6/28/2019

caba: usar un auto siempre que se lo necesite

“Carsharing” en Buenos Aires

Crece el “microalquiler” de autos: se paga por minuto, cuesta menos que Uber y ya tiene 11 mil usuarios

El sistema, ofrecido por tres empresas, permite hallar un coche, abrirlo con el celular, conducir y dejarlo en otra “estación”. Los precios y la palabra de los usuarios.


¿Cómo moverse en auto por Buenos Aires sin necesidad de comprar un auto? Para quien no tiene a quién pedirle uno prestado, las respuestas posibles siempre fueron dos: alquilar un coche, con un tedioso papeleo previo y por al menos un día entero; o pedir taxis y remises. Pero ahora surgió otra opción: “microalquileres” con precios por hora y por minuto de vehículos que pueden buscarse y devolverse en una red de “estaciones” distribuidas por la ciudad. Este servicio llegó hace un año a Capital y el Conurbano, permite viajar con tarifas más bajas incluso que Uber y ya consiguió casi 11 mil usuarios.

La modalidad, conocida como carsharing (autos compartidos) y muy extendida en países desarrollados, revolucionó el alquiler de autos haciendo que funcione como el sistema de bicis naranjas de la ciudad.

Todo se hace con una aplicación para celular. Allí, tras un registro que pide sacarle fotos al DNI y a la licencia de conducir, y dar los datos de la tarjeta de crédito, el usuario puede ver sobre un mapa interactivo dónde hay un vehículo disponible cerca. Si alguno le sirve, lo reserva (por 30 minutos), va hasta él, lo abre con la misma app, lo conduce como si fuera propio por el tiempo que lo necesite y lo deja en la cochera de la red más próxima a su destino.



La gran diferencia con Ecobici es que no es gratis: al cerrar el coche, se cobra en la tarjeta un cargo por el tiempo exacto de uso. Pero con tarifas que llevaron a esta forma de transporte a competir con las tradicionales por los pequeños viajes cotidianos.

Awto, la más nueva de las tres redes de carsharing que llegaron a la Ciudad, ofrece coches compactos de Nissan a $ 7,33 por minuto, $ 440 por hora y $ 2.200 por día (desde la quinta hora), con nafta, seguro y el resto de los gastos incluidos. También tienen vehículos "premium" de esa marca a $ 9,50 por minuto, $ 570 la hora y $ 2.850 el día. Para el tiempo en que el coche está detenido, en ambos casos los montos se reducen a la mitad. Y en su web tienen una calculadora que permite estimar el gasto de traslados puntuales.

MyKeego, otro sistema, cobra desde $ 7,62 por minuto, $ 282 la hora (hasta la cuarta) y $ 1.410 el día (para el caso de un Renault Sandero, la alternativa más económica), aunque a esto hay que sumarle la nafta, que se cobra aparte al mismo precio de las estaciones de servicio. 

Toyota Mobility Services, por su parte, deja alquilar todos los modelos de esa marca -desde los más económicos hasta los de mayor gama y de lujo- con tarifas que arrancan en $ 483 por hora y $ 1.931 por día (estos montos valen para un Etios HB XLS con caja automática), sin incluir el combustible.

“Hoy se gastan $ 15 mil por mes para tener un auto propio y muchos lo usan sólo el fin de semana. Si lo venden y empiezan a alquilar, pueden bajar ese gasto a $ 10 mil, y nosotros nos ocupamos de todo el mantenimiento para que los coches siempre se encuentren impecables”, estima Mariano Segarra, CEO de Awto.


Y destaca que, además, teniendo estaciones cercanas, gente sin auto propio pero con licencia de conducir puede usar el servicio para moverse con precios mejores que los del taxi y el remís.

Esta semana, un relevamiento de Clarín para trayectos típicos pudo verificarlo. Y halló, en base a las estimaciones de las distintas apps con el tránsito de cada momento, que usar los “autos compartidos” puede salir hasta 43% menos que tomar un Uber, 50% menos que pedir un radiotaxi y 55% menos que moverse con Cabify.

A las 22.30, por ejemplo, ir de Cabildo y Olleros a Plaza Defensa -cerca de San Telmo- cuesta $ 160, contra $ 245 de ir en Uber, $ 270 de ir en taxi y $ 355 de usar Cabify. Al mediodía, con más tránsito, el mismo viaje sale $ 205, contra $ 254, $ 270 y $ 325 respectivamente. Si el viaje es nocturno, entre el Alto Palermo y Libertador y General Paz, el alquiler permite hacerlo por $ 150, frente a $ 240 que presupuestaba Uber y $ 300 para el taxi y para Cabify.

No son los únicos casos. Recorrer los 6 km entre Parque Lezama y Santa Fe y Callao, en plena hora pico (a las 17), cuesta $ 160 “microalquilando”, contra $ 180 de un taxi, $ 205 de Cabify y $ 280 de Uber.

De Scalabrini Ortiz y Córdoba hasta el aeropuerto de Ezeiza, de tarde, se pagan $ 450, frente a $ 620 de Uber y $ 790 de un taxi o un Cabify.

