7/02/2017

todo lo sólido se desvanece en la grieta : por qué los gays se han pasado a la derecha ?

Make America Gay Again

Las recientes elecciones estadounidenses, al contrario que las francesas, arrojaron un jarro de agua fría sobre las minorías del país. A lo largo de los cincuenta estados, mujeres, homosexuales e inmigrantes asistían perplejos a un espectáculo sin precedentes: la elección a presidente de un outsider que, apelando a la identidad nacional —construida tras siglos de diversidad—, cargaba contra cualquier grupo minoritario. La candidata demócrata Hillary Clinton, como sucesora de Barack Obama, se perfilaba como la mejor opción para continuar con las políticas pro-LGB, piedra angular del programa del presidente saliente. Aun así, su presencia como primera dama durante el mandato de Bill Clinton, alejado de la actual retórica favorecedora a la causa LGB —con políticas como “No preguntes, no lo digas” o el Acto de Defensa del Matrimonio—, ha jugado en su contra a ojos del electorado.
La campaña del republicano, caracterizada por su gran presencia mediática, ha tenido un fuerte aliado en la comunidad homosexual: el incendiario Milo Yiannopoulos. Antiguo editor del periódico digital Breitbart News —cuyo anterior director, Steve Bannon, es el actual estratega jefe del presidente Trump—, el mediático Yiannopoulos pertenece a la extrema derecha estadounidense, conocida como alt-right.
Para ampliar“Alternative Right”, SPLC
Yiannopoulos ha tenido gran peso en la creación del lobby homosexual que más apoyos ha recabado para la campaña del republicano: Gays for TrumpEl grupo no solo se jacta de su abierto rechazo a los musulmanes, especialmente tras el atentado contra una discoteca gay en Orlando, sino que considera a Trump el republicano más activo en la causa LGB y el único capaz de hacer Estados Unidos verdaderamente gay-friendly. El término gay se ajusta perfectamente a la imagen de votante LGB afín a Trump, ya que este grupo carece de verdadera diversidad: está formado principalmente por hombres gays blancos. Dicha imagen, representada a la perfección por el mismo Yiannopoulos o Lucian Wintrich, corresponsal de prensa en la Casa Blanca, constituye un paradigma de la nueva extrema derecha, en la que la tolerancia hacia la comunidad LGB se basa en el cumplimiento de una identidad cerrada dominada por “jóvenes, guapos (normativamente), delgados, blancos, de clase media”.

Milo Yiannopoulos en la reunión de Gays for Trump con una camiseta en la que el lema “Disparamos de vuelta” acompaña a una pistola multicolor, en referencia a la matanza en la discoteca Pulse. Fuente: Instinct

La campaña para limpiar la imagen del magnate de cara al electorado LGB no ha tenido un gran impacto: según las encuestas, solo un 14% votó al candidato republicano; el 78% se decantó por la política demócrata, si bien los sectores afines a Gays for Trump cuestionan la veracidad de estas cifras. Sus recientes decisiones tampoco favorecen la frágil imagen de salvador que le otorgaban sus seguidores: la revocación de la orden ejecutiva que permitía a los estudiantes trans elegir baño de acuerdo con su género sentido —la llamada Bathroom Bill— fue una de las primeras maniobras federales contra la comunidad. El reciente viaje a Arabia Saudita ha sido el último varapalo para su electorado cuando muchos de ellos tildaban de hipócrita a la candidata demócrata por defender los derechos LGB a la par que recibía dinero de países homófobos. Anteponer los intereses económicas del país —acuerdos por venta de armas que alcanzan la cifra de 350.000 millones de dólares— a los derechos humanos —inexistentes en su discurso en la Cumbre Árabe Islámica Americana— muestran el evidente giro realista de la política estadounidense tras el comienzo de la era Trump.
Ante semejante panorama, el único capaz de arrojar un rayo de esperanza sobre el arcoíris que se esfuma en Washington es Jared Kushner, yerno y consejero del presidente. Junto con la primera dama, Ivanka Trump, ha conseguido frenar una orden ejecutiva que habría dado al traste con la protección de los derechos LGB en el ámbito laboral, uno de los hitos de la política LGB de la Administración Obama. Sus vínculos personales con el actual primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, así como los acuerdos comerciales que su agencia inmobiliaria posee con instituciones de Israel, han hecho saltar las alarmas, al considerar el apoyo de Kushner a la causa LGB una adaptación estadounidense del pinkwashing. El pinkwashing, la instrumentalización de los derechos LGB por parte de Israel como estrategia para lavar su imagen ante Occidente, es una estrategia política intrínsecamente ligada al homonacionalismo. La supuesta aceptación de parte del ideario de la comunidad mediante la creación de identidades homonormativas no es más que un trámite para la justificación de actitudes opresoras contra otra minoría —palestinos en el caso del pinkwashing e inmigrantes en el caso del homonacionalismo—.

