Un sustrato del voto "duro" macrista es frustración con deriva hacia el odio. Un balance de vida personal, familiar y social q no cierra como se deseó. De ahí la fuerte aspiración de "ser" lo q uno percibe "no es". Si la percepción cambia, el odio cede y sin odio no hay macrismo.— Artemio López (@Lupo55) 8 de julio de 2019
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Sin odio no hay macrismo. pic.twitter.com/4i9Bw4dUTG— Artemio López (@Lupo55) 8 de julio de 2019
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