11/09/2016

el cinturón del óxido


UNA FÁBRICA

El día en que la empresa Carrier anunció que trasladaría la producción de aparatos de aire acondicionado de Indianápolis a México, Dawn Martin tenía migraña.
Martin, una mujer blanca de 44 años, madre de dos hijos de 16 y 20 años, y empleada en Carrier, sufre dolores de cabeza intensos por una contusión cerebral provocada por un accidente de coche. Aquel día, el 10 de febrero de 2016, no fue a trabajar. Se enteró de la noticia por la red social Facebook. Hasta entonces había creído que su empleo era seguro. Creía –eso le decían– que Carrier ganaba dinero y era número 1 gracias a que fabricaban productos made in USA.
"No me lo esperaba", dijo tres meses después en la sala de actos de la sede del sindicato United Steelworkers (USW) en Indianápolis, un edificio de ladrillos de una planta en un barrio destartalado de Indianápolis partido por una vía férrea y lleno de establecimientos con nombres exóticos: Taquería la Posada, Antojitos Morelia, Pollo Michoacano, Princesas Beauty Salón, Consultorio médico Dr. Humberto C. González: medicina general, cirugía, ginecología.

Dawn Martin, que lleva 12 años trabajando en Carrier, cobra 22 dólares por hora; los trabajadores mexicanos cobrarán entre 3 y 6, según datos no confirmados por la empresa.

Perder el trabajo puede significar, para ella, quedarse sin seguro médico. En Estados Unidos el seguro es privado salvo para los más pobres y los mayores de 65 años. Carrier cubre la protección sanitaria de sus trabajadores, una ventaja que no todas las empresas ofrecen. Martin se ahorra así el gasto de los medicamentos para las migrañas —9 pastillas Relpax por 300 dólares, explica— y para el tratamiento de su hija de 20 años, aquejada de esquizofrenia paranoide.
En pocos días, después del anuncio, el cierre de la fábrica dejó de ser un asunto local en Indianápolis, más que una convulsión en la vida íntima de personas como Dawn Martin, y pasó a ser un motivo de debate nacional.
Un vídeo del responsable de Carrier anunciando los despidos, grabado con un teléfono móvil, empezó a circular por la red. Trump propone construir un doble muro: el primero, de cemento en la frontera con México para frenar la entrada de inmigrantes; el segundo, de aranceles, para frenar la entrada de productos extranjeros. En Indianápolis, el magnate ha encontrado el mejor ejemplo práctico de lo que lleva meses defendiendo: la demostración de por qué globalización es dañina para los trabajadores de EE UU.

La historia no es nueva.
El padre de Dawn Martin vivió hace tres décadas la misma experiencia de ella. Cuando ella tenía 12 o 13 años, perdió su trabajo en Chrysler, que acabó cerrando su fábrica aquí. Ella espera que Carrier reconsidere el cierre. Las alternativas para ella son volver a empezar en otro trabajo, quizá sin seguro médico, sin las pastillas para la migraña o sin el tratamiento para su hija.
Sin el tratamiento, cubierto por el seguro, en un centro de Florida, "quizá hoy ella no estaría aquí”, dijo Martin en la sede de su sindicato, USW. "Quizá se habría suicidado”.

Carrier México

1 comentario:

Unknown dijo...

Se cansaron de criticar a Néstor y a Critina por tener gobiernos protectores. Dentro de muy poco aquellos que criticaban gritarán viva TRUMP. Si aquí en Argentina.