Cartel perteneciente a la estrategia israelí de pinkwashing: “¿Dónde en Oriente Próximo pueden los oficiales gays servir a su país? Solo en Israel”. Más abajo se puede leer “Apoya la democracia. Apoya a Israel”. Fuente: Haaretz

 Para ampliar“Homonormatividad y existencia sexual: amistades peligrosas entre género y sexualidad”, Á. Moreno Sánchez y J. I. Pichardo Galán, 2006
De esta manera, el compromiso de la Administración Trump con la comunidad LGB supone un mero maquillaje con la expectativa de volverla ciega ante su propia instrumentalización. Con su estrategia de enfrentar a unas minorías contra otras, no solo aumenta su poder como presidente; también reduce la capacidad de maniobra de cada grupo. Se diría que el esfuerzo de Donald Trump por “Hacer América grande de nuevo” solo es posible a costa de empequeñecer las minorías que han construido la nación.

 ¿Existe esperanza tras el muro de colores?

 Países Bajos, Francia o Estados Unidos no constituyen ejemplos aislados dentro del fenómeno del homonacionalismo. La extrema derecha ha adoptado esta estrategia en menor o mayor medida en todos los países en los que se encuentra presente. El más reciente es el caso del partido Alternativa para Alemania —tachado de “neonazi” por sus críticos—, cuya candidata a las elecciones alemanas del próximo otoño, Alice Weidel, es abiertamente homosexual, a pesar de la defensa del partido de la “familia tradicional”.
Uno de los factores que explica el auge del homonacionalismo es el estilo de vida de algunos sectores homosexuales y bisexuales, superficial y consumista. A pesar de su orientación sexual, otras características los sitúan en ocasiones en una situación de privilegio —varones blancos de clase media-alta—, lo cual los acerca a una política reaccionaria de derechas. Esta identidad homonormativa, supuestamente amenazada por los flujos migratorios de países homófobos —en su mayoría musulmanes—, lleva a anteponer la seguridad a los avances sociales y elegir representantes protectores de la homonormatividad bajo la premisa de la protección contra las fuerzas invasoras. Dicha cruzada contemporánea, apodada por algunos “choque sexual de civilizaciones” inspirándose en el “choque de civilizaciones” del politólogo Samuel Huntington, hace referencia a las posiciones antagónicas de la cultura occidental y oriental respecto a los derechos LGB. La extrema derecha, valiéndose de esta premisa y enfrentando a minorías raciales y sexuales, aumenta su redito político a la vez que construye un modelo nacional basado en la exclusión de aquellas identidades raciales y sexuales no normativas.
Para ampliar“Por qué los gays se han pasado a la derecha” (en francés), Didier Lestrade, 2012
Las perspectivas de cambio parecen lejanas y la retórica incendiaria de la extrema derecha enmudece las voces que apelan a la interseccionalidad, la unión de las diversas identidades oprimidas por los grupos privilegiados. A pesar de ello, son numerosas las llamadas a la asociación entre minorías discriminadas. La homófoba homonormatividad, propia de la extrema derecha, no representa a toda la comunidad LGB, del mismo modo que el extremismo religioso no es intrínseco a ninguna religión. La creciente militarización de las sociedades, el rechazo de la multiculturalidad o la falta de tolerancia son factores comunes para minorías raciales y sexuales, y únicamente mediante su unión se alcanzará la verdadera igualdad.
El odio solo genera odio y el homonacionalismo solo favorece la islamofobia. La lucha conjunta contra los privilegios y la discriminación es el mejor antídoto y el único escudo capaz de proteger contra las embestidas de una extrema derecha que, valiéndose de una dañada identidad nacional, trata de reducir a cenizas toda expresión de diversidad, propia de cualquier sistema que aspire a llamarse democrático.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

el gay es gorila el puto es peronista, no es casual que desaparezcan las T de lgb etc...aca el ONGeismo tambien corre a os brazo billetera de la derecha amparados en una supuesta "autonomia"

Nando Bonatto dijo...

Nada nuevo bajo el sol....Erich Rohmn Jefe de las SA liquidado en la Noche de los cuchillos largos era homosexual declarado.
En la relación entre Jose Antonio Primo de Rivera y Federico Garcia Lorca hay quien ha buscado un romance .
Sartre en La Infancia de un Jefe pinta a su personaje militante de la ultraderecha como

homosexual...y aca tenemos a Pedro Robledo. en definitiva....la discriminacion mas ofensiva es contra el pobrerio,lo demas se arregla en casa

walter dijo...

que verguenza florencia de la v se hizo el documento de mujer y despues votó a macri. Cristina definitivamente falló en las prioridades.

El homosexual le gusta que se la den y por eso le encanta los gobiernos que le rompan el toor, yo los maracas que conoci en distintas epocas en su mayoria fueron gorilas. Debe haber una explicación psicológica a esto