De Independencia y Lima hasta Aeroparque, cerca de las 10, en un auto de alquiler el presupuesto dio igual que el de Uber, $ 250, aunque bastante inferior a los $ 365 del taxi y de Cabify. Finalmente, para ir a las 14 desde Palermo Hollywood hasta Nordelta se necesitan $ 455, frente a $ 600 de usar un Uber y $ 760 de un taxi y de Cabify, siempre con peajes incluidos, según lo relevado.

Son diferencias que impulsaron la fuerte expansión del sistema. MyKeego ofrece desde junio de 2018 unos 32 autos en 20 estaciones, y ya tiene 3.000 usuarios. Toyota Mobility Services, llegada en noviembre, ofrece en Capital y el Conurbano 100 vehículos para más de 4.000 usuarios (más otros 2.500 en el interior). Y Awto, que debutó en marzo, tiene ya 30 coches y 30 estaciones para 3.900 usuarios.

Así, la modalidad ya suma 10.900 usuarios -la mayoría, de 25 a 45 años- y 162 vehículos en 66 “estaciones”, que suelen estar en garajes, shoppings, supermercados, estaciones de servicio y en los aeropuertos. 

“La idea es ofrecer un servicio de movilidad para las necesidades de personas que no tienen un vehículo, pero también para los que tienen uno pero de repente pueden necesitar otro para un uso específico. Una familia, por ejemplo, acudió a nosotros para que su hija pudiera llegar a su fiesta de 15 en un auto de alta categoría. Otros se juntan entre siete y alquilan una minivan para ir a la Costa a un menor precio que tomando un ómnibus”, ejemplifica Gustavo Salinas, director regional de Toyota Mobility Services.

“La idea es que la gente pueda usar un auto siempre que lo necesite. En fines de semana se nos están agotando porque la gente los agarra para salir en pareja o con amigos, visitar a familiares que viven lejos, ir a jugar fútbol o hacer una mudanza. También para moverse si el auto propio está en el taller”, cuenta Rodrigo Pérez Terra, cofundador de MyKeego.

“Se empezó usando mucho los fines de semana con fines recreativos, y ahora crece la demanda en días hábiles, para ir al trabajo e ir a reuniones en distintos puntos”, suma Segarra. Ir al aeropuerto es otro clásico.

Una traba para la adopción de la nueva modalidad es que las "estaciones" aún están concentradas en el Centro y el corredor norte de la Ciudad, y en el norte del Conurbano, dejando sin cobertura casi todo el centro, el sur y el oeste. Pero las empresas dicen que esto es cuestión de tiempo. Y de poco tiempo.

Awto, por ejemplo, planea terminar el año con 60 vehículos (el doble de lo actual) y llegar a 500 en los próximos 3 años. MyKeego espera tener 50 autos hacia diciembre en Buenos Aires, y alcanzar los 300 pronto. En ambos casos, con una cobertura mucho más amplia. Y Toyota Mobility también tiene planes ambiciosos de expansión. La revolución del carsharing recién empieza.
Pablo Ylarri (37), vecino de Caballito: "Desde que lo probé, dudo seriamente si me convendría volver a tener un auto propio"

Hace dos meses que Pablo Ylarri (37), empleado bancario y docente, probó el “microalquiler” de autos. Y dice que le resultó “ideal” para recuperar la movilidad que había perdido cuando tuvo que vender su auto.

“Al principio lo tomé como algo temporal hasta comprarme un auto nuevo, pero ahora, que ya lo usé más de 5 días completos y para varios viajes cortos, empecé a dudar seriamente si me convendría volver a tener un vehículo propio”, asegura.

Vecino de Caballito, aún no tiene una estación cerca de su casa: debe ir a Almagro. Pero, aún así, dice que le resulta muy útil.

“En fines de semana lo usé para salir con mi novia, hacer trámites y visitar a mi hermano, que vive en Benavídez. También para ir a la quinta de mi abuelo, en Lobos, y para llevar bultos pesados de un lado al otro. Hacer todo eso con otros transportes sería complejo; y con taxis o Uber, gastaría por lo menos lo mismo”, analiza.
Gabriel Henestrosa (18), vecino de Congreso: "Alquilo para salir los fines de semana y ya no tengo que pedirles a mis viejos el coche"

Con 18 años y estudios universitarios recién iniciados, a Gabriel Henestrosa le empezó a resultar “cada vez más complicado” pedirles a sus padres el auto prestado cada fin de semana para sus salidas.

Por eso, cuando supo que el carsharing llegó a Buenos Aires, le pareció la solución y pasó a usarlo al menos dos veces por semana.

“De repente pintaba una salida con amigos y tenía que andar rogando que me dieran el auto. Ahora, en cambio, alquilo uno cerca de mi casa, paso a buscar a mis amigos y después repartimos el gasto”, asegura. Cuenta que, así, una vez, pudo ir con cuatro cinco amigos a comer a Martínez y continuar el plan en Tigre.

“Termina siendo más barato que tomar remises o pedir Uber. Si sacamos el auto por un día entero nos sale $ 270 a cada uno, y es mucho más cómodo”, compara. Adelanta además que, con su grupo, ya planean un viaje de verano con estos coches a la Costa.

MG

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