I.BENEDITO / M.SERRALLER MADRID
El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez (2i), se ha reunido con el presidente de Chile, Sebastián Piñera (i), el presidente de Argentina, Mauricio Macri (2ºd) y el canciller mexicano, Marcelo Ebrard (d), en la cumbre del G20 en Osaka (Japón). EFE
Bruselas firma con Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay el mayor acuerdo jamás firmado por la UE, que liberaliza un mercado de 780 millones de consumidores.
La Unión Europea y Mercosur al fin pueden enarbolar un acuerdo histórico para el que han hecho falta 20 años de arduas negociaciones. La Comisión Europea y el bloque Mercosur (compuesto por Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay) firmaron ayer un tratado comercial que liberaliza un mercado de 780 millones de consumidores. Se trata del mayor pacto jamás firmado por la UE. Un aldabonazo que retumba en las trincheras del proteccionismo.
"Mido mis palabras con cuidado cuando digo que este es un momento histórico. En medio de las tensiones comerciales internacionales, enviamos hoy con nuestros socios de Mercosur un potente mensaje en favor de un comercio basado en normas", celebró ayer el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, reunido ayer en Osaka (Japón) con los líderes del G20. Juncker lanzó un ataque indirecto a la esquizofrenia arancelaria del presidente estadounidense, Donald Trump, que hoy presiona al líder chino Xi Jinping en una reunión bilateral en los márgenes del G-20.
Si querés saber si el acuerdo es bueno o malo para el país, fíjate que dicen los que decían que la nueva fórmula de movilidad jubilatoria era buena para los jubilados— ☀️Musgrave☀️ (@Musgrave) 29 de junio de 2019
Los líderes comunitarios y de Mercosur - solo uno incluso entre lágrimas - aplaudieron la culminación de unas negociaciones que comenzaron en Buenos Aires en el año 2000 para eliminar aranceles, restricciones y regulaciones entre ambos bloques. Desde entonces, se han celebrado casi una treintena de rondas negociadoras, en un proceso complejo con frenazos de varios años.
Desde 2017, las autoridades comunitarias han repetido cada año que era el decisivo para desatascar las negociaciones, pero el broche de oro nunca llegaba. No es casualidad que cuando lo haga sea a dos días del reparto de los grandes cargos de la Unión Europea (el domingo) y a cuatro de la constitución del nuevo Parlamento Europeo.
El acuerdo político llega en el momento perfecto: por idoneidad, a las puertas de la cumbre del G-20, reforzando el alegato comunitario en favor del libre comercio; y por urgencia, en vísperas de la formación de la Eurocámara más fragmentada en la historia de la UE, lo que, de no haber cerrado el documento, habría obstaculizado su consecución.
La última ronda de conversaciones, de hecho, tuvo lugar hace apenas una semana, y el empujón final se lo dio una carta a Juncker rubricada por los líderes de España, Alemania, Países Bajos, Suecia, Portugal, República Checa y Letonia, a petición del presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, que pedía cerrar el pacto. "Ya va siendo hora de que demos un impulso a ese tratado", dijo Sánchez entonces.
El pacto abrirá a las compañías europeas un mercado de 240 millones de consumidores, el 80% del PIB de Latinoamérica, y les ahorrará más de 4.000 millones de euros en aranceles. Pero lo de ayer no garantiza la vía libre para su aplicación. Como el pacto con Canadá, necesitará luz verde de parte de las instituciones comunitarias, y no todos los países están conformes.
Al bloque liderado por Sánchez se opone el que encabeza el presidente francés Emmanuel Macron, que alertó hace una semana de los riesgos del pacto junto a los líderes de Irlanda, Bélgica y Polonia, porque "podría desestabilizar la producción y al sector agrícola". Agricultura y contratación pública han sido las dos líneas rojas en las negociaciones, que aunque ayer llegaran a su fin entre los bloques, ahora comienzan dentro de una Unión dividida.
Un pacto que ahorrará 4.000 millones en aranceles al año
La aprobación o no del acuerdo con la UE por parte de la opinión pública en general no se vincula a su letra ni chica ni grande (que nadie leerá), sino a la adhesión o no al gobierno que lo suscribe. Lo mismo sucede con la mayoría de los temas que se debaten con furia en tuiter✍️— Artemio López (@Lupo55) 29 de junio de 2019
El acuerdo eliminará la mayor parte de los aranceles a las exportaciones europeas al mercado sudamericano, lo que ahorrará 4.000 millones de euros al año, de los que España abona 400 millones.
La UE es el principal socio comercial del Mercosur, con unas exportaciones de bienes al bloque sudamericano de 45.000 millones de euros en 2008 y de servicios de 23.000 millones en 2017.
También es la UE el mayor inversor extranjero en ese mercado, con un capital de 381.000 millones, mientras que las inversiones del Mercosur en la UE ascendieron a 52.000 millones en 2017.
El acuerdo de asociación UE-Mercosur es el mayor acuerdo de asociación de región a región, que cubrirá una población de 780 millones de consumidores.
Además, abrirá nuevas oportunidades para las empresas europeas que participan en licitaciones públicas.
El pacto impulsará la exportación de productos industriales europeos al eliminar los aranceles a los vehículos, los componentes de automóviles, la maquinaria, los químicos, los productos farmacéuticos, los textiles y calzado o los tejidos de punto.
El sector agroalimentario de la UE se beneficiará de la reducción de los aranceles elevados del Mercosur sobre chocolates y confitería (20%), vinos (27%), licores (20% a 35%) y refrescos (20% a 35%). También proporcionará acceso sin aranceles y sujeto a cuotas a productos lácteos de la UE (actualmente con un arancel del 28%), especialmente los quesos.
Me vuelvo loca con esto. 😂 pic.twitter.com/wh9Qtdu6XP— Mariana Moyano (@mmlamoyano) 30 de junio de 2019
Los países del Mercosur también aplicarán garantías legales para proteger 357 indicaciones geográficas europeas como el jamón de Jabugo español.
El acuerdo eliminará burocracia en las aduanas y limitará las tasas de exportación por parte de los países del Mercosur. Las pequeñas empresas de ambos bloques se beneficiarán especialmente.
Ambas partes se comprometen a acometer los más altos niveles laborales y medioambientales, con acuerdos como el de París.
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Tras el acuerdo Mercosur/UE, muchos lo celebraron diciendo "los economistas acuerdan en algo: el comercio es bueno”. Hay muchas falacias, non-sequitur, y contradicciones en ese argumento celebratorio, que están buenas para desentrañar. 1/n— Pablo Bortz (@pablobortz) 30 de junio de 2019
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