Alberto Fernández: qué hay detrás del armado del discurso del Presidente
Para Roberto Marafioti, semiólogo y decano de la Facultad de Humanidades de la Universidad de Moreno, esta vocación de "unidad nacional" que aparece con el inicio de la cuarentena y los anuncios compartidos, llega a un punto de quiebre con un anuncio político: "Cuando decide que por 60 días no va a haber despidos, junto a una serie de medidas de asistencia del Estado, la respuesta de Techint y Rocca es más de 1700 despidos. A partir de ahí se abre progresivamente un escenario de enfrentamiento: "Son unos miserables", les dice. Y empieza a aparecer un ruido que continúa con otros temas: si decir es hacer, ese hacer finalmente no se cumple. Porque el consenso que busca encarnar, no es compartido". La reforma de la justicia, el impuesto a los muy ricos, la expropiación de Vicentín, entrarían en esa lista.
"Esa escena de los tres gobernantes, que ya está quedando fija en la pandemia, con el presidente hablándole a "Horacio" y a "Axel", como diciendo "acá somos lo mismo", comienza a mostrarse problemática. Porque no son lo mismo. Porque cuando sale, Rodríguez Larreta dice y hace otras cosas, y parece más preocupado por los runners que por los muertos en las villas. Esa unidad que quiere plantear el Presidente, está un poco mal pegada", analiza Marafioti.
"El problema es que su discurso se enfrenta, además, al de la derecha y su instalación mediática: los médicos cubanos y el comunismo, la liberación de los presos, las expropiaciones masivas, el virus no existe, el efecto rebaño, el virus es Cristina, Cristina es el cáncer... Y toda una serie de encadenamientos disparatados pero que funcionan: vamos a ser Venezuela. No se pueden contra argumentar, porque no tienen lógica. Pero son efectivos", observa.
"Alberto monopoliza el discurso. Aparece la viceministra de Salud todos los días informando, pero el que da las conferencias y el que se conecta con todos los medios es él. Tiene una actitud muy pedagógica, y hasta el primer momento, cuando les dice: 'Muchachos, van a tener que ganar un poco menos', era un discurso muy paternalista", analiza Marafioti. "Lo sigue siendo, pero empieza a advertir que el nivel de confrontación es muy alto. Tiene claro que lo que se viene es un discurso del odio muy enrarecido, donde no hay posibilidad de un intercambio discursivo lógico, frente a una batería de disparates".
Si "Alberto carga en la mochila todo", la decisión comunicacional tiene que ver con fortalecer su figura. "Tiene que hacerlo porque los medios permanentemente hablan de él y del silencio de "Ella". Ella no está, pero está. También tiene que lidiar con esto. Tiene que compartir con un poder silencioso de alguien que decide callarse, pero ese silencio es estruendoso. Y cuando habla, lo hace a través de videos que compiten con el Patio de las Palmeras". Marafioti ubica también un riesgo: "Creo que el Presidente tendría que abrir un poco más los voceros. Sobre todo teniendo en cuenta que a futuro va a haber un efecto muy doloroso de esta gran crisis, y sería bueno que él no sea el único responsable".
2 comentarios:
Uno está de acuerdo en que habría que abrir un poco más los voceros hasta que se acuerda que está Santiago Cafiero.
Muy lastimosamente el gobierno está copado por el PJ de CABA, perdedor consuetudinario.
El PJ CABA y el "portero glorificado" manejan los medios "del palo".
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