7/05/2016

nuevo gasto previsional: interrogantes formidables...

Volantazo fiscal

Por Jorge Carrera (*)

Ante la evidencia de que la recuperación económica se dilata y no se aprecia siquiera un mero rebote estadístico, el Gobierno cambió abruptamente la hoja de ruta. Esto es, la combinación de políticas macroeconómicas en curso.

Siendo una administración que como la anterior parece tener animadversión a la presentación de un plan económico integral, las medidas anunciadas en estos meses permitieron deducir un mixdepolítica monetaria restrictiva con política fiscal más relajada, pero convergiendo a un equilibrio fiscal en tres años. Para darle consistencia se aprovecha el bajo nivel de deuda con privados heredado, y una exitosa, desde el punto de vista de los mercados, negociación del default.

Sin embargo, los errores de implementación en las políticas monetaria, tarifaria y de ingresos llevaron a un escenario de recesión e inflación más agudo de lo previsto por los técnicos del Gobierno. Ante esta evidencia,se decidió cambiar el sesgo de política presentando una propuesta que modifica la lógica previa con medidas jubilatorias de gran intensidad, un blanqueo de capitales y promesas de baja de impuestos. Además de la devolución del 3% de coparticipación a las provincias cada año más un préstamo de igual monto a tasa reducida. Todo simultáneamente.

El blanqueo tiene probabilidades de ser relativamente exitoso, dado que en el ámbito del G20 existe un acuerdo de intercambio de información con 51 países. Pero varias jurisdicciones no han adherido. Entre ellas EE.UU., por lo cual para el dinero “limpio” que idealmente se quiere atraer algunos estados norteamericanos todavía ofrecen refugio seguro. El Brexit también dilatará la participación británica y de algunas offshores. Vale recordar también que las guaridas fiscales son casi 80 y no está claro el set de penalidades del acuerdo ni la forma en que se va a implementar. Por ello es una incógnita si se llegará a los 40-60.000 M esperados. Y sieste será el último blanqueo.

El impacto fiscal directo e indirecto dependerá de la opción que predomine entre traer el dinero en la forma de nueva deuda, pagar el impuesto o inversión directa. Un blanqueo de 40.000 M de dólares recaudaría (según el dólar que se tome) 45.000 M de pesos que ayudan a una parte del mayor gasto, una sola vez. De hecho, es menos de la mitad de la deuda con los jubilados.

Las medidas jubilatorias implican una redistribución de ingresos hacia la parte media y alta de la pirámide jubilatoria. Evol universo farecido por las distintas medidas oscila entre 1 y 2 millones de personas si no se amplía a perceptores de la jubilación mínima. Es un sector con predominio de clase media que, en parte, votó al Gobierno y estaba alarmado por la redistribución negativa inicial. Implicará otorgarlea un tercio de los jubilados un recupero en la capacidad de consumo perdida.

Aun así, el lastre más grande del consumo no es la caída en los ingresos reales de los jubilados, sino la reducción de la masa salarial real. Comparado con 12 meses atrás, un trabajador formal aún con alguna de las paritarias más altas recuperará entre el 31-33% en cuotas mientras los precios ya subieronun 44%. Además, la masa salarial creció menos por la caída en el empleo. Complementariamente, la incertidumbre acentúa comportamientos como diferir consumos no esenciales.

El problema de este esquema de políticas es la perspectiva intertemporal. Es razonable compensar un shock temporario negativo con medidas directas de suba de gastos o baja de impuestos transitorias. Pero en este caso, se genera un gasto permanente más alto que el actual, con una nueva fuente definanciación, temporaria e incierta, como es el blanqueo. Además, para hacerlo más atractivo se promete bajar los impuestos y devolver los ingresos de las provincias que recibía la Anses. El nuevo gasto previsional ascenderá al 12-13 % del PIB. Niveles altos en cualquier comparación histórica e internacional. Por lo cual, su financiamiento genera interrogantes formidables.

¿Cómo tomarán los tenedores de deuda este mayor gap fiscal permanente? Ante la nueva incertidumbre. ¿Bajará el riesgo país de la deuda de mediano Plazo? Y, a los efectos de entender a los mercados, vale preguntarse cómo hubieran reaccionado si estas medidas las hubiera tomado el gobierno anterior.

Sin duda, el mayor déficit fiscal de los próximos años será financiado por un endeudamiento mayor que el prometido. Nos encontramos entonces frente a un cambio importante. Más déficit fiscal permanente que incrementará la llamada “dominancia fiscal” poniendo una presión adicional sobre el futuro régimen de metas de inflación. Concurrentemente, el blanqueo y el mayor déficit que en el gobierno anterior también tenderán a apreciar el tipo de cambio real.

Por supuesto es plausible bajar la litigiosidad y cumplir con los fallos. El problema es que en términos fiscales y macroeconómicos parecen no estar adecuadamente analizadas las consecuencias primarias y secundarias de tal cambio previsional y fiscal. Entramos así a una nueva etapa de la saga previsional argentina (y van…), en la cual lo que se ve hasta ahora (presión para la venta de acciones del FGS,suba de la edad jubilatoria, etc.) es sólo la punta del iceberg de una crisis previsional más profunda. Esta se va a dar, no casualmente, en el marco de un deterioro fiscal estructural como en los 90.

Dado que la jubilación de los argentinos es una deuda contingente, su sostenibilidad en el tiempo y maximizar la inclusión requieren políticas y acciones que trascienden a este Gobierno. Por lo tanto, al igual que con la deuda pública, es necesaria una discusión técnica profunda y transparente que involucre a toda la sociedad civil, incluyendo explícitamente al Poder Judicial y un acuerdo político amplio en el Congreso de la Nación.

(*) Profesor Finanzas Internacionales UNLP. Ex Jefe de Investigaciones Económicas del BCRA.

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