La diputada Elisa Carrió dio de baja la sesión legislativa en que iba a votarse el ajuste para los jubilados. Seguidamente, retó a la ministra Patricia Bullrich por el despliegue represivo. ¿Influyó en su cambio de conducta el intercambio que tuvo con el secretario general de La Cámpora?
Por José Cornejo*
Jueves, antes de las 16 horas. El macrismo afirmaba tener quórum y en el escritorio del presidente de la Cámara, Emilio Monzó y Leopoldo Moreau intercambiaban manotazos. Buena parte de los legisladores kirchneristas tenían sus camisas empapadas, por el sudor y la represión que habían presenciado fuera del Palacio. Mientras, Elisa Carrió se aburría y filmaba el tole-tole con su teléfono. En un momento, el referente de La Cámpora entró en su registro.
- Vos sos Larroque, ¿no?
- Sí. Y vos sos Carrió.
- Yo te denuncié muchas veces.
- Puede ser, no lo recuerdo.
- Ustedes son unos desagradecidos. En 2010, cuando estaba el Grupo A, yo los ayudé a que Fellner presidiera la Cámara.
- La verdad que no lo sé, yo no era diputado entonces. Escuchame Lilita, esta ley es un desastre. Le roba a los jubilados. Vos misma estabas en contra de la ley hace dos días...
- Sí, pero conseguí muchas modificaciones. La ley va a ser buena, confiá.
- ...además afuera están reprimiendo hace dos horas. Si la ley sale va a ser un desastre. Van a seguir llegando columnas de compañeros.
- Uhm.
La conversación terminó así de abrupta como había empezado. Momentos después, Carrió haría un giro copernicano y derrumbaría la estrategia del Poder ejecutivo con tres golpes. Pidió el levantamiento de la sesión, ante la perplejidad de Monzó, tuiteó retando a Bullrich por la represión y reapareció un tuit de ella anterior rechazando un eventual Decreto de Necesidad y Urgencia. Este ya estaba firmado y activaría el ajuste previsional que no pudo ser aprobado por el Congreso.
* Director Agencia Paco Urondo
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