

Miguel Wiñasco: La estatización demagógica del habla y la defraudación K

Agudo analista de los tópicos más relevantes de la agenda política, el sábado publiqué una nota de una página entera, en el faro de la libertad que es el diario Clarín, repudiando la inadmisible demagogia del Banco Central al recomendar el uso de lenguaje inclusivo. Una intolerable imposición burócrata en favor de la apoteosis de la letra "E", que por otro lado ya abunda en algunos instrumentos públicos como las Letes. 

De este modo, el señor mal-que-nos-Pesce, agregó a sus competencias monetarias las lingüísticas, constituyéndose en una suerte de BCRA-RAE, un dador de consentimiento mayestático para la estatización del habla, munido de un errático y nocivo menú de baratijas enunciativas. Un despropósito por donde se lo mire, un dislate, un dispendio y un despiplume, que ha enardecido a Eduardo Feinman, Baby Echecopar, Juán Acosta, un servidor y otros reconocidos intelectuales. 

No obstante la extrema gravedad institucional por la profanación bancaria central de nuestro idioma, no ha tenido mi nota la menor repercusión de parte de los omnímodos Fernández. Es que el oficialismo corre continuamente el eje de lo que importa para distraernos con sus fruslerías, minucias y banalidades. En esto el consultor ultrak López Artemio, no es la excepción sino la comprobación empírica de esta regla, pues aquí machaca con el fútil y autoproclamado "éxito" del pasante Guzmán en la renegociación de la deuda de jurisdicción Niu Iorc. 

Un proceso que demoró meses, y que un especialista como Alfonso Prat Gay hubiese podido resolver con la velocidad en que se desenvuelve el proceso de cocción de una, o a lo sumo dos pizzas. Bastaba aplicar el sentido común y una infalible estrategia de conceder más del 100% de las exigencias de nuestros acreedores. 

Lo que por otra parte, hubiese correspondido a las reglas de la caballerosidad, la bonhomía y la cortesía con nuestros prestamistas. Por el contrario, conociendo la testarudez y contumacia de los K en el regateo, nos preparábamos en las redacciones y en los estudios de radio y TV del periodismo libre para festejar con puños cerrados (como Leuco hijo, una décima de ráting o una diezmilésima de covid positivos) la noticia del default total que hubiera arrinconado al populismo. 

Empero, como un balde de agua fría, el discípulo de Stiglitz anunció un acuerdo con ese tono soberbio de los defraudadores seriales. Esta vez no hubo una quita escandalosa de capital como la que imperó bajo el látigo del tirano del Lago Argentino, pero sí un recorte inusitado de intereses y alargamiento desfachatado de los plazos,todo lo cual lleva a contabilizar como lucro cesante de nuestros acreedores, la friolera de 35 mil millones de dólares. Despojo bochornoso a los inversores, que mina la credibilidad de nuestro país en el cumplimiento de las pétreas reglas de juego que deben regir a los contratos leoninos, me dijo muy ofuscado el Licenciado Tetitáz, que daba por descontado el fracaso de las negociaciones, y las consiguientes demandas justicieras de Mister Singer por el 100% del capital más costas.

Sorteado este escollo por las sombrías fuerzas de la lidereza del mal y su marioneta presidencial, en lo que hace a deuda externa nos queda la esperanza, a los defensores de la república y del legado del estadista de los Abrojos (que en Cóte D'Azur reposa meritocráticamente de su inmolacion de cuatro duros años) en la actitud severa que pueda tener el FMI para con la autocracia K. Es menester que los facinerosos no se salgan con la suya y que el directorio efemiano pueda imponer un clásico plan de ajuste fiscal para bajar el gasto público, y exigir el monitoreo y supervisión constante de cualquier decisión macroeconómica para poner a los K en caja.


El honor del país está en juego, así como el deber moral de cumplir los compromisos contraídos con el hambre y la sed de sus habitantes si es necesario, para alejarnos de la demagogia y del lenguaje inclusivo.

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