Los trabajadores despedidos (y reincorporados) de la minera china MCC que opera en Sierra Grande, Río Negro, no retornaron nunca a la mina de hierro sino que fueron enviados a cortar yuyos y a juntar basura en un barrio abandonado, también propiedad de la empresa.
El fin de semana las 44 viviendas de ese barrio fueron usurpadas por otros vecinos del pueblo sin techo propio, mostrando otra faceta del drama social que vive Sierra Grande. La toma de las viviendas se concretó en medio de versiones que indicaban que la empresa china se aprestaba a vender el barrio para obtener recursos y reinvertirlos en la producción de la mina.
En estas horas, medios locales informan que el intendente Nelson Iribarren acompaña a directivos chinos en gestiones ante el Banco Nación en Buenos Aires, para acceder a un crédito de 30 millones de pesos que permita la continuidad de la explotación del mineral. Semanas atrás el gobierno provincial había comprometido el aporte de 44 millones, en cuotas, para que los chinos cumplan con el pago de sueldos y eviten los despidos.
Según declaró el intendente al sitio de noticias ‘ADNRíoNegro’, “tenemos que seguir buscando mercados”, al tiempo que lamentó la caída de los precios internacionales del hierro.
El jefe de la comuna de Sierra Grande aseguró que “se harán todos los esfuerzos para que sea competitiva la minera, porque hoy estamos al borde que la empresa cierre”.